El piloto británico Jack Hemmings, fundador de Mission Aviation Fellowship (MAF por sus siglas en inglés) y antiguo jefe de escuadrón de la Fuerza Aérea Real británica (RAF), falleció el 24 de enero a los 103 años.

Su esposa Kate, su hijo Adrian y tres nietos le sobreviven.

Un legado de servicio

Nacido el 10 de agosto de 1921 en Bentham (Yorkshire), Hemmings ingresó en la Real Fuerza Aérea en 1941, a la edad de 19 años. Durante la Segunda Guerra Mundial estuvo destinado en la India británica, donde fue ascendido a jefe de escuadrón y obtuvo la Cruz de la Fuerza Aérea británica en 1946 por su “gallardía ejemplar en vuelo”.

Después de la guerra, Jack, junto con otro veterano de la RAF. Stuart King, “quería utilizar la aviación para hacer el bien”, por lo que fundaron MAF en 1945, que se ha convertido desde entonces en la mayor aerolínea humanitaria del mundo.

En 1948 emprendieron el primer vuelo de reconocimiento humanitario a través de África central, para evaluar las necesidades de algunas de las comunidades más aisladas del mundo. En aquel vuelo chocaron contra un platanero y el avión quedó destruido, pero ambos sobrevivieron con sólo cortes y magulladuras.

Hemmings ganó la carrera aérea de Dungeness a Le Touquet en 1985, y el. Premio Master Air Pilot de la RAF en 2017.

El veterano de guerra siguió volando hasta los 102 años. Para celebrar su cumpleaños número 100, Hemmings realizó acrobacias aéreas. Al año siguiente, se puso a los mandos de un Miles Gemini por primera vez en casi 75 años.

Cuando el año pasado, a los 102 años, pilotó un Spitfire, se cree que fue el piloto británico de más edad en hacerlo.

Por encima de todos sus logros, para el piloto británico lo más importante era “el número de personas cuyas vidas se han enriquecido gracias a los servicios de MAF. MAF es el Buen Samaritano de los cielos”.

La mayor aerolínea humanitaria del mundo

Mission Aviation Fellowship es una organización misionera cristiana cuyo objetivo es “llevar ayuda, esperanza y sanación a través de la aviación, con el fin de ver a personas en lugares no alcanzados transformadas por el amor de Cristo”.

“Nuestros pilotos y personal llevan cooperantes, médicos, pastores, Biblias, libros de texto, alimentos, medicinas... todo lo que sólo puede transportarse por aire de forma segura y rápida”, explican en la web de MAF.

MAF ofrece un servicio de vuelos subvencionados a más de 2.000 grupos humanitarios y misioneros, que vuelan a más de 25 países de todo el mundo.

Desde 1945, la organización cristiana ”ha tenido la visión de llevar el Evangelio hasta los confines de la tierra. Hoy, MAF sigue sirviendo a la Iglesia y a quienes plantan iglesias, animan a los cristianos de comunidades lejanas y traducen la Biblia a las lenguas 'del corazón' de distintos grupos de población”.

También participa en proyectos educativos,de ayuda en catástrofes y en procesos de paz, volando a lugares inaccesibles y zonas de conflicto.