En tu Palabra echaré la red

Ya están limpias las redes, listas para ser guardadas. Hoy la fajina ha sido infructuosa, ningún pez ha querido enredarse en la  engañosa malla y mi plan ha fracasado.

Ni siquiera una despistada Tilapia me ha regalado su vida para ser vendida, o simplemente para acabar en las brasas y servir de rico alimento.

Te acercas, me pides bogar mar adentro, abandonar la orilla y volver a echar las redes; una petición aparentemente absurda pero que cobra sentido cuando es expresada por ti.

Toda la noche faenando sin obtener recompensa y ahora, llegada la mañana, con los ojos cargados de sueño he de atender a una extraña petición, disparatada solicitud .

Inútil ha sido el esfuerzo y con voz aplomada te digo que la briega nocturna no ha dado frutos, pero que aun así, si Tú me lo pides, abandono la desgana y en obediencia hago lo que me demandas.

Reemprendo la tarea, Tú sabes lo que haces, y aunque el resultado vuelva a ser el mismo, en tu nombre lanzaré una y otra vez mi red.

No sé si ésta volverá a resurgir de las aguas portando una plateada ofrenda, puede que vuelva vacía, henchida de llanto, quejumbrosa y sucia.

No importa lo que suceda, sé que tu palabra tiene ilimitado poder y ocurra lo que ocurra, la mañana se dispersará hacia el mediodía con la  grata sensación  de haber sido un siervo obediente a la voz de su Maestro.

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