El Sínodo General de la Iglesia Luterana de Finlandia no aprueba el matrimonio entre personas del mismo sexo

La propuesta del comité jurídico no obtuvo la mayoría de tres cuartos necesaria para salir adelante.

Matti Korhonen

HELSINKI · 23 DE MAYO DE 2025 · 10:03

Tapio Luoma, arzobispo de la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia. / Foto: Aarne Ormio / Kirkon kuvapankki.,
Tapio Luoma, arzobispo de la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia. / Foto: Aarne Ormio / Kirkon kuvapankki.

El viernes 8 de mayo el Sínodo General de la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia votó la propuesta del comité jurídico de añadir dos visiones paralelas del matrimonio al Ordenamiento Eclesiástico.

La votación se saldó con 62 votos a favor y 40 en contra y seis abstenciones, así que la propuesta no obtuvo la mayoría de tres cuartos necesaria apara salir adelante.

Tras la votación, el arzobispo Tapio Luoma agradeció al Sínodo su trabajo, pero también expresó su decepción por el hecho de que la propuesta no hubiera sido aprobada.

“Si la iglesia no se toma en serio los cambios que se están dando en el mundo, al final será incapaz de cambiar el mundo”, dijo.

También expresó su esperanza de que la iglesia acabe encontrando una solución al desacuerdo sobre el matrimonio.

El informe de la comisión jurídica se basaba en una propuesta de la Conferencia Episcopal para introducir dos conceptos paralelos de matrimonio en la Iglesia.

Uno que defina el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer; y el otro, como la unión entre dos personas. Los obispos tendrían la opción de casar a parejas del mismo sexo, pero también podrían negarse a hacerlo.

Además de la propuesta de los obispos, el comité jurídico recomendó ampliar la objeción de conciencia no sólo a los sacerdotes, sino también a los que participan en la ceremonia.

 

Apoyos y críticas

Hubo 60 intervenciones en el debate general del Sínodo General. La primera intervención corrió a cargo de Viking Vuori, presidente de la comisión jurídica, que presentó la posición de dicha comisión el martes 6 de mayo.

Según Vuori, los sacerdotes ya casan a parejas del mismo sexo sin que los obispos intervengan y una modificación del Reglamento de la Iglesia permitiría aplicar las mismas condiciones en todo el país.

Vuori admitió que la presentación no era la ideal. Aunque la mayoría de las minorías sexuales han apoyado la propuesta, también ha recibido críticas.

Según los críticos, incorporar conceptos paralelos de matrimonio en el Ordenamiento Eclesiástico legitimaría la discriminación de las minorías sexuales.

“En su evaluación, la comisión jurídica ha llegado a la conclusión de que las ventajas superan a los inconvenientes”, dijo Vuori.

 

“¿Se está reduciendo el Todopoderoso a la limitada comprensión del hombre?”

Ocho miembros del comité jurídico expresaron su desacuerdo con el informe. Uno de ellos fue Eino Nissinen, que lideró los argumentos contra la propuesta en el Sínodo General.

Nissinen señaló que, según el primer artículo del Ordenamiento Eclesiástico, la doctrina de la Iglesia se basa en la Sagrada Biblia, y que la propuesta de los obispos y del comité jurídico debía examinarse a la luz de ésta.

Según Nissinen, la justificación del matrimonio entre personas del mismo sexo no se basa principalmente en la Biblia y las Confesiones Luteranas, sino en la opinión de la sociedad en general.

“La idea de que la revelación bíblica del matrimonio como unión entre un hombre y una mujer es inapropiada para los tiempos modernos debido a diferencias históricas, culturales o sociales, es problemática”, señaló.

Para Nissinen, “la sugerencia de que Jesús carecía de una comprensión de la sexualidad humana socava su papel como Hijo de Dios y maestro infalible”.

“Reduce al Todopoderoso, el Dios eterno del tiempo y el lugar, a la limitada comprensión del hombre”, añadió.

 

Juntunen: “Los obispos conspiran”

Los ponentes también criticaron la actuación de los obispos. Sammeli Juntunen se refirió al argumento de los obispos de que la “situación de facto” justifica la adopción de una nueva doctrina matrimonial junto a la antigua.

Sin embargo, los propios obispos han contribuido a crear esta “situación de facto” al permitir que las parroquias decidan que las parejas del mismo sexo puedan casarse en sus locales.

“Pero, ¿quién va a casar a esas parejas si a los sacerdotes no se les permite hacerlo? Eso no es buen gobierno. Hay una palabra para ello en Finlandia: suhmurointi (conspirar). Es un intento de convertir a hurtadillas el matrimonio de género neutro en un matrimonio de facto y, por tanto, oficial, sin que se den las razones adecuadas”.

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