La salvación personal del hombre es lo primero, pero no lo único (2)

Es un error pensar que las personas tienen que ser transformadas éticamente por medio de la conversión a Cristo y la instrucción del evangelio para luego dejar la dirección política de sus países en manos de personas sin escrúpulos, egoístas, ladronas, perversas, malvadas o mentirosas.

01 DE JULIO DE 2023 · 22:00

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Imagen de Bethany Legg en Unsplash.

En esta serie sobre EL CRISTIANO Y LA POLÍTICA vamos a ofrecer desde la palabra de Dios algo más de 30 razones que justifican y exigen el compromiso social y político del cristiano en el mundo.

En el primer artículo vimos las primeras 12 razones, a las que ahora agregamos otras tres.

13. Aunque la salvación personal es el primer objetivo preferencial de la obra misionera, esto no significa que no haya otros objetivos complementarios, lo cierto es que todas las demás metas u objetivos ganan su significado desde aquella.

La gran comisión de Jesús (Mateo 28:18-20) “id por todo el mundo…”, comprende la exhortación a hacer discípulos a todas las naciones. Para esto, primero es necesario que haya una interpelación personal del individuo y una conversión por su parte, puesto que el bautismo en el nombre del trino Dios solo se puede impartir individualmente. No obstante, a través de esta vía o camino deben ser ganadas  “naciones” enteras, que seguidamente deberán aprender y poner en práctica las enseñanzas de Jesús, también las que tienen trascendencias sociales. Esto requiere del ejercicio de funciones sociales y políticas por parte de los cristianos.

 

14. La conversión personal a Dios no significa un punto final, sino un punto de partida para una renovación personal y una renovación de la familia, la iglesia, la economía, el estado y la sociedad.

De conformidad con la Gran Comisión, todas las personas están llamadas a convertirse en “discípulos”, es decir, en gente que aprende. Cuando Jesús manda a sus discípulos, diciéndoles: “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”, resulta evidente que el mandato de la misión comprende la instrucción de los nuevos discípulos en toda la dimensión de la ética bíblica. De esta manera será transformado el individuo en su vida cotidiana, así como también  serán transformadas las estructuras pecaminosas y las fuentes visibles de injusticias. Dios cree en esta transformación, por eso dice su palabra: “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador.” De modo que, la oración sirve eficazmente para la renovación social e individual. Y la participación del cristiano en  esta transformación no se limita a la oración, sino que comprende también la acción social y política, puesto que la enseñanza de Jesús no se limita a los individuos, sino a las naciones. Es un error pensar que las personas tienen que ser transformadas éticamente por medio de la conversión a Cristo y la instrucción del evangelio para luego dejar la dirección política de sus países en manos de personas sin escrúpulos, egoístas, ladronas, perversas, malvadas o mentirosas. Magro favor prestaremos así al Señor, al evangelio, a los cristianos y a la sociedad.

 

15. De la paz del individuo con Dios resulta la ética personal, así como la vida en sociedad conforme a los principios de Jesucristo.

En consecuencia, Pablo discute en la epístola a los Romanos, en primer lugar, el tema de por qué judíos y gentiles, a los ojos de Dios,  están perdidos en sus pecados y por qué solo Cristo es quien ha obrado la salvación. Es en el capítulo 5 que Pablo escribe: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia…” (Romanos 5:1-2) y sigue, a continuación, con la exposición de la ética personal (Romanos 6-8), pasando a tratar la ética social (Romanos 12+13+14), la cultural (Romanos 14+15) y la política (13:1-7). Para Pablo, en la epístola a los Romanos, la ética exclusivamente personal tiene, naturalmente, consecuencias para la vida en común en el trabajo, el pueblo y el Estado. De manera que quien pretenda limitar la fe exclusivamente a su relación con Dios y la Iglesia, se verá obligado a recortar grandes partes de la epístola  a los Romanos y tirarla a la basura.

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