Amanecer dorado
Hay un nuevo mundo que descubrir tras las primeras luces del alba, que espera paciente a ser conquistado.
16 DE ENERO DE 2022 · 10:15
Por Mati Sanchiz
Es el amanecer de los días por delante, de la luz que irrumpe en el silencio oscuro y viste de blanco a la mañana.
Es la promesa del despertar, de las nuevas experiencias, de la actividad y de las sorpresas.
Es el querer apurar el tiempo, aprovechar las horas, absorber la vida, aspirar y llenarse los pulmones de nuevas expectativas.
Es la energía de lo que está por llegar, el dibujo del horizonte lejano que, segundo a segundo, se va acercando.
Es la espera de las pisadas que se están por dar, el preludio de las huellas en la arena, del caminar despacio o de las locas carreras.
Es la taza humeante que te calienta y te alienta, es el bostezo que te da los buenos días, el despeinado que te asusta frente al espejo.
Es la esperanza de seguir escalando las montañas no culminadas, de surcar los mares inabarcables, de bucear en tu interior inexplorado.
Es la antesala del bullicio, el vestíbulo de las escaramuzas, las travesías y travesuras.
Es la expedición a la aventura del primer suspiro, el ‘hola’ a todo lo que amas, la bienvenida a lo que estás por crear.
Hay un nuevo mundo que descubrir tras las primeras luces del alba, que espera paciente a ser conquistado, hay unas esperanzas que rescatar, algunas ilusiones que redimir, una misión que cumplir, es la vida que… amanece.
¡Oh, si conociéramos al Señor! Esforcémonos por conocerlo. Él nos responderá, tan cierto como viene el amanecer o llegan las lluvias a comienzos de la primavera. – Os. 6:3 NTV
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