Entrevista a René y Carla Sterk (VI)

Seguimos con la sexta parte de la entrevista con Carla y René Sterk, misioneros por casi cuatro décadas (1966-2005) en Chiapas. Como ya he dicho, decidí suprimir mis preguntas, con el fin de darle mayor fluidez al resultado de la conversación sostenida con ellos."/>

Por qué se extendió el Evangelio en Chiapas

Entrevista a René y Carla Sterk (VI)

Seguimos con la sexta parte de la entrevista con Carla y René Sterk, misioneros por casi cuatro décadas (1966-2005) en Chiapas. Como ya he dicho, decidí suprimir mis preguntas, con el fin de darle mayor fluidez al resultado de la conversación sostenida con ellos.

04 DE AGOSTO DE 2007 · 22:00

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René: Creo antes que todo, por nuestra experiencia directa en Navenchauc, aprendimos que el individualismo al que estamos acostumbrados en nuestra cultura, y en la cultura mestiza, de ganar una persona y que él o ella sea testigo para ganar a otras personas no funciona. Lo que hay que tomar en cuenta siempre es la familia o el clan. Entendimos que el evangelismo se hace para ganar a una familia extendida, y no exigir a una persona que ya cree en el Señor que vaya y gane a otras “almas”. Esto es muy negativo y trae mucha persecución. Hay que aprender de la experiencia que en muchas culturas existen medios de comunicación como familias, clanes. En lugares como África entiendo que son tribus completas las que se convierten. Si uno no gana primero al líder de la tribu no tiene ninguna posibilidad de compartir el Evangelio en una forma pertinente, ya que todo se va a tomar como una amenaza a su grupo. Cometimos el error de tratar de hacerlo por medio de una persona, un joven, y lo que pasó con él fue que después de todo casi le matan por hacer cosas que no se permiten en su cultura: un joven de dieciséis años tratando de convencer a otros de ser evangélicos. Entonces superar el individualismo es una base de evangelización. Otro principio es que antes de poder compartir cualquier cosa, especialmente el Evangelio, uno tiene que aprender las bases de su cultura, su cosmovisión, su forma de vivir, lo que significa ser, por ejemplo, zinacanteco y a la vez ganar la confianza de la gente haciendo algo por ella. Dos cosas claves: una es convivir con ellos, cuando digo convivir no me refiero a vivir en San Cristóbal e ir allá de vez en cuando. Convivir es estar con ellos, y no sólo en su lugar sino en sus casas, con sus familias. Viviendo allá cuando llega el curandero, el chamán, cuando tienen sus cultos familiares, cuando alguien está enfermo ver qué hacen. Es necesario aprender de ellos primero, toda su forma de vida y no tanto superficialmente sino en profundidad: ¿qué tienen sus corazones?, ¿en qué consiste su religión?, ¿cómo es su creencia en Dios?, ¿cuáles son los símbolos de su creencia?, ¿qué implica su respeto por los antepasados?, etc. Con esta base de entendimiento es posible construir puentes para comunicar el Evangelio por medio de las formas culturales que ellos ya tienen. Ellos tienen la cruz, por ejemplo, claro que lo que ellos creen es la cruz. Su significado de la cruz es distorsionado si lo comparamos con el concepto cristiano, ellos creen que la cruz es la entrada al mundo de los dioses y hasta de los demonios, lo que no tiene nada que ver con Cristo. Ahora, también tienen un Cristo en un cajón en Zinacantán y lo sacan cada año. Es decir, tienen otro sentido de quién es Cristo. Pero en lugar de rechazar completamente esos símbolos, que son de mucha importancia para ellos y muy sagrados, se puede aprovecharlos y construir puentes de dónde están ellos hasta donde Dios quiere que estén. En cada cultura hay cosas positivas y negativas. Las cosas que podemos compartir son las que ellos necesitan. Este es otro principio, compartir el Evangelio con base en sus necesidades, no de lo que nosotros pensamos que ellos necesitan. Muchas veces entramos y pensamos “bueno lo que necesitan es el mensaje de Cristo”, ellos no saben eso y hasta piensan que no lo necesitan. Según ellos ya tienen todo lo que necesitan. Cuando uno convive con ellos por muchos años, por sí mismos llegan a la casa para decir “René tengo este problema, estoy bebiendo mucho”, o “mi esposo está borracho todo el tiempo, en qué me puedes ayudar”. Otros llegan y dicen “mi hijo está enfermo, ya lo llevé con curanderos, he gastado todo mi dinero y nunca se cura”. Fue entonces cuando empezamos a ofrecer ayuda en lo que ellos expresaban como sus necesidades. Este es tal vez el principio más importante, que no vayamos a imponer nada de lo que queremos nosotros sino responder a lo que ellos piden. Porque cuando ellos piden algo, cuando desde su cultura piden algo y dicen: necesito tal cosa, ¿no me puedes ayudar?, entonces no somos imperialistas sino recursos que contribuimos a conseguir ayudas para ellos. Entonces ya nos toman como una parte de sí mismos, o por lo menos comienzan a aceptar que estamos allí no para ser una amenaza a ellos sino para ser, en alguna forma, un recurso para ellos. El Evangelio ha crecido tanto entre los indígenas por varias razones, y una de ellas tiene que ver con la palabra libertad, libertad de la opresión de un sistema religioso que los tiene sin un Dios de amor. Quiero decir que sólo tienen dioses que los amenazan, dioses que únicamente les infunden temor. Sus dioses siempre demandan vivir en cierta forma, hacer ciertas cosas y si no las hacen los castigan. La idea de un Dios amoroso fue nueva para ellos. Claro, nunca habían pensado en algo así y por eso es muy extraño y difícil para ellos aceptarlo en un principio, porque dicen “¿cómo es posible, nuestros padres nunca nos han dicho algo semejante?” Al contrario, siempre nos dicen “si no haces todas las fiestas van a comenzar las inundaciones, van a venir problemas, vamos a tener enfermedades como castigo”. Creo que el mensaje de un Dios que les ama, que murió por ellos es tan revolucionario que como dice un amigo nuestro, el reconocido antropólogo Jan Rus: “este mensaje de liberación ustedes lo trajeron mucho antes de los que dicen estar trayendo la Teología de la liberación”. Esto quiere decir que esa es la base pero hay muchas cosas más que les atraen, como liberación de cosas específicas como el caso de las mujeres que son atraídas al Evangelio por querer que sus esposos ya no sean alcohólicos. La libertad de esto es algo muy importante no sólo para las mujeres sino por supuesto para los hombres atrapados por ese vicio. Hicimos una encuesta a principios de los años noventa, preguntando a todos los que encontrábamos donde trabajamos qué fue lo que les atrajo al Evangelio. La respuesta de 95 por ciento fue que tuvieron algún problema fuerte o específicamente enfermedad y que Dios los sanó en su cuerpo y espíritu. Esto fue lo que compartieron con sus padres, con sus familiares y entonces todos se hicieron evangélicos. En Chamula también hicimos la encuesta y un porcentaje también de 95 dijeron que de la experiencia de sanidad de alguien aceptaron el Evangelio. Esto nos cambió completamente la forma de comunicar el mensaje del Evangelio, porque en nuestra cultura (que somos muy materialistas en los Estados Unidos) siempre pensamos en enseñar el Evangelio. Lo que en realidad es muy diferente porque en la nueva forma de lo que se trata es de poner en acción el poder de Dios, para resolver problemas de la vida con la base del Evangelio. Junto con el amor de Dios expresado por su propia gente. He dicho a algunas personas, cuando me preguntan qué es la cosa más importante para el crecimiento de la Iglesia, que es el amor. Si los mismos zinacantecos evangélicos expresan el amor, claro que por medio de cosas específicas como la sanidad, esto es tan efectivo porque todos estamos buscando alguien que nos ame, Dios y/o otro compañero. Esta es la forma más segura de tener a su compadre, a su comadre más cercana, abiertos para el Evangelio. Esto cabe perfectamente bien en su sistema cultural, todos están buscando ese tipo de ayuda. Tienen sus curanderos, sus chamanes, tienen todo un sistema, en eso no hay que destruir nada, se puede compartir el Evangelio. Yo siempre he dicho que la base es siempre pensar en afirmar la cultura, todo lo que es de ellos, no condenar, no rechazar, no juzgar. Después hay que completar con el Evangelio. Así podemos evitar en buena parte las reacciones negativas. Puedo decir que este es tal vez el principio más importante que hemos aprendido de trabajar en otra cultura. Creo que se puede usar este modelo con todo lo que implica. Nosotros como misioneros hemos visto, y ha sido una gran bendición, todo el círculo completo de la obra misionera, desde que no haya creyentes en un lugar hasta la traducción de la Biblia. El tema de ahora es que la Iglesia evangélica indígena está a punto de enviar misioneros a otras partes de México e incluso al extranjero. Carla: Van a ir a Oaxaca, aquí en Chiapas quieren trabajar con los zoques, y en el extranjero están pensando enviar misioneros a Turquía. René: A nosotros nos tocó ver todo el ciclo, desde su nacimiento hasta su madurez. Carla: ¡Y pensamos que nada más íbamos a sembrar! René: El ciclo no es nada más de la Iglesia tzotzil, incluye a los choles y tzeltales. Ellos tienen ya una visión de que quienes recibieron misioneros, y que son indígenas y que han enfrentado la persecución, y que han visto todo lo que se necesita hacer para el crecimiento de la Iglesia, ahora son los indicados para ser misioneros porque han experimentado todo. Ya tenemos candidatos para ir a Turquía, con seis años de cursos en misionología y estamos en el proceso de establecer relaciones con agencias misioneras en Turquía, ya tenemos dos contactos muy positivos. La otra etapa es compartir el proyecto con las iglesias de Chiapas, porque no queremos que sea un proyecto nacido en Chiapas pero con dinero de los Estados Unidos. Por otra parte, en la zona zoque, donde hay poco trabajo, las misiones han sido de norteamericanos o mestizos y no de indígenas a los indígenas. Por esto ahora quieren ir allá. Carla: Felipe Hernández Arias (líder evangélico tzotzil, CMG) dice que la frontera es zoque y chol, por lo cual es natural que vayan líderes y pastores choles, algunos de ellos casados con mujeres zoques, a misionar. Ya tienen candidatos para este trabajo, un pastor chol y un joven tzeltal, ingeniero graduado de la universidad. Y los tzotziles también están buscando un candidato. René: Están captando la visión misionera, y esto es muy emocionante para nosotros, porque quienes recibieron misioneros ya se están dando cuenta que tienen la responsabilidad ante Dios de enviar misioneros. Ahora, parece que la misión va a ir del sur al sur, y del sur al norte. td width="8">
Artículos anteriores de esta serie:
1Los Sterk: llegada y primeros años
2Los Sterk: llegada a Chiapas
3Los Sterk arriesgan la vida en Chiapas
4De Navenchauc a San Cristóbal de las Casas
5La traducción de la Biblia al tzotzil

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Kairós y Cronos - Por qué se extendió el Evangelio en Chiapas