“En el mundo del arte hay una sensibilidad especial hacia la espiritualidad”
Conversamos con Martha Ramírez Uribe, marchante de arte con 30 años de experiencia.

La vida de Martha Ramírez Uribe viene marcada por la diplomacia, el arte y los viajes entre España y Latinoamérica. Afincada en Valencia, se dedica actualmente a la representación de artistas en el mundo pictórico, un sector en el que el trato personal tiene una importancia capital para encontrar espacios y establecer relaciones que fructifiquen.
Martha cuenta cómo hace 23 años descubrió la fe en Jesús y aprendió a confiar en su provisión y dirección en momentos difíciles. Ella estima el ámbito del artista como un espacio “más abierto” que otros para desarrollar conversaciones que apunten al Gran ingeniero, arquitecto y diseñador que, para ella, es Dios mismo.
Pregunta. ¿Cómo fue que llegaste al mundo del arte desde la diplomacia?
Respuesta. Mi formación siempre estuvo relacionada con la diplomacia, y así fue como me involucré en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia. Estuve como Canciller de la Embajada de Colombia en Guatemala y comencé a tener cierto contacto con artistas, a través de actividades que se desarrollaban en la embajada. Por eso, más adelante, cuando me trasladé a España por motivos personales, me interesé por el mundo del arte en Valencia, que fue donde vivía. Empecé a hacer de mecenas de pintores. En aquel momento, hace unos 30 años, el movimiento artístico en la ciudad era muy incipiente, dado que casi todo se centraba en Madrid o Barcelona. Pero así comencé, poco a poco a moverme y tener contacto con artistas y sectores de la cultura.
P. ¿Cómo es el negocio en un sector tan “artístico”?
R. Es un sector competitivo, con muchos altibajos, y apasionante.
P. Esos altibajos en el negocio, en tu caso, ¿cómo los afrontaste?
R. Mi historia es quizá algo diferente a la de otros, porque yo tuve una etapa en la que me retiré por completo, justo cuando conocí al Señor Jesucristo. Para mí fue descubrir un mundo totalmente diferente, y al principio sentía que tenía que parar. Estuve cinco años retirada del negocio y algunos a mi alrededor me decían “¿qué haces?”. Pero para mí era un momento necesario, en el que encontraba en la Biblia mi alimento. Sentía que necesitaba conocer a Jesucristo, porque era hermoso lo que Él me hacía sentir. A algunos les parece una locura, pero otros lo pueden entender. Por ejemplo, los pintores con los que tenía contacto, sí podían entender algo de lo que me ocurría, porque ellos tienen sensibilidad a la espiritualidad. Yo lo que estaba haciendo entonces era descubrir la gran obra maestra del Padre, a un Jesús que es la verdad, la bondad, la justicia…
P. ¿Y cómo viviste durante estos cinco años?
R. En ese tiempo experimenté lo que era quedame sin dinero. Pero el Señor me alimentó, incluso había gente que no me conocía y que oraba por mí y me ayudaba. Aunque en la iglesia muchas personas no entendían mi profesión, creían que el mundo del arte es algo corrupto o inmoral. A los artistas los llaman “los bohemios”. ¡Eso es un error! El artista es ingeniero, es arquitecto, es el diseñador de su obra y para eso tiene que investigar y trabajar muchas horas.
P. Es entonces cuando te planteas recuperar el mecenazgo de artistas. ¿Cómo ocurrió?
R. La forma en la que ocurrió fue muy distinta a lo que imaginaba. Resulta que el pastor con el que me congregaba en aquel momento, me presentó a un joven artista que venía del mundo de la comunicación y que acababa de terminar su carrera de Bellas Artes. Ellos le habían encomendado a formarse como artista, y estaba en la misma congregación que yo. Así que el pastor me dijo: “Marta, a este hermano hay que hacerlo pintor”. Yo le dije que no era así como funcionaba el sector, que era necesario un proceso, y que además no tenía entonces dinero para poder promocionarlo. Era el peor momento. Pero el pastor me preguntó: “¿tienes fe?”. Yo me dije: voy a hacerlo, aunque sea algo contraintuitivo. Curiosamente, recibo entonces una llamada de un gran grupo hotelero a nivel europeo, que buscaban algún artista para conocer. Así que en fe, fuimos con las obras para hacer una presentación. Aún con muchas dudas, porque Antonio, el artista, era muy perfeccionista y además él sabía que en el mundo del arte las críticas son duras. Este artista, Antonio Camaró, es hoy un reputado artista con reconocimiento internacional. Tuve el honor de participar en su lanzamiento, acompañando la presentación de su obra, que ha tenido una acogida extraordinaria. Así que pude ver la mano de Dios, probando que Él me iba a usar aún sin tener nada, como un instrumento para su gloria.
P. ¿Entiendes que la relación con Dios impacta en todos los aspectos de tu vida?
R. Sí, y vivo aferrándome a las promesas de Dios. Yo creo en su Palabra y en su poder eterno. Esto me ha sostenido en momentos complicados, así como cuando me he encontrado cierta incomprensión o desconfianza. Y también me ha enseñado a cambiar, porque yo venía de vivir una vida en la que confiaba en mis fuerzas, mis estudios, mi capacidad… Hace 23 años que soy cristiana, pero en realidad es hace unos diez años que oro pidiendo a Dios que cada día pueda conocerlo un poco más y pueda descansar en Jesús, el pilar de mi vida.
P. ¿Cómo ves tu futuro, en un sector tan complejo como el del arte?
R. Ahora estoy representando en exclusividad a un pintor, Francisco Sánchis Cortés. Estamos trabajando duro para poder presentar su trabajo, y lo estamos preparando con mucho detalle, porque no solo mostraremos la riqueza visual de su obra pictórica, sino además la potencia vivencial de la música. Su obra tiene muchos vínculos con la música de Wagner o Bach, e incluso nos gustaría conjugarlo de forma que también pueda llegar a los niños, para que descubran la belleza de la música clásica y el arte.
P. ¿Qué tal ha sido tu experiencia asistiendo al grupo de LEC en Valencia?
R. ¡Pues ha sido algo hermoso! Al principio no tenía muchas ganas de acudir, porque no me gustan los clásicos grupos de empresarios que se encargan de dar una especie de formación de marketing piramidal. Pero aquí lo que encontré fue otra cosa. Pude conocer también a personas especiales, incluso grandes empresarios, pero todos con un espíritu de humilidad, sabiendo que todo lo que somos y tenemos es por Él y para Él. Ha sido una experiencia muy buena y espero poder seguir participando.
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Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - La entrevista - “En el mundo del arte hay una sensibilidad especial hacia la espiritualidad”