El apologista: ¿héroe o villano?

México · 26 DE ABRIL DE 2025 · 03:13

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Aunque radico en el norte del país, hice un amigo por las redes sociales que vive en el sureste de México, quien tiene un programa de televisión de corte apologético. Me hizo reflexionar sobre el poder que puede desarrollar un apologista.  

El apologista asume la responsabilidad de hablar en nombre de la verdad que debería, según él, tener la mayoría, esté o no de acuerdo con él esa mayoría. El apologista promueve la confrontación de las ideas al punto que genera confrontación con las personas.

Una cosa es segura: para bien o mal, el apologista no pasa desapercibido. El apologista se vuelve investigador, acusador, fiscal y juez de las opiniones, ideas, normas o doctrinas que externan o promueven otros, cuando las considera equivocadas, estén dentro o fuera del contexto en el que él se desenvuelve.

Por ello, el apologista no solo debe estar seguro de sus convicciones, sino también debe estar seguro de la certeza de sus convicciones. El apologista debe ser íntegro para no establecer hechos no confirmados, o con información imprecisa o tendenciosa; esto, para evitar la injusticia o la calumnia. Debe tener claras sus motivaciones, convicciones y capacidades. Sobre todo, debe mantener puro su corazón para no dar entrada a la soberbia y la sinrazón. Debe decidir si va a combatir las ideas equivocadas de las personas, o atacar a las personas por sus ideas equivocadas

El apologista debe saber hacia donde dirige la controversia, para que no se vuelva estéril o contraproducente. Necesita reconocer qué peleas luchar y cuáles sabiamente eludir, para no desgastarse en lo superfluo o inconquistable. Debe ser lo suficientemente inteligente para escoger el campo correcto para las batallas que puede sostener, y considerar si la controversia realmente ayuda al público que le ve, lee o escucha. Cuando la batalla de las ideas o comportamiento anticristiano se lleva a la arena pública, el apologista debería poner en la balanza el beneficio y el daño probable, para determinar si en ciertos casos se pueda hacer más mal que bien.

 

El apologista bíblico

- Debe tener valor para denunciar y desafiar ("Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar" Gálatas 2:11 RVR1960).

- Debe tener una buena dosis de humildad, para poner a prueba en privado y ante otros pares sus convicciones ("Pero... para no correr... en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles" Gálatas 2:2 RVR1960).

- Como también necesita reconocer cuando tiene la verdad en el fondo, pero se equivoca en la forma ("Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo" Hechos 23:5 RVR1960)

- El apologista fantasioso peleará contra “molinos de viento”, pero el verdadero, nos guste o no, es un crisol necesario para doctrinas, prácticas y ministerios.

- Finalmente,  creo que el apologista debe tener claro que puede ser aplaudido o repudiado, amado o detestado, reconocido como valiente o como necio, ser aclamado por las multitudes o quedarse solo, ser un constructor o un destructor. Puede ser visto como héroe o como un villano,

Si le mueve la fidelidad y el amor a Dios, aceptará el costo con gozo, para no convertirse en un resentido corazón solitario. 

 

José Santos Castañeda Ulloa – Ldo. Teología - México

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - JOSÉ SANTOS CASTAÑEDA ULLOA - El apologista: ¿héroe o villano?