Chiapas: indígenas y protestantes
De otros indios y otras resistencias: los protestantes en Chiapas (I)
Sin duda la riqueza fundamental de los seres humanos es su semejanza, el hecho de que compartan su condición simbólica y su terror metafísico ante el destino mortal en el universo que les engendra y les abruma. Ser semejantes les permite comprenderse, colaborar, traducir sus mensajes y sus poemas, trabar entre ellos los lazos siempre imprescindibles de la complicidad civilizada. Pe
22 DE SEPTIEMBRE DE 2007 · 22:00
Los indígenas llamaron a su religiosidad la Costumbre. Creo que es uno de los monumentos culturales más llamativos y bellos que se ha construido en estas tierras. A veces sostengo solo esta interpretación, pero considero la Costumbre merece una mayúscula para poder ponerla al lado de la Iglesia Católica y, ahora, las denominaciones Protestantes… La Costumbre indígena llegó a ser un sistema holístico donde todo se integraba junto con una gran disciplina y cohesión social. La Costumbre lo era todo. Las comunidades lograron estructurarse en torno a esta costumbre, en la que obviamente lo religioso era lo fundamental, pero en la que también funcionaba lo económico, lo político, todo. En cambio, creo que en la población mestiza, primero española, después criolla y mestiza y finalmente mestiza, este catolicismo popular siguió funcionando básicamente a nivel devocional. Pero no tuvo que ver con lo ético. En la Costumbre funcionaban sistemas de control muy elaborados para que, por ejemplo, no hubiera excesos en el ejercicio del poder; ahí no era posible legalmente llegar a cosas que podían romper la unidad de la comunidad, lo que podríamos llamar los pecados sociales como el rompimiento del matrimonio… Todo estaba mucho más estructurado en la otra religiosidad. En ambos casos de modo muy devocional, pero en el caso de la Costumbre también se llegaba a planteamientos éticos y a reglas de convivencia social y hasta política. Me parece que en el desarrollo del catolicismo no hubo realmente fases de reestructuración o cambios profundos como los hubo en la Costumbre del siglo XIX en Chiapas.(3)El ser indígena en una sociedad como la mexicana, que se dirige hacia más pluralización y no menos, también es una realidad que se transforma y diversifica. Hay distintas maneras de ser indígenas. Los indígenas protestantes son otra forma de expresión, no impuesta desde afuera, sino una manera de ser elegida por ellos. Respondieron haciendo suya una propuesta que les llegó de afuera, pero que ya es, desde hace mucho, una práctica endógena. Por lo tanto las clasificaciones externas, las que intentan extender certificados de suficiencia indígena, finalmente son definiciones de vista corta. En esta miopía influye la visión imaginaria que de los indígenas se tiene en los espacios cosmopolitas y/o doctrinarios.
1) Rocío Ortiz Herrera, Pueblos indios, Iglesia católica y élites políticas en Chiapas (1824-1901), una perspectiva comparativa, CONECULTA Chiapas-El Colegio de Michoacán, Tuxtla Gutiérrez, 2003. 2) Al respecto ver Carlos Martínez García, “Indígenas deuterocanónicos”, La Jornada, 7/XII/2006, p. 27. 3) Jan De Vos, “El encuentro de los mayas de Chiapas con la Teología de la Liberación”, Eslabones, julio-diciembre, núm. 14, pp. 14-16.
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