Raíces profundas

“Las tormentas hacen que los árboles tengan raíces más profundas”.

10 DE OCTUBRE DE 2014 · 19:09

Raíces junto al río.,raíces
Raíces junto al río.

Las raíces sondean la tierra buscando el agua, los nutrientes necesarios para poder brotar fuera del terruño. Profundizan en su búsqueda adhiriéndose a lo profundo de la tierra creando un sólido anclaje que a modo de cimiento fijará lo que algún día llegará a ser un árbol.

Ningún árbol está exento de los azotes y embestidas que provocan los vientos, pero, ese árbol que ha crecido teniendo poderosas raíces subterráneas será mucho más firme ante la adversidad.

Yo quiero tener raíces profundas. Aferrarme a mi terreno y descender hacia lo profundo buscando el sustento para así poder brotar cuando llegue el momento y emerger como árbol fuerte.

Quiero que mis raíces busquen lo fundamental, dejando a un lado la menudencia, lo insignificante, priorizando y dando cabida en mí a lo realmente esencial.

Si no soy capaz de alimentar mis raíces, creceré como arbusto endeble que con el más leve roce de viento será quebrado.

Profundizar conlleva un arduo ejercicio de constancia, de espera, de lucha.

A veces resulta más sencillo tomar el alimento que alegremente me proporcionan, un alimento superficial que me hará parecer vigorosa pero que no me formará resistente y enérgica ante la adversidad.

Las pruebas, los problemas, son asignaturas que proporcionan a quienes se atreven a solventarlas una madurez y experiencia capacitadora y aunque las adversidades no son gustosas de atravesar, son necesarias para el crecimiento.

Huir de los momentos sombríos, de las situaciones complicadas, es la técnica que algunos utilizan para no sentir dolor, este procedimiento te impide crecer. Es necesario sufrir para comprender asuntos a los que no podemos acceder de otra manera.

Cuando superas la prueba y dices adiós a la congoja, asimilas desde la calma todo aquello que has aprendido, facultad perfeccionada que abre puertas, que doblega tu corazón para poder entender cuestiones que antes permanecían ocultas y carentes de sentido.

Quiero crecer aferrada a Dios. Que mis raíces estén arraigadas a sus preceptos. Aclimatarme a su amor y establecerme siempre en la periferia de su gracia.

Quiero crecer hacia abajo, firmemente cimentada, asida por su misericordia y regada continuamente por su bondad.

Deseo convertirme en un árbol fuerte, que de buena sombra y bajo el cual se pueda hallar confortamiento.

Un árbol poseedor de fuertes raíces que lo fundamenten a la tierra.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Íntimo - Raíces profundas