Razones teológicas y consecuencias sociales. Notas para comprender la religión en la 4T (I)

Para López Obrador resulta esencial moralizar al país, devolverle los valores supuestamente perdidos por la corrupción de los gobiernos neoliberales.

01 DE MARZO DE 2020 · 13:30

Andrés Manuel López Obrador. / Wikimedia Commons.,
Andrés Manuel López Obrador. / Wikimedia Commons.

Incluso los discursos teológicos más espiritualistas, los que proponen la fuga del mundo, tienen consecuencias sociales.

Y todavía más cuando desde una cierta identidad confesional/teológica se propone llegar al cielo por asalto, es decir, instrumentalizar las instancias del Estado para generalizar en la sociedad una determinada agenda moral/política.

En buena medidada López Obrador obtuvo contundente triunfo en las urnas por el descrédito de los partidos políticos y sus respectivos candidatos.

Las promesas de que con él la administración pública sería honesta, su capacidad de comunicar esperanza y su evidente modo de vida austero le dieron ventaja sobre los otros candidatos.

Además logró conectar con el electorado dispuesto a confiar en un estilo mesiánico de gobernar, entendido éste como cambios inmediatos y drásticos para transformar el entorno social tan deteriorado por los gobiernos anteriores.

En cuanto a las expectativas despertadas por él en la franja de la población identificada con creencias de corte protestante/evangélico/neoevangélico, tuvo éxito al comunicarse en clave bíblico/teológica.

Antes de intentar desarrollar las notas acerca del tema asignado, es importante apuntar que para el presidente Andres Manuel López Obrador su periodo en el poder es visto como el eslabón final que consumará las transformaciones históricas de México.

La primera transformación fue el movimiento de Independencia de España (1810-1821). La segunda estuvo encabezada por la Reforma juarista, cuyas leyes quitaron el dominio económico, político y religioso a la Iglesia católica (1859-1860). La tercera fue la lucha por hacer efectivo el sufragio ciudadano y crear una nueva Constitución (1910-1917).

Finalmente, la cuarta, será resultado de las políticas impulsadas por AMLO y que dotarán al país de un marco nuevo para desarrollar un potencial contenido por el régimen neoliberal que dominó al país por tres décadas.

En la última campaña electoral que lo llevó a la presidencia, López Obrador acentuó rasgos moralistas/religiosos ya presentes en sus dos intentos anteriores por acceder a la titularidad del poder ejecutivo.

Para él resulta esencial moralizar al país, devolverle los valores supuestamente perdidos por la corrupción de los gobiernos neoliberales.

Por lo tanto más que fortalecer y depurar las instancias impartidoras de justicia y hacer vigente cotidianamente el Estado de derecho, en su óptica lo imprescidible es sanear las conciencias y hacer de México una República amorosa.

El 6 de diciembre del 2011, en su segunda campaña por la presidencia de la nación, AMLO dio a conocer su ideario titulado Fundamentos para un República amorosa. Entonces perfiló la necesidad de una transformación espiritual, mediante las “reservas morales” existentes en la sociedad mexicana.

La fuente principal de la propuesta estuvo representada por el opúsculo que escribió Alfonso Reyes en 1944, La cartilla moral. Entonces el mayor helenista y prolífico escritor afirmo que el ser humano “debe educarse para el bien.

Esta educación, y las doctrinas en que ella se inspira constituyen la moral o ética […] Todas las religiones contienen también un cuerpo de preceptos morales, que coinciden en lo esencial.

La moral de los pueblos civilizados está toda contenida en el cristianismo […] Podemos figurarnos la moral como una constitución no escrita, cuyos preceptos son de validez universal para todos los pueblos y para todos los hombres.

Tales preceptos tienen por objeto asegurar el cumplimiento del bien, encaminando a este fin nuestra conducta”. Reyes replica lo que varios autores del siglo XIX mexicano intentaron al redactar catecismos cívicos y/o políticos, contribuir a formar ciudadanos virtuosos, que a su vez con su virtuosidad contribuyesen a crear un entorno social más hospitalario para todos.

En los meses previos a las elecciones presidenciales de 2018, López Obrador anunció que en su gobierno impulsaría la redacción de una Constitución moral. Solamente expuso generalidades y puntos de vista voluntaristas, como usualmente hace cuando bosqueja los cambios necesarios para transformar al país.

Ya en el gobierno instruyó imprimir la Cartilla moral de Alfonso Reyes y distribuirla masivamente, labor a la que se prestó un sector de las iglesias evangélicas cuyo liderazgo es el más mediático.

Por cierto que la edición de la Cartilla hecha por la 4T fue rasurada, ya que le quitaron líneas incluidas en la versión original. Al suprimirle referencias religiosas hechas por Reyes, desde el gobierno pretendieron presentar el documento en una versión pretendidamente más laica.

Los exhortos presidenciales, algunos les han llamado homilías, en las conferencias diarias de prensa siempre tienen dos componentes. No son los únicos, pero invariablemente forman parte de las respuestas que da cuando preguntan quienes cubren para su medio informativo el ritual que tiene lugar en Palacio Nacional.

Reiteradamente se auto elogia y declara que él no es depredador, como sus antecesores en el cargo, y descalifica, con una amplia gama de adjetivos, a sus oponentes o críticos. Por una parte auto elogios y, por la otra, vituperios.

Al Presidente le gusta citar pasajes bíblicos. En ocasiones lo hace de manera textual, y en otros momentos recurre a paráfrasis.

Ésta última forma la utilizó el viernes de Semana Santa del año pasado, cuando mediante Twitter escribió: “Bienaventurados los pobres, los humildes, los que lloran, los que padecen de persecución, los que tienen hambre y sed de justicia, y los de buen corazón”. La cita forma parte de las palabras de Jesús en el conocido como Sermón del Monte, específicamente se localizan en Mateo 5:3-8.

Un día después subió lo siguiente: “Callaron como momias cuando saqueaban y pisoteaban los derechos humanos y ahora gritan como pregoneros que es inconstitucional hacer justicia y desterrar la corrupción. No cabe duda de que la única doctrina de los conservadores es la hipocresía. Son como sepulcros blanqueados”.

La última frase es un reclamo hecho por Jesús en Mateo 23:27 a maestros de la ley y los fariseos que anteponían posturas legalistas a procurar justicia.

AMLO es un personaje de convicciones religiosas. Por lo mismo en sus discursos y proyecto transformador hace continua alusión a frases cuya fuente reconoce un porcentaje de la población mexicana, el sector familiarizado con la lectura de Biblia, pero que no registra quien desconoce la mencionada obra.

En variadas ocasiones y ante distintos auditorios ha expresado que no sólo de pan vive el hombre, alusión al Evangelio de Mateo 4:4 (que a su vez retoma Deuteronomio 8:3).

También gusta repetir que nuevas circunstancias requieren novedosas soluciones, para lo cual con recurrencia cita que no debe ponerse el vino nuevo en botellas viejas, eco de Marcos 2:22.

Otra cita bíblica deslizada frecuentemente, sin mencionar explícitamente el pasaje, es Isaías 32:17, que dice la paz es fruto de la justicia. Una cita más de la Biblia que gusta mencionar es el Salmo 85:10, donde se lee que la justicia y la paz se besaron.

Ya que es inclinación presidencial evocar frases bíblicas, considero que tal vez pudiese el titular del Poder Ejecutivo tener presentes pasajes que hablan del poder que las palabras tiene para edificar o derruir.

En la traducción preferida de AMLO, la Reina-Valera 1960, el llamado libro de Proverbios, en el capítulo 27, versículo 2, contiene la siguiente instrucción: “Alábete el extraño, y no tu propia boca; el ajeno, y no los labios tuyos”.

Es decir, reiterados autoelogios no necesariamente implican el reconocimiento de otros y otras a la lisonja vertida. Es más, puede causarse el efecto contrario al buscado, ya que encomiarse uno mismo termina por enfadar a la contraparte.

En Proverbios 18:6 leemos que “los labios del necio traen contienda; y su boca los azotes llama”. Más adelante, el versículo 21 menciona la doble faceta que pueden tener las palabras proferidas: “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”.

En el Nuevo Testamento la Carta de Santiago contiene una sección que alecciona sobre los males que podrían causar las agresiones simbólicas cuando lanzamos palabras como dagas: 

“Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!” (capítulo 3, versículos 2 al 5).

Otra de las constantes en el discurso lopezobradorista es considerar que las críticas a su administración necesariamente son provocadas por intereses oscuros, por personas moralmente derrotadas a quienes llama peyorativamente conservadoras.

Las críticas, si saben aprovecharse, robustecen y no necesariamente son dardos envenenados. Porque bien lo dice Proverbios:” El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre” (27:17, Nueva Versión Internacional).

Es paradójico que quien se dice profundamente juarista, sea al mismo tiempo quien abra flancos para debilitar la laicidad del Estado y, al hacerlo, esté difuminando líneas necesarias para salvaguardar la diversificación de la sociedad mexicana.

El sector evangélico/neoevangélico que considera llegado el momento de hacer valer su peso demográfico mediante alcanzar posiciones de poder político para implementar una cierta agenda pública, considera tener en el presidente López Obrador un aliado ya que es un hombre de fe.

De forma un tanto esquemática y mecanicista el citado sector cree llegado el momento de instrumentalizar políticamente sus convicciones teológicas/religiosas.

Sobre esto tratará la próxima entrega.

Ponencia presentada en el Foro Defender el Estado laico: religión y política en la 4T, 2-3 de marzo, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Kairós y Cronos - Razones teológicas y consecuencias sociales. Notas para comprender la religión en la 4T (I)