Alrededor de 140 alumnos de la escuela de secundaria bautista Bethel, en el Estado de Kaduna (Nigeria), han sido secuestrados en la madrugada de este lunes, 5 de julio. Según el portavoz de la policía de Kaduna, Muhammad Jalige, un grupo de hombres armados ha accedido a las instalaciones del centro con violencia, disparando y superando en fuerza a los guardias de seguridad que estaban presentes en el momento. Después, han entrado “en la residencia de estudiantes, donde han secuestrado a un número sin especificar de alumnos”, ha señalado Jalige, y los han trasladado al bosque. 

Aunque residentes de la zona hablan de 179 jóvenes secuestrados, según Morning Star News, una profesora del centro ha dicho que son 140, en declaraciones a AFP. Desde la policía de Kaduna aseguran que es el cuarto secuestro masivo registrado en la región durante los últimos seis meses. De hecho, en diciembre de 2020 una ola de ataques de ganaderos fulani dejó 33 cristianos muertos y 2.500 personas desplazadas en el territorio.

Todavía no está clara la identidad de los secuestradores. Desde la policía de Kaduna hablan simplemente de grupos de “bandidos armados”, aunque algunos residentes de la zona aseguran que se trata de ganaderos musulmanes fulani. “Los fulani armados han atacado la escuela Bethel”, ha explicado a Morning Star News el vecino Christopher Kantoma. 

“Un equipo conjunto de miembros de la policía, el ejército y la marina se ha movilizado de inmediato en el área con la misión de rescatar ilesos a los estudiantes secuestrados”, afirma el portavoz de la policía de Kaduna, y también explican que se ha logrado rescatar a 26 alumnos y a una maestra. “El Comando alienta a los padres a que no se dejen disuadir por las recientes actividades de los bandidos en el Estado, dirigidas a escuelas e instituciones de aprendizaje, ya que se tomarán medidas estratégicas para evitar que se repita este acto vil de criminalidad contra niños inocentes”, ha remarcado Jalige.

El gobernador del Estado de Kaduna, Malam Nasir El-Rufai, ha condenado el ataque a la escuela de secundaria bautista de Bethel, que ha catalogado de desafortunado y de mal para la humanidad, según publica el medio local Today. Desde la Asociación de Cristianos en Nigeria (CAN, por sus siglas en inglés), sin embargo, han pedido a El-Rufai que dimita tras el último episodio de violencia en la región y la situación de inseguridad generalizada.

“Mi hijo estaba entre los estudiantes que escaparon por poco”

El presidente de la CAN en el Estado de Kaduna y también pastor bautista, Joseph Hayab, ha explicado que su hijo se encontraba en la residencia para alumnos de la escuela Bethel en el momento del ataque. “Mi hijo estaba entre los estudiantes que escaparon por poco”, ha dicho. “Estoy sin palabras. La escuela es un ministerio educativo de mi iglesia. Esta es una situación muy triste para nosotros”, ha añadido.

Muchos padres de los alumnos y cristianos de la zona se han desplazado hasta las instalaciones del centro para lamentar lo ocurrido y orar por las vidas de los jóvenes, según ha explicado a Morning Star News el lugareño Vincent Bodam. Otro de los vecinos de la zona, Omonigho Stella, ha asegurado: “Por favor, oremos por la intervención divina”.

Desde la escuela han difundido un mensaje ánimo ante lo ocurrido en su página de facebook. “Nuestros corazones y oraciones están con todos aquellos que han sido secuestrados y oramos para que Dios, en sus infinitas misericordias, los devuelva sanos y salvos. Gracias a Dios por los 26 estudiantes que han sido liberados. Este acto de barbarie no quedará impune. Defendemos la libertad”, han dicho.

A nivel internacional, el secretario general y director ejecutivo de la Alianza Bautista Mundial, Elijah Brown, también ha lamentado lo ocurrido en Kaduna. “Hoy es un día de luto, mientras lamentamos el ataque más grave y la mayor tragedia que ha afectado a la comunidad bautista en Nigeria. Me hago eco de las palabras de un líder bautista de Kaduna: ‘Nuestra iglesia está sufriendo mucho’”, ha manifestado.

Objetivo: la población cristiana

La situación de inseguridad ha aumentado en Nigeria, y se ha propagado desde los estados del norte, en los que desde hace años que predomina la violencia marcada por el conflicto yihadista de Boko Haram y el Estado Islámico en África Occidental (ISWAP, por sus siglas en inglés), a regiones ubicadas más al centro del país, como es el caso de Kaduna, e incluso en el sur, de mayoría cristiana.

Tanto en el caso de la violencia yihadista, como en el de los enfrentamientos entre grupos étnicos, así como el conflicto por la tierra de los ganaderos musulmanes fulani, los cristianos son uno de los sectores de la población más vulnerable y contra el que se concentra una gran parte de los ataques. Según Puertas Abiertas, en Nigeria se secuestraron 990 cristianos en 2020, el país con la cifra más alta en todo el mundo. 

De hecho, en su última Lista Mundial de Persecución, la organización ha incluido al país entre los diez más peligrosos para el cristianismo, ocupando el noveno puesto. El Departamento de Estado de los Estados Unidos también añadió en diciembre de 2020 a Nigeria en su lista de ‘Países de especial preocupación’. El mismo mes en que el fiscal de la Corte Penal Internacional dio orden de iniciar una investigación sobre los crímenes de lesa humanidad en el país.

En mayo de este año, el secretario general de la Comunidad Evangélica de Nigeria (FES, por sus siglas en inglés), James Akinyele, concedió a Protestante Digital una entrevista sobre la situación en el país. “La violencia en Nigeria va más allá de la pobreza y la política, también es religiosa”, aseguraba. Según explicaba entonces, la situación de inseguridad ha alcanzado tal nivel que algunos sectores cristianos comienzan a plantearse organizar una respuesta armada a la violencia sufrida. “Constantemente enseñamos a los creyentes a ser sal y luz en la iglesia. Últimamente, los debates sobre la respuesta cristiana a los asesinatos y el tema de la autodefensa se han vuelto comunes”, señalaba.