Y de nuevo, primavera

Ha irrumpido la primavera con todo su esplendor. Me arrulla con besos de abril.

Paseo entre dunas, sabinas, lentiscos y pinos.

Siento como el terreno aún está húmedo por las recientes lluvias.

Hay barrizales , improvisadas charcas en las que los pajarillos beben y mojan sus plumas.

Mientras paseo , la brisa me recuerda que la primavera suele peinar lo que el invierno ha despeinado, aquello que con su azote frío ha dejado en la más profunda soledad.

La primavera pigmenta de color lo que el invierno destiñe.

Paseo y pienso en mi vida, una vida que se asemeja a las estaciones del año.

A veces paso por otoños ocres donde los días se deslizan en el calendario con la cadencia de un verso y al recitarlo , pierdo la noción del tiempo.

A veces paso por el hostil y frío invierno que me ciñe y siento la ausencia de los abrazos de quienes ya no están .

También atraviesa mi ser por el tórrido verano donde el implacable sol me hiere arrebatándome el brío.

La primavera me invita a florecer, se abre paso entre las grises nubes suspirando aliviada pues el invierno cesó.

Se desata la melodía de la vida y esta suena a verderón , a cogujada y herrerillo.

Huele a azahar , a tierra húmeda , a rosales y jazmines.

La primavera me visita y abro mis brazos deseosa de que mi vida florezca al igual que lo hacen las flores en esta estación, que propague un aroma dulce, agradable ofrendado al Creador.