Una perspectiva cristiana de la ‘ola verde’ en Francia

Los partidos verdes han ganado mucho apoyo en las últimas elecciones locales en el país.

Joel Forster , Redacción PD

Evangelical Focus · PARÍS · 27 DE JULIO DE 2020 · 18:51

La costa de Bretaña, en Francia./ <a target="_blank" href="https://unsplash.com/@tsomme">Thomas Somme </a>, Unsplash CC,
La costa de Bretaña, en Francia./ Thomas Somme , Unsplash CC

El impresionante apoyo que han recibido los partidos verdes en las últimas elecciones locales en Francia podría ser una señal de cambio en las prioridades de los ciudadanos. Ciudades como Lyon, Estrasburgo o Burdeos han pasado a tener alcaldes ecologistas, y los medios de comunicación nacionales hablan ya de una ‘ola verde’ que recorre el país. 

Para saber qué piensan los cristianos franceses sobre este cambio, Evangelical Focus ha hablado con Rachel Calvert, miembro de A Rocha Francia, una organización con experiencia en la defensa del cuidado de la creación y con una visión cristiana como distintivo. 

En cuanto a cómo las iglesias pueden marcar una diferencia, Calvert dice: “Como cristianos, es importante que nuestros esfuerzos para cuidar de la creación de Dios broten de la alabanza, la confianza y la gratitud, y no de la ilusión frenética de que ‘salvar el planeta’ depende de nosotros”. 

Una perspectiva cristiana de la ‘ola verde’ en Francia

Rachel Clavert.

Pregunta: ¿Qué ha cambiado en Francia en los últimos años para que los partidos verdes hayan experimentado este crecimiento?

Respuesta: Los efectos de la degradación ambiental y del cambio climático se han hecho más evidentes para la población en general, con un incremento de las temperaturas medias, incendios forestales más comunes y más severos, y el declive de muchas especies de insectos y de aves, por ejemplo. La Conferencia del Cambio Climático de Naciones Unidas en Paris, en el 2015, contribuyó significativamente a una reanimación de la opinión pública. Los medios de comunicación franceses han sido muy activos en relación con la crisis ambiental y cuentan con figuras públicas en este sentido, como el fotógrafo Yann Arthus Bertrand. 

 

P: Como organización cristiana dedicada al cuidado de la creación, ¿pensáis que el trabajo de los últimos años está produciendo fruto? ¿Qué es lo que encontráis más positivo sobre el cambio de opinión en Francia en cuanto a cuestiones ambientales?

R: Estamos agradecidos por la cantidad de pioneros que han trabajado de manera incansable para despertar una conciencia dentro de la comunidad cristiana en sí mucho antes de que los temas del cuidado de la creación fuesen populares. En las iglesias cristianas, el interés en las cuestiones ambientales ha aumentado enormemente desde que A Rocha comenzó a trabajar en Francia hace veinte años, pero esto también es en gran parte porque los cristianos no son inmunes a los grandes cambios culturales. Somos una organización pequeña, así que nuestra contribución al cambio ha sido modesta. 

Nos entusiasma ayudar a las iglesias a responder a la situación actual desde una perspectiva teológica. Si los creyentes quieren vivir de una manera fiel a través de la crisis ambiental que viene, necesitaremos una mejor comprensión del gran marco de la creación, la caída y la redención. Necesitamos entender cómo la Escritura arroja luz en la emergencia climática y por qué la cruz de Cristo es nuestra única esperanza.

Sería maravilloso si el incremento de de la concienciación de la emergencia climática que afrontamos fuese suficiente para impulsarnos a que, como sociedad, reduzcamos de forma radical las emisiones de dióxido de carbono. Pero la realidad es que, desde un punto de vista humano, estamos delante de un muro. A pesar de que muchos de nosotros deseamos hacer pequeños cambios en nuestro estilo de vida, es más que obvio la manera en la que, como sociedad, podemos cambiar el curso. Nuestra esperanza está en Cristo, no en los programas políticos. Como crisitianos, es importante que nuestros esfuerzos para cuidar la creación de Dios broten de la alabanza, la confianza y la gratitud,  y no de la ilusión frenética de que ‘salvar el planeta’ depende de nosotros. En un contexto donde la esperanza es fina sobre el terreno, oramos para que las iglesias vivan demostraciones del evangelio: Jesús es el único que puede cambiar los corazones humanos y liberarnos de nuestra codicia. 

 

P: En términos generales, ¿las iglesias francesas están más o menos concienciadas sobre las cuestiones ambientales que el resto de la sociedad?

R: Durante mucho tiempo ha habido evangélicos franceses que han entendido que el evangelio tiene implicaciones para todas las áreas de la vida, y han adoptado un acercamiento holístico a la fe y al ministerio. Pero en las últimas décadas, la mayoría de los evangélicos han adoptado la tendencia a ver las cuestiones ecológicas como una distracción del evangelismo, incluso como una potencial falsa religión. Las lecturas de la Biblia culturalmente condicionadas han dado paso, a menudo, a la falsa dicotomía entre “salvar almas” y cuidar de la creación de Dios, tanto de seres humanos como no humanos. 

La crisis ecológica actual nos fuerza a buscar en las Escrituras y descubrir viejas verdades desde una luz nueva, a recordar que Dios nos ha diseñado como criaturas corpóreas, por ejemplo, y que toda la creación existe a través de Cristo. Muchos católicos franceses han recibido ánimo para tomarse las cuestiones ambientales de una forma más seria a través de la encíclica Laudato si, y las iglesias protestantes históricas de Francia también han dado un lugar significativo a las cuestiones climáticas y ecológicas. En comparación, los evangélicos han sido más cautelosos a la hora de saltar al ‘carro verde’. 

 

P: Más allá de la esfera política, ¿dónde más os gustaría ver cambios?

R: En Francia, como en otros países europeos, las preocupaciones ambientales, a menudo, son vistas como un lujo para aquellos que pueden permitírselas. El año pasado, el movimiento de los chalecos amarillos, que comenzó como una protesta contra el aumento de las tasas del carburante, trajo a casa esta realidad. Las minorías étnicas están infrarepresentadas en el movimiento ambiental francés, al igual que aquellos que han tenido pocas oportunidades educativas y tienen ingresos bajos. 

Y, sin embargo, la realidad es que la crisis ambiental está aumentando las desigualdades todavía más, tanto dentro de los países en sí como entre diferentes naciones. En Francia necesitamos encontrar formas de asegurar que no son las personas más pobres las que acaban pagando la factura. Mientras buscamos maneras de unir el cuidado por nuestros prójimos humanos y la responsabilidad por la creación no humana, nada se compara con los recursos ricos del evangelio cristiano. 

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