Al menos tres personas han sido asesinadas en Niza, en un ataque terrorista contra la céntrica basílica de Notre Dame. El autor del ataque ha entrado en la iglesia alrededor de las 9:00 de la mañana de este miércoles y ha acabado con la vida del guarda del templo y de una mujer, a la que ha decapitado, después de atacarles con un cuchillo. Al menos otro feligrés, que también había resultado herido y había buscado refugio en una cafetería cercana, también ha muerto.

Fuentes policiales han confirmado al diario Le Monde que el atacante ha gritado de forma reiterada “Allahu Akbar” (Alá es el más grande). El individuo ha sido herido, detenido y trasladado al hospital. Después de visitar el lugar de los hechos, el alcalde de Niza, Christian Estrosi, ha condenado el ataque “islam-fascista” y ha pedido una legislación más dura contra el islamismo radical. “Mis pensamientos están con todos los cristianos en Francia y alrededor del mundo”, ha añadido.

Mientras tanto, otro hombre ha sido abatido en Montfavet, cerca de Aviñón, tras amenazar a la policía con un revolver. Diversas fuentes han señalado que también había proclamado lemas islamistas durante la confrontación. Además, en Lyon, la policía ha detenido a otro hombre que iba armado cerca de la estación de ternes. Desde Arabia Saudí, la embajada francesa también ha informado de que uno de los vigilantes del consulado en Yeda ha resultado herido tras ser apuñalado.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se ha desplazado a Niza con otros ministros de su gabinete. Los diputados que participaban en una sesión de la Asamblea Nacional también han realizado un minuto de silencio en solidaridad con las víctimas. El primer ministro galo, Jean Castex, ha anunciado que el gobierno elevará la alerta de ataque en el país al nivel de ‘máxima’, y protegerá los lugares de culto. “Este ataque es tan cobarde como bárbaro. Nuestra respuesta será firme, implacable e inmediata”, ha manifestado Castex dirigiéndose a los parlamentarios.

Los líderes de la Iglesia Católica de Francia han asegurado que el ataque de Niza es “un acto indecible” y han remarcado que “los cristianos no deben convertirse en un símbolo al que destruir”. También desde el Consejo Nacional de Evangélicos en Francia (CNEF, por sus siglas en francés), han expresado su “compasión por la comunidad católica de la iglesia de Notre Dame afectada por este ataque asesino”, y han reafirmado su “deseo de ser pacificadores en el país, contribuyendo a la coexistencia pacífica”, en alusión a las palabras de Jesús en Mateo 5:9.

En España, la FEREDE ha emitido un comunicado manifestando “su más contundente repudio y condena a este acto, terrorista, bárbaro y cobarde”, expresando su solidaridad con las víctimas. “Manifestamos nuestro rechazo y condena contra cualquier intento de utilizar la religión como excusa para el odio, la violencia y el terror”, añadiendo su oposición “a la instrumentalización que desde ciertos sectores ideológicos radicales pretenda hacerse de estos hechos aislados, para señalar o estigmatizar a los 5,7 millones de franceses que integran la minoría musulmana y que de ningún modo cabe vincular con hechos que solo representan a sus perversos autores”.

Crece la tensión por el islamismo radical

El ataque de Niza ocurre trece días después del asesinato de Samuel Paty, un profesor de secundaria que había enseñado en clase una controvertida caricatura de la revista Charlie Hebdo sobre Mahoma. La muerte de Paty dio paso a multitudinarias manifestaciones por todo el país a favor de la defensa de la libertad de expresión, que también han sido apoyadas por cristianos evangélicos.

Macron anunció a principios de octubre nuevas leyes para luchar contra el islamismo radical en Francia, para combatir el “separatismo islámico” de aquellos que quieren construir una “contra-sociedad” basada en “enseñar principios que no se ajustan a las leyes de la república”. Unas declaraciones que dieron paso a críticas muy duras e incluso a un boicot contra productos franceses por parte de países de mayoría musulmana, como Turquía.

El ataque de este miércoles en Niza ha ocurrido a menos de un kilómetro de distancia del lugar donde 84 personas perdieron la vida después de ser atropelladas por un camión en otro ataque islamista en 2016.