China confía su sentido de hegemonía global a Xi Jinping

El actual líder del PCCh es encumbrado en una resolución histórica del Comité Central que lo equipara a Mao Zedong y le asegura una larga estancia en el poder.

Redacción PD

PEKÍN · 12 DE NOVIEMBRE DE 2021 · 19:15

Xi Jinping en el acto de celebración del Partido Comunista de China el pasado mes de julio. / Captura de pantalla BBC.,
Xi Jinping en el acto de celebración del Partido Comunista de China el pasado mes de julio. / Captura de pantalla BBC.

Cuando accedió al poder en 2013, de Xi Jinping se podía esperar poco más que un mandato de diez años, igual que sus últimos predecesores, y una continuación del proyecto político de China hasta la fecha. Sin embargo, siete años después, su nombre ya ha adquirido un carácter único en la historia del gigante asiático. Así lo ha reconocido el Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) en su sexto pleno.

Dentro de un año, el organismo político que aglutina el poder en China volverá a reunirse para escoger a su líder hasta 2027, y el nombre de Xi Jinping es ya una garantía, según el comunicado del pleno que se ha celebrado este noviembre y que ha difundido la agencia de noticias estatal Xinhua.

El Comité Central del PCCh ha asegurado que, bajo el mandato de Xi, China ha conseguido “logros históricos y se ha sometido a una transformación histórica”. “Ha presentado una serie de ideas, pensamientos y estrategias nuevas y originales sobre la gobernanza nacional, en torno a las principales cuestiones de nuestros tiempos”, han dicho. “El Comité Central llama a todo el partido, todo el ejército y a la gente de todos los grupos étnicos a unirse alrededor del Comité Central con el camarada Xi Jinping como su núcleo, para poner en marcha la nueva era de socialismo con características chinas. Estamos convencidos de que el Partido Comunista y el pueblo chino aumentarán las grandes glorias y victorias de los últimos cien años con glorias y victorias aún mayores en el nuevo viaje que nos espera en la nueva era”, han añadido.

La idea de “nueva era” no es casual. Y es que, con la nueva resolución, Xi es equiparado al autor ideológico del régimen y fundador de la República Popular, Mao Zedong, y a Den Xiaoping, el líder que dirigió la adaptación del maoísmo al capitalismo global en la década de 1980. 

El objetivo es consolidar al país como una “nación socialista moderna” para 2035 y convertirse en una potencia “fuerte” y “próspera” para 2049, coincidiendo con el aniversario de la creación de la República Popular. “Todo el partido debe defender el marxismo-leninismo de Mao Zedong, la teoría de la triple representatividad de Deng Xiaoping y la perspectiva científica del desarrollo e implementación plena del pensamiento de Xi Jinping, sobre el socialismo con características chinas para una nueva era”, ha remarcado el Comité Central en su comunicado.

El culto al líder, siempre una mala noticia

En apenas siete años, Xi Jinping ha consolidado un liderazgo férreo en el país, alentado en parte por su respuesta a conflictos como el de Hong Kong, el de Taiwán o el de los abusos sobre la población uigur en la región de Xinjiang

Según Massimo Introvigne, analista y editor de la publicación Bitter Winter, especializada en contenidos sobre la libertad religiosa y de conciencia en China, el concepto de democracia de Xi Jinping incluye cinco elementos que se caracterizan por un “autodenominado constitucionalismo”, una oposición a celebrar elecciones con diferentes partidos, el rechazo de “la división de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial”, la falta de un sistema bicameral y la “resistencia a la independencia judicial”.

El sexto aspecto, advierte Introvigne, “no carece de importancia”. “El aparato de propaganda del PCCh está llamado a ‘contar buenas historias’ internacionalmente y a vender el sistema chino como ‘democracia’”, subraya. En este sentido, China se ha erguido ya no solo como potencia regional en Asia, sino que ha ampliado su influencia especialmente en África y también con algunas fuerzas de conflictos históricos, como es el reciente caso del acuerdo con los talibanes.

Un proyecto ambicioso

En paralelo al proyecto de la ‘Nueva ruta de la seda’, las incógnitas se centran alrededor de cómo observa esta nueva potencia los derechos humanos, especialmente a la vista de su actitud con los casos de Hong Kong, Taiwán y los uigures. Uno de los derechos humanos fundamentales más castigados en la China del PCCh es el de la libertad religiosa y de conciencia.

Precisamente a finales del mes de octubre, la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF, por sus siglas en inglés) publicaba un boletín informativo sobre diferentes reglas con las que el gobierno chino ha aumentado su control sobre los grupos religiosos. Las llamadas ‘Medidas sobre la gestión del clero religioso’ complementan la regulación de 2018 y contemplan, entre otras cosas, requisitos para asegurar que los ministros religiosos apoyen al régimen del PCCh y se abstengan de participar en “actividades religiosas ilegales”, siendo este concepto tan amplio como el partido quiera aplicarlo.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Internacional - China confía su sentido de hegemonía global a Xi Jinping