La asombrosa historia de la Unión Bíblica (21)

Por Benji Gálvez

El colegio de Gertrudis y Ernesto en Bournemouth se hallaba en una zona de defensa costera, por lo que las autoridades aconsejaron el traslado de todos al interior. Ernesto supo que tendría que buscar otro empleo. Llegó a sus oídos que la BBC (British Broadcasting Corporation) tenía una vacante para cubrir, por lo que presentó su solicitud y fue aceptado inmediatamente en julio de 1940. Sin duda su facilidad con los idiomas tuvo mucho que ver con que fuera rápidamente seleccionado. La BBC había establecido un puesto de escucha y espionaje en Wood Norton Hall (Evesham), a unos 200 km de Londres. Aunque se alojarían en casas particulares, nadie debía saber en qué consistía su misión. A los dos días de llegar a su nuevo trabajo, Trenchard recibió un telegrama de la Universidad de Londres que le había otorgado una Licenciatura con honores en Filología Española y otra en Filología Francesa. Su esfuerzo en su estudio parcial desde 1936 había dado resultado. «Aun en medio de una guerra se pueden recibir buenas noticias», pensó. En su trabajo debía escuchar emisiones de radio en lengua española y enviar sus informes, que a su vez eran remitidos al Ministerio de Asuntos Exteriores. Las emisiones sobre las que conseguía informar venían de Valladolid (España), Leipzig (Alemania) y Roma (Italia). El trabajo le gustó y aprovechó para estudiar portugués. Entre sus compañeros de trabajo se encontraba Isabel, una de las hijas del diplomático español y erudito literario, Salvador de Madariaga, exiliado por su oposición al régimen franquista. Isabel le contó que la Guerra Civil había sorprendido a su padre en Toledo. (1) Ernesto le explicó que ellos vivían en Toledo al inicio de la contienda, pero que él se encontraba en ese momento en Barcelona, separado de su familia, por lo que le tomó más de dos semanas reencontrarse con su esposa y sus hijos. Ernesto durante ese tiempo trabajando para la BBC compartió su fe con muchos de los intelectuales con los que tuvo contacto en Wood Norton. Igualmente buscó congregarse con las Asambleas de Hermanos de la zona, aunque no pudo realizar tantas visitas a otras asambleas como le habría gustado debido a su trabajo y a las restricciones de la guerra. 

Alemania continuó conquistando país tras país… Cayeron los Países Bajos, Luxemburgo y Bélgica. Tras la derrota de los Aliados y la evacuación hacia Inglaterra desde Dunkerque en la Operación Dinamo, Alemania finalmente derrotó a Francia. 

C. S. Lewis (Jack) supo que su hermano Warren logró ser evacuado desde Francia hasta un hospital de Wenvoe en Cardiff (Gales) donde se recuperó de una enfermedad. Jack se sintió aliviado. Poco después Warren, todavía convaleciente, fue transferido al Batallón Local de Guardas de la Ciudad de Oxford navegando por el Támesis inspeccionando que los edificios alrededor estuvieran a oscuras.

Antes de continuar con sus planes, Hitler quería tomar Reino Unido, pero Winston Churchill era de un talante muy diferente a su antecesor y no pensaba rendirse. Alemania entonces inició la Operación León Marino para invadir Gran Bretaña. Hermann Göring, comandante de la Luftwaffe (la fuerza aérea alemana), prometió al Führer que en pocos días derrotaría a la fuerza aérea británica (RAF- Royal Air Force) y de esta manera podrían continuar la invasión sin problema. Así dio comienzo la batalla de Inglaterra desde inicios de julio de 1940. La aviación alemana bombardeó sin descanso las líneas de defensa del sudeste del Reino Unido, así como los convoyes militares sobre el Canal de la Mancha. Pero varios factores impidieron que el sueño de Hitler se materializara. El desarrollo del radar, los puestos de observación a lo largo de la costa, el camuflaje de los hangares y de los aviones, la fabricación de hangares falsos… todo ello dio una ventaja importante a los ingleses. (2) 

Italia, que en junio ya había entrado en la guerra invadiendo el sur de Francia, invadió Egipto y luego Grecia. La Unión Soviética ocupó las repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) y se las anexionó. En septiembre Alemania, Italia y Japón firmaron el Pacto Tripartito. En noviembre Hungría, Rumanía y Eslovaquia se unirían al Eje. (3) Aunque Estados Unidos todavía no había entrado en la guerra, en octubre de 1940 se reclutaron soldados para las fuerzas armadas en lo que sería el primer alistamiento obligatorio para cumplir el servicio militar en tiempos de paz en la historia de los EEUU. (4)

A pesar de estar separados la mayor parte del tiempo por el trabajo de Ernesto, pudieron encontrarse en ocasiones y hacer alguna excursión juntos. Pero iniciados los bombardeos y tras uno de ellos en Bournemouth, Gertrudis fue afectada de los nervios. Parecía que el mundo se había vuelto loco. El cielo se llenó de aviones, unos bombardeando Inglaterra y otros disparando a los agresores. Los niños, para quienes todo era un espectáculo, se esforzaban por divisar los combates librados por los cazas británicos intentando impedir los bombardeos de los aviones nazis y cuando veían dónde caían los trozos de metralla, una vez despejado el cielo, salían todos en tropel a recogerlos para coleccionarlos. (5) Las autoridades pronto se lo impidieron y obligaron a toda la población a resguardarse en los refugios habilitados. Los maestros intentaban tener actividades preparadas para realizar con los niños en esos momentos (6). Göring se dio cuenta que no estaba teniendo el éxito que esperaba y que perdía demasiados aviones durante el día, así que pasó a atacar por la noche. Un infierno de fuego se desató sobre Inglaterra. (7) Los ataques de las sucesivas olas de bombarderos alemanes e italianos arreciaron y las autoridades decidieron evacuar a los grupos más vulnerables de la población, los niños y las personas más mayores. Se intentaba mantener juntas a las familias, pero no siempre fue posible. (8)

A pesar de la guerra, los Trenchard planearon una tarde de merienda en el campo para estar en familia. Fue un tiempo muy agradable, donde todo transcurría con bastante tranquilidad. Ernesto se estaba aficionando a dibujar para intentar olvidar sus dolores crurales, y se entretenía dibujando un paisaje. Los niños jugaban y Gertrudis no les quitaba un ojo de encima, mientras con el otro leía el periódico Manchester Guardian. Disfrutó leyendo la “correspondencia” entre un par de demonios. Se trataba de una serie escrita por el genial profesor de Oxford, C. S. Lewis. 

—Este hombre tiene una imaginación envidiable. Mira que imaginarse la correspondencia entre dos demonios. ¡Una idea fantástica! —dijo dirigiéndose a su absorto marido.

Ernesto, tras terminar un último trazo en su dibujo, le contestó:

—¿Sabes cómo se le ocurrió la idea “Cartas del diablo a su sobrino” a C. S. Lewis? Pues fue mientras escuchaba un aburrido sermón en la Iglesia Holy Trinity de Headington Quarry. (9) ¡Quién sabe cuántas obras magnas de la literatura universal habrán nacido durante mis aburridos sermones!

Sin poder ni querer evitarlo, el matrimonio se echó a reír a carcajadas un buen rato…

—Bueno, visto desde otro punto de vista, cuando se predica la Palabra de Dios siempre hay algún tipo de fruto, aunque el predicador sea más aburrido que contar arena en un desierto —contestó Gertrudis. 

Al cabo de un año, Ernesto Trenchard, tenía intención de dejar su trabajo en la BBC y volver a la docencia. Antes de hacerlo supo por sus compañeros que el Dr. James Welch, director de programación religiosa de la Corporación de Radiodifusión Británica (BBC), quien había leído parte de la obra de C. S. Lewis, le ofreció a este un pequeño espacio en la radio para que leyera sobre un tema que quisiera. Aunque Lewis aborrecía la radio en preferencia total a los libros, entendió que la moral del país estaba por los suelos y muchos se estaban planteando temas relacionados con la vida y la muerte como nunca antes hubieran hecho en otro contexto que no fuera la guerra. Así que se ofreció a dar 15 minutos de charla los miércoles en la noche durante el mes de agosto de 1941. Las charlas se titularon: “El bien y el mal: Una clave para el sentido del universo”. A Ernesto le gustaba leer a C. S. Lewis e inmediatamente supo que sería un éxito. La fama de C. S. Lewis no hizo más que crecer. Viendo el éxito de Jack, el comandante capellán en jefe de la RAF, el Reverendo Maurice Edwards le pidió que diera conferencias en las bases aéreas de Gran Bretaña para animar a los soldados. El profesor no estaba muy convencido, pero recordó cuando él fue soldado en la Primera Guerra Mundial y lo aterrador que era prepararse para entrar en combate. Así que aceptó y dedicó muchos fines de semana a viajar incesantemente en trenes abarrotados hasta las bases aéreas donde daba charlas a grupos grandes y pequeños. (10)

Los Trenchard disfrutaban cada avance espiritual en su familia o entorno. Para gozo de toda la familia, su hija Felisa se bautizó a los 13 años en la Asamblea de Norwich Road, Bournemouth. A inicios de septiembre de 1941, Ernesto hizo efectiva su dimisión en la BBC y enseguida empezó a trabajar en el Colegio Culford, un internado para chicos que pertenecía a los metodistas. Al incorporarse al equipo docente, enseguida implementó la asignatura de lengua española (y francesa) con mucho éxito. El colegio compartía el mismo terreno con un centro para chicas, donde estudiaba su hija Felisa, quien también se apuntó a las clases de español. Los fines de semana salían juntos a pasear. Ernesto también predicaba en los tiempos de capilla en el colegio. (11) 

Mientras tanto, la guerra continuaba y los submarinos alemanes bombardeaban a los barcos mercantes que traían artículos a Inglaterra. La Alemania nazi y sus aliados del Eje invadieron la Unión Soviética. Rápidamente se hicieron con las repúblicas bálticas y sitiaron Leningrado (San Petersburgo) en septiembre y avanzaron hacia Moscú, pero una contraofensiva soviética expulsó a los alemanes de las afueras de Moscú.

El 7 de diciembre de 1941 Japón bombardeó Pearl Harbor en un ataque sorpresa. El joven mecánico de aviones, Jake DeShazer estaba pelando patatas en la base militar de March, en Los Ángeles. Formaba parte desde hacía 2 años del 17º Grupo de Bombarderos. La megafonía informó del ataque japonés a la flota estadounidense en Pearl Harbour. Jake gritó enfurecido: «¡Los japoneses pagarán por esto!». El ataque japonés se produjo en dos oleadas de 189 aviones nipones y luego otros 171 que hicieron estragos en varios barcos y aviones estadounidenses. La operación fue dirigida por el capitán de fragata, Mitsuo Fuchida. Además de la pérdida de 2403 personas, hubo otras 1178 fueron heridas. Los japoneses sufrieron daños mínimos. Había sido un ataque coordinado no solo contra Pearl Harbour, sino también contra Filipinas, la isla Wuke, Guam, las islas Midway, Tailandia y Shangai. Al día siguiente, Estados Unidos se vio forzado a entrar en la guerra. EEUU y Gran Bretaña declararon la guerra a Japón. El presidente Franklin D. Roosevelt declaró que la respuesta contra Japón sería contundente. Pero los japoneses parecían ganar todas las batallas y habían traído la guerra hasta las mismas puertas de EEUU. Jake se preguntaba si sería posible atacar a Japón en su propio territorio. De momento era imposible, EEUU era atacado en el Pacífico por los japoneses y en el Atlántico por los alemanes.

Para abril de 1942, los japoneses ya ocupaban Filipinas, Indochina y Singapur, y poco después Birmania. Estados Unidos quiso devolver el golpe a Japón y el 14 de abril llevó a cabo la arriesgada Incursión Doolittle. Para ello modificaron los bombarderos bimotores B-25 Mitchel eliminando todo lo innecesario y proveyéndoles de más depósitos de combustible. Jake DeShazer fue seleccionado para ir en uno de esos aviones. Los 16 aparatos viajaron a bordo del portaviones USS Hornet y lograron bombardear objetivos industriales en Japón. Realizada la misión no podían volver al portaviones que ya había marchado para EEUU, sino que debían intentar llegar a la China liberada. Varios de los participantes de aquella misión fueron hechos prisioneros por los japoneses, entre ellos Jake DeShazer. (12)

A Ernesto le gustaba su nuevo trabajo en el colegio Culford, por un lado ayudaba a la economía familiar, y por otro adquiría más experiencia como docente. Tal vez el Señor quisiera servirse de todo ello cuando pudiera regresar a España. Su mente voló hasta abril de 1939, pocos meses antes del comienzo de la guerra, cuando la Unión Bíblica había celebrado el 60 aniversario de iniciación del método de lectura bíblica en el Royal Albert Hall de Londres, abarrotándolo con 5000 voluntarios los dos días. Se celebró también que las tarjetas de membresía de la Unión Bíblica se estaban imprimiendo en 92 países. Era algo maravilloso que la Unión Bíblica creciera, porque mientras algunos movimientos se dejaban arrastrar por el incipiente liberalismo teológico, la Unión Bíblica se mantenía fiel a la Biblia. (13) Recordó Trenchard como Dios obraba en este movimiento de manera poderosa, como cuando el Reverendo E. J. H. Nash (más conocido como Bash) se unió al personal de la Unión Bíblica para trabajar en los treinta mejores colegios privados e internados de Inglaterra, donde se educaban los hijos de las familias más ricas. Bash hacía su trabajo de forma desapercibida, no como esos que hacen tocar trompeta cuando hacen algo para ser admirados (pensó, cómo no, en los fariseos de los tiempos de Jesús). Pero Bash no hacía ruido y aparentemente no tenía nada de especial. Sin embargo, comenzó a organizar campamentos para estos muchachos y poco a poco fue ganándose la confianza y el respeto de ellos. Con el tiempo, de estos campamentos los chicos regresaron convertidos y comprometidos con su institución educativa y con Dios. Recordó que Bash tuvo detractores por concentrarse en la clase social alta, pero esa era su estrategia, ya que de ahí saldrían los grandes líderes de la iglesia y de la sociedad. Quién podía saber si de entre esos chicos saldría tal vez uno de los teólogos más reconocidos del siglo XX. (14) Tal vez Ernesto podría concentrarse en la enseñanza y tratar de alcanzar a esos que luego serían los líderes de las iglesias de España. Pero en todo esperaba que Dios le guiara. Hacía tiempo que Ernie supo que en realidad era el Señor el que tenía siempre la primera, la segunda, la tercera… y la última palabra.

Los bombardeos diarios sobre Inglaterra habían terminado en febrero de 1941. Algunos niños fueron regresando a Londres en 1942, entre ellos Kitty y su hermano pequeño Eric, los hijos del matrimonio Bracier. Regresaron a sus casas y de nuevo a la escuela. Todo parecía ir bien, pero una fatídica tarde, en un ataque sorpresa, cayó una bomba sobre la escuela donde estaban. A los niños no les dio tiempo a correr hasta el refugio, Kitty en un acto instintivo se echó con su cuerpo sobre Eric. La bomba explotó destrozando el edificio de la escuela y reduciéndolo a escombros. Kitty murió y Eric quedó gravemente herido. La madre, sabiendo del ataque, fue corriendo hasta la escuela temiendo lo peor. La vista de las ruinas y el polvo le produjeron una ceguera durante varios días. Cuando Bracier regresó del trabajo encontró a su esposa ciega y con los nervios destrozados, su hija muerta, y su hijo en el hospital con pocas esperanzas de vida. Uno de los hombres que trabajó, junto a muchos otros, en el rescate de los niños y maestros, al ver la posición de Kitty cubriendo el cuerpo de su hermanito Eric, rompió a llorar y citó el texto bíblico: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por otro”. Solamente la fe firme de este joven matrimonio los sostuvo en medio de las circunstancias más terribles. (15)

Notas

[1] Salvador Madariaga (1886-1978) fue un diplomático y escritor español. Perteneció a la Generación de 1914. Fue ministro durante la Segunda República y férreo antifranquista. Fue anglófilo y profesor de Lengua Española en la Universidad de Oxford y un animado europeísta. Escribía para el Times y el Manchester Guardian y para otras publicaciones españolas como España, El Imparcial, El Sol, La Vanguardia, etc. Tuvo programas de radio en la BBC y en Radio París. Trató de mediar con el ministro de Exteriores británico Anthony Eden para conseguir una intervención del Reino Unido en el conflicto de la Guerra Civil Española para restablecer la paz, pero no resultó. Casado con la historiadora escocesa Constance Helen Margaret Archibald, tuvieron dos hijas: Nieves, que sería poeta y escritora, e Isabel de Madariaga, que se convertiría en una reputada historiadora especializada en la historia de Rusia. Salvador fue tío de la historiadora María Rosa de Madariaga​ y tío abuelo de los políticos socialistas españoles Luis y Javier Solana Madariaga. 

[2] Si bien Göring contaba con tres flotas que equivalían a 3600 aviones, frente a los 870 de la RAF, los cazas de esta última eran del modelo Supermarine Spitfire, más ligero para maniobrar que el alemán Messerschmitt Bf 109, lo que supondría un grave problema para la Luftwaffe.

[3] Encyclopedia [Consultado en línea, 12/08/2023].

[4] La heroína voladora- La vida de Betty Greene. Colección Héroes cristianos de ayer y de hoy. Por Janet y Geoff Benge. (Ed. JUCUM; Texas, 2012, 2ª edición), pp. 29-31.

[5] Documento A, por Pablo Wickham Ferrier, p. 3. El autor, que por entonces tenía unos ocho años, relata: “Recuerdo mirando al cielo durante los primeros ataques aéreos alemanes diurnos sobre Londres, intentando divisar los combates librados por los cazas británicos intentando impedírselo, y viendo caer trozos de metralla de los cañones de ambos bandos, que ¡luego yo, y otros chicos, intentábamos recoger y coleccionar!, hasta que las autoridades prohibieron a la población salir a la calle durante los ataques, sino resguardarse inmediatamente en los refugios antiaéreos o en las estaciones del Metro”.

[6] Documento A, por Pablo Wickham Ferrier, p. 3. Testimonio del autor: “Los profesores nos entretenían en el refugio de turno: nos dieron grandes ovillos de cuerda gruesa y un par de agujas largas (a) cada uno para que hiciésemos paños de cocina, todo lo cual -nos decían- ¡iba a ayudar mucho al esfuerzo colectivo de ganar la guerra a Alemania!”.

[7] Documento A, por Pablo Wickham Ferrier, p. 3. El autor relata: “Así comenzó un auténtico infierno para Londres, con ataques todas las noches con bombas incendiarias y de acción retardada que literalmente arrasaron barrios enteros, y sobre todo, los muelles portuarios a lo largo del río Támesis. Uno de mis últimos recuerdos de esas terribles semanas fue contemplar de noche como todo el puerto de Londres que distaba varios kilómetros de donde nosotros vivíamos ardía en llamas que iluminaban todo el cielo”.

[8] Documento A, por Pablo Wickham Ferrier, p. 3-4. Testimonio del autor que narra cómo lo fueron evacuando de un lado a otro, pero los nazis siempre volvían a bombardear los lugares a donde iba. Al respecto Wickham comenta: “¡Comencé a pensar que los alemanes realmente estaban persiguiéndome a mí!”.

[9] Héroes cristianos de ayer y de hoy. C. S. Lewis, autor de Las crónicas de Narnia. Un genio de la narración, por Janet y Geoff Benge (Ed. JUCUM; Seattle, 2009), pp. 113-116. Nota: Jack originalmente las llamó Cartas de un diablo a otro. Jack fue publicando de una en una las 31 Cartas de un diablo a su sobrino en el Semanario Manchester Guardian en 1941. El semanario, que a partir de 1959 pasaría a llamarse The Guardian, era propiedad de la Iglesia Anglicana. El pago que le ofrecieron a Jack por estas publicaciones pidió que se enviara íntegro al fondo de viudas de clérigos de la Iglesia Anglicana. El éxito fue tal que el Manchester Guardian tuvo que doblar su tirada semanal de periódicos. Cuando la cuarta carta salió a la luz el editor Geoffrey Bles adquirió los derechos para publicarlas como libro.

[10] Héroes cristianos de ayer y de hoy. C. S. Lewis… pp. 117-118. Nota 1: El éxito de las charlas radiofónicas de C. S. Lewis fue abrumador y el programa se vio sobrepasado por la cantidad de cartas que le llegaban de los oyentes. No era normal que un profesor de Oxford pudiera atraer tanto la atención. El director le propuso otros 15 minutos para responder en directo algunas preguntas de los oyentes para así detener la llegada masiva de cartas, pero sucedió lo contrario y cada vez llegaron más. Warren ayudó a Jack respondiendo la mayor parte de las cartas desde Los Hornos. Jack dio finalmente 7 series de charlas sobre lo que creen los cristianos y cómo deben comportarse. Nota 2: A veces le acompañaba también su hermano Warren a las bases aéreas y procuraban regresar pronto para estar en Oxford en el recién creado Club Socrático que había nombrado a Jack presidente. Era un foro abierto para el diálogo sobre la religión y el cristianismo donde se encontraban ateos y cristianos. Jack estaba especialmente dotado para mostrar la solidez intelectual del cristianismo y rebatir los argumentos ateos.

[11] Ernesto y Gertrudis TrenchardLa enseñanza que permanece… Ernesto en el Colegio Culford (p. 67). Bautismo de Felisa (p. 75).

[12] Victoria sobre la venganza  La vida de Jacob DeShazer, por Janet & Geoff Benge (Serie Héroes cristianos de ayer y de hoy; Ed, JUCUM; Texas, 2012), pp. 30-36. Nota: Entre las modificaciones de los B-25, se eliminaron torretas de ametralladoras para colocar más depósitos de combustible y se colocaron palos de escoba pintados de negro en la cola para crear la ilusión de que el avión tenía más capacidad de disparo de la que tenía en realidad.

[13] Historia de dos visiones… p. 20.

[14] Historia de dos visiones… p. 23. Testimonio de John Stott. Citamos: «John Stott, probablemente uno de los cristianos evangélicos más influyentes del siglo XX, recuerda la primera vez que conoció a Bash en febrero de 1938, cuando él era un colegial y Bash llegó de visita a una reunión informal del grupo cristiano de su colegio. “(Bash) no era muy impresionante […]. Pero cuando habló, había captado toda mi atención. Su texto era la pregunta de Pilatos: “¿Qué debo hacer con este Jesús, que es llamado el Cristo?”. Cuando terminó la reunión, me acerqué para hacerle más preguntas… tenía la habilidad de discernir en mí un alma en busca de respuestas. Me invitó a pasear en su auto, respondió a mis preguntas y me explicó el plan de salvación… pero no me presionó de ninguna manera. Tenía la sabiduría y la sensibilidad de dejarme ir, para que yo mismo pudiera “abrir la puerta” de mi corazón a Cristo, lo que hice esa misma noche junto a mi cama en el dormitorio». (Hews está citando la obra de Bash, Un Estudio del Poder Espiritual, Pág. 57f).

[15] Testimonio de Eduardo Bracier en el libro del que es coautor Creciendo + juntos  Una guía para las parejas de hoy (Ed. CLIE; Viladecavalls, 2021), pp. 305-309.