Yo soy la número 100
Él conoce cada uno de mis pasos, sabe donde encontrarme, Él no permite que me pierda.
05 DE SEPTIEMBRE DE 2022 · 11:00

La Biblia está plagada de alusiones numéricas. La numerología es algo muy estudiado, trillado.
Hay quienes encuentran en los número un significado profundo, extrayendo de los mismos un extendido análisis que a menudo resulta tedioso de leer y entender.
Es bien cierto que los números aparecen continuamente en la Biblia y tienen su significado; todo en la palabra tiene su por qué y para qué. Yo no soy muy de números, me gustan y simpatizo mucho más con las letras, pero si tuviera que definirme o sentirme identificada con algunos de los números que aparecen en la Palabra este sin ninguna duda sería el cien.
Yo soy esa oveja número cien por la que el buen pastor abandona a las noventa y nueve y sale en su búsqueda.
Soy esa que sin saberlo es rastreada con ímpetu y cuando es hallada recibe un trato especial por parte del Pastor, que poniéndola sobre sus hombros, la conduce hasta el redil.
Puede que el Pastor dañe mi pata en un acto de aparente crueldad, pero ocasiona ese mal para hacerme entender que no debo abandonar el rebaño, que mi vida debe ser vivida junto a la grey.
Sin ninguna duda yo soy la número cien. No tengo muy buen sentido de la orientación y por ello suelo despistarme fácilmente. Él siempre sale a mi encuentro, me busca y gracias a su perseverancia siempre me halla.
Oigo su voz, la reconozco. Entre las muchas voces que se reproducen a mi alrededor soy capaz de distinguir la voz de mi Pastor, una voz que me alienta a volver a casa, a ese lugar seguro.
Él conoce cada uno de mis pasos, sabe donde encontrarme, Él no permite que me pierda.
Soy una simple oveja, la oveja número cien. Mi valor radica en que Él es capaz de abandonar el resto del rebaño tomar su cayado y caminar entre escarpados parajes con el deseo de encontrarme.
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