El Ministerio del Interior de Francia ha ordenado el cierre temporal de una mezquita en Beauvois, al norte de París. El lugar de culto islámico permanecerá cerrado durante seis meses después de que las autoridades hayan considerado que parte de su predicación ha incitado al odio y ha promovido una “apología de la yihad”, según han asegurado fuentes regionales a la agencia de noticias AFP.

Hace dos semanas, el ministro de Interior, Gérald Darmanin, había dicho que un imán en esa mezquita en cuestión estaba “señalando a cristianos, homosexuales y judíos” en su predicación y “había glorificado la yihad y los combatientes, a quienes ha descrito como héroes”. Algo que, en palabras del ministro, es “inaceptable”.

Interior también apunta que el predicador ha defendido una “práctica rigurosa del Islam” y su “superioridad a las leyes de la República”.

La asociación que administra la mezquita ha asegurado que las palabras del imán, quien según los medios locales es un recién convertido al Islam, “ha sido sacadas de contexto”. Además, añaden que el predicador ha sido suspendido después de que las autoridades se comunicaron con la mezquita con una advertencia sobre su predicación. Por todo ello, han apelado judicialmente la decisión de Interior, de cerrar del local.

El gobierno ahora ha admitido que ha investigado 99 mezquitas y salas de oración musulmanas en Francia para encontrar mensajes ideológicos que chocan con los valores republicanos. En los últimos meses se han cerrado 25 de estos lugares de culto, según las autoridades.

La ley anti-separatismo

Los grupos islamistas en Francia se han visto sometidos a más presión en los últimos meses, ya que Francia aprobó una ley contra el separatismo que apunta a los grupos religiosos cuyas enseñanzas chocan con los principios fundamentales de la república, entre los cuales destaca su laicité.

Según Euronews, varias asociaciones islamistas en Francia también se han disuelto desde que se promulgó la ley.

La controvertida ley no solo ha alarmado a los grupos musulmanes, sino también a las iglesias evangélicas, que han denunciado un ataque innecesario a las minorías religiosas. Durante el acalorado debate previo a la aprobación de la ley, el ministro Gérald Darmanin llegó a decir que “los evangélicos son un problema muy importante”. Posteriormente, el Ministerio de Interior se disculpó por estas palabras.