Varios hombres armados irrumpieron en la propiedad del presidente de Haití, Jovenel Moïse, en Puerto Príncipe, y lo asesinaron este miércoles, informó el primer ministro interino, Claude Joseph, después del ataque. Los atacantes también hirieron a su esposa, que ha sido evacuada a un hospital de Florida (Estados Unidos) donde se dice que se encuentra en estado crítico pero estable y está recibiendo tratamiento.

El jefe de la Policía Nacional de Haití ha confirmó en un comunicado televisado el miércoles por la noche que “cuatro mercenarios fueron asesinados y dos fueron interceptados”, y que “tres policías que habían sido tomados como rehenes han sido rescatados”.

El primer ministro interino emitió una declaración en la que definía el asesinato como un “acto odioso, inhumano y bárbaro”. También cerró el aeropuerto internacional y declaró un “Estado de sitio” de dos semanas.

“La situación de seguridad del país está bajo el control de la Policía Nacional de Haití y las Fuerzas Armadas. Se están tomando todas las medidas para garantizar la continuidad del Estado y proteger a la nación”, agregó Joseph.

El pasado mes de febrero, 23 personas fueron arrestadas, incluido un juez superior y un oficial de policía de alto rango, acusados ​​de un intento de asesinato contra Moïse para derrocar al gobierno.

Reacciones internacionales

El Consejo de Seguridad de la ONU ha condenado el asesinato y ha pedido a todas las partes que “mantengan la calma, actúen con moderación y eviten cualquier acto que pueda contribuir a una mayor inestabilidad”. La vecina República Dominicana, por otro lado, ha ordenado el “cierre inmediato” de su frontera con Haití.

El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ha asegurado en redes sociales sentirse “consternado y entristecido por la muerte del presidente Moïse”. “Nuestro más sentido pésame para su familia y el pueblo de Haití. Es un acto abominable y pido calma en este momento”, ha añadido.

“Condenamos este acto atroz y le envío mis más sinceros deseos de recuperación a la Primera Dama Moïse. Estados Unidos ofrece sus condolencias al pueblo de Haití y estamos listos para ayudar mientras continuamos trabajando por un Haití seguro y protegido”, ha dicho el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un comunicado.

Problemas políticos y sociales

Moïse había afirmado recientemente que su mandato de cinco años debería terminar en 2022 porque no prestó juramento hasta febrero de 2017, pero los líderes de la oposición exigieron su dimisión, argumentando que su mandato terminó legalmente en febrero de 2021.

Ha sido asesinado un día después de que nombrase a Ariel Henry, un neurocirujano, como nuevo primer ministro de Haití. 

Los problemas económicos, políticos y sociales de Haití se han profundizado recientemente, con la violencia de los grupos armados, los secuestros, la gran inflación, la escasez de alimentos y de combustible y un aumento reciente de las infecciones por coronavirus.

Casi el 75% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, mientras que todavía intenta recuperarse del devastador terremoto de 2010 y del huracán Matthew, que azotó su territorio en 2016.

“Continuaremos orando por y con la población de Haití”

Varias organizaciones evangélicas han estado trabajando en Haití durante muchos años para ayudar a quienes están sufriendo debido a la crisis en el país.

Según una de ellas, GAiN España, el asesinato del presidente Moïse “es una noticia impactante, pero se produce en medio de una situación de violencia e inseguridad gravísima de la que apenas se habla”.

Además, explican que “la pandemia es quizás lo menos preocupante que han vivido los haitianos en los últimos meses y años”. “Los niños han dejado de estudiar no tanto por el virus, sino sobre todo por esta situación. La gente ha estado confinada no tanto por la Covid-19, sino más por el miedo al robo y al secuestro”, remarcan.

“No sabemos qué puede traer esta noticia sobre la muerte del presidente para el futuro inmediato, pero estamos y continuaremos apoyando a nuestros hijos y amigos allí, cuidándolos, apoyándolos, avanzando con ellos, confiando en Dios y orando por y con ellos”, dicen.

Alianza Solidaria también se preocupa por “la situación de violencia e inseguridad que vive el país desde hace dos años”, y cree que “el asesinato del presidente es una muestra más de esto”. “La población está sufriendo como nunca antes. Quién sabe si este evento no ayudará a la comunidad internacional a tomar conciencia de la preocupante situación del país y a intervenir de alguna manera”, enfatizan desde la organización, que apoya un plan de educación y alimentación en el país insular.