Pasión por la verdad, pasión por el evangelio

Obituario dedicado a Ravi Zacharias, escrito por Matthew Fearon.

19 DE MAYO DE 2020 · 19:42

Conferencia en Washington, en 2016. /RZIM,
Conferencia en Washington, en 2016. /RZIM

Cuando Ravi Zacharias era un niño al que le encantaba el cricket y jugar en las calles de su India natal, un día su madre lo hizo entrar para ver al antiguo vendedor de saris del barrio que ahora se dedicaba a leer las manos. “Veo tu futuro, Ravi Baba, y no viajarás lejos ni viajarás mucho”, le auguró. “Eso es lo que me dicen las líneas de tus manos. No tienes ningún futuro en el extranjero”.

Cuando con 37 años predicó, por invitación de Billy Graham, en la primera Conferencia Internacional para Evangelistas Itinerantes en Ámsterdam en 1983, Zacharias iba de camino a convertirse en uno de los principales defensores de la credibilidad intelectual del cristianismo. Un año después fundó Ravi Zacharias International Ministries (RZIM), con la misión de “ayudar al pensador a creer y al creyente a pensar”.

En el tiempo transcurrido entre la predicción del vendedor de saris y la fundación de RZIM, Zacharias había emigrado a Canadá, había predicado el evangelio por toda Norteamérica, había orado con prisioneros de guerra en Vietnam y ministrado a estudiantes en una Camboya al borde del colapso. También había hecho un viaje para predicar en diferentes lugares del mundo al poco de ser nombrado ministro de la Alianza Cristiana y Misionera, viaje que hizo acompañado de su mujer Margie y su primogénita Sarah. Ese viaje empezó en Inglaterra, continuó hacia el este por toda Europa y Oriente Medio y acabó en la Costa del Pacífico; ese año, Zacharias predicó casi 600 veces en más de una docena de países.

Eso fue la culminación de una increíble transformación que comenzó cuando Zacharias, que con 17 años estaba en un hospital de Delhi recuperándose de un intento de suicidio, leyó las palabras de Jesús recogidas en la Biblia por el apóstol Juan: “Porque yo vivo, también vosotros viviréis”. En respuesta a ello, Zacharias entregó su vida a Cristo y dijo en oración que si salía del hospital no escatimaría esfuerzos en su búsqueda de la verdad. Una vez Zacharias encontró la verdad del evangelio, su pasión por compartirlo se mantuvo encendida hasta el final. Incluso al dejar el hospital de Texas donde había estado ingresado recibiendo quimioterapia, Zacharias les habló de la esperanza de Jesús a las tres enfermeras que lo llevaron hasta el coche.

Frederick Antony Ravi Kumar Zacharias nació en Madrás, la actual Chennai, en 1946 a la sombra del lugar donde descansó el apóstol Tomás, conocido por todo el mundo como el “Escéptico”, pero a quien Zacharias llamaba el “Gran Interrogador”. La afinidad de Zacharias con Tomás significó que siempre estuvo más interesado en la persona que hacía la pregunta que en la pregunta misma. Su madre, Isabella, era maestra. Su padre, Oscar, que estudiaba Relaciones Laborales en la Universidad de Nottingham (Inglaterra) cuando Zacharias nació, fue ascendiendo en la administración pública de la India durante la adolescencia de Zacharias.

Como estudiante no destacó, pues Zacharias estaba más interesado en el cricket que en los libros, hasta que se encontró con el evangelio en aquel hospital de Delhi. No obstante, corría por sus venas una fe radical y valiente. En el estado indio de Kerala, su bisabuelo y abuelo paternos elaboraron el primer diccionario Malabar-Inglés del siglo XX. Ese diccionario fue la piedra angular de la primera traducción de la Biblia al malabar. Anteriormente, la tatara-tatarabuela de Zacharias sorprendió a su familia nambudiri, la casta más alta del sacerdocio hindú, convirtiéndose al cristianismo. Al convertirse tomó un nuevo apellido, Zacharias, y un nuevo camino que llevaría a sus descendientes en un viaje hacia la fe cristiana.

Zacharias fundó un ministerio que trascendió su personalidad, en el que cada conferenciante presentaba la verdad en el contexto contemporáneo

Zacharias vio la mano del Señor obrando en su familia e imprimió en RZIM aquella pasión transgeneracional y transcultural por el evangelio. Creó un ministerio que trascendió su personalidad, en el que cada conferenciante, fuera del trasfondo que fuera, presentaba la verdad en el contexto contemporáneo. Zacharias creía que si así lo hacías, tu mensaje siempre sería necesario. Treinta y seis años después de su fundación, el ministerio aún lleva el nombre de su antepasada. Pero donde antes solo había un conferenciante, ahora hay casi cien conferenciantes de mucho talento y los puedes encontrar en cualquier momento del año compartiendo el evangelio en eventos alrededor del mundo; donde antes todo se hacía desde el despacho de Zacharias, ahora el ministerio está presente en 15 países de los cinco continentes.

La pasión y la urgencia de Zacharias por llevar el evangelio a todas las naciones se forjó en Vietnam en el verano de 1971. Zacharias había emigrado a Canadá en 1966, un año después de recibir un premio como predicador en un congreso de Juventud para Cristo en Hyderabad. Ruth Jeffrey, misionera veterana en Vietnam, lo escuchó predicar en Toronto y lo invitó a su tierra de adopción. Ese verano, con solo 25 años, Zacharias se encontró viajando por el país en un helicóptero de combate para predicar en bases militares, hospitales y prisiones del Vietcong. La mayoría de noches, Zacharias y su traductor Hien Pham se dormían con el sonido de los disparos.

Durante un viaje por una zona alejada, el coche de Zacharias y sus acompañantes se averió. El único jeep que avistaron ignoró sus gritos y señales y pasó de largo. Por fin lograron arrancar el motor. Solo habían avanzado unos pocos kilómetros cuando se encontraron aquel jeep volcado y acribillado por las balas. Los cuatro pasajeros estaban muertos. Tiempo después, Zacharias diría de aquel momento: “Dios detendrá nuestros pasos si aún no ha llegado nuestro momento; y cuando llegue, nos tomará de la mano”. Días después, Zacharias y su traductor visitaron las tumbas de seis misioneros que murieron desarmados cuando el Vietcong asaltó sus instalaciones. Zacharias conocía a algunos de sus hijos. Ese nivel de confianza en Dios, y el deseo de estar al lado de quienes sirven en zonas de alto riesgo, es un sello distintivo de RZIM. El apoyo a evangelistas cristianos en lugares donde muchos ministerios no se atreven a entrar, incluyendo el norte de Nigeria, Pakistán, los asentamientos de Sudáfrica, Oriente Medio y el norte de África, se remonta a ese momento formativo junto a aquellas tumbas.

Después de aquel viaje formativo, Zacharias y su esposa Margie se mudaron a Deerfield, Illinois, para cursar un Máster en Teología en Trinity Evangelical Divinity School. Allí la joven pareja vivía muy cerca del amigo y compañero de clase de Zacharias, William Lane Craig. Después de su graduación, Zacharias dio clases en el Seminario de la Alianza Cristiana y Misionera en Nueva York y continuó viajando por el país predicando los fines de semana. Según Zacharias, aquellos tres años como profesor a tiempo completo combinado con numerosos viajes y la predicación itinerante fueron los más difíciles de su matrimonio de 48 años. Sentía que su trabajo en el seminario estaba cambiando su predicación y a él mismo mucho más de lo que él estaba cambiando vidas con la esperanza del evangelio.

Fue entonces que Graham invitó a Zacharias a predicar en la primera Conferencia International para Evangelistas Itinerantes en Ámsterdam en 1983. Zacharias no era consciente de que Graham supiera quién era, ni mucho menos que conociera sus predicaciones. Ante 3.800 evangelistas de 133 países, Zacharias comenzó su discurso diciendo: “Mi mensaje es un mensaje muy duro…”. Procedió a decirles que las religiones y las culturas y filosofías del siglo XX había creado “enormes abismos entre el mensaje de Cristo y la mente del hombre”. Más duro aún fue su mensaje, que recibió una ovación espontánea, sobre su temor de que “en ciertos sectores del mundo evangélico, a veces pensamos que es necesario humillar a alguien de otra cosmovisión porque creemos que, a menos que destruyamos todo lo que le es valioso, no podremos predicarle el evangelio de Cristo… Lo que estoy diciendo es que cuando intentes alcanzar a alguien, por favor sé sensible a aquello que le es valioso”.

Zacharias veía las objeciones no como algo que condenar, sino como un clamor del corazón al que debíamos responder.

Aquella ponencia cambió el futuro de Zacharias y, se podría decir, el futuro de la apologética, que aborda las difíciles cuestiones del origen, el significado, la moral y el destino, cuestiones que toda cosmovisión debe responder. En el vuelo de regreso a EE. UU. Zacharias compartió con Margie lo que estaba pensando. Como ha expresado uno de sus compañeros de ministerio: “Veía las objeciones y las preguntas de los demás no como algo que condenar, sino como un clamor del corazón al que debíamos responder. Las personas no eran problemas de lógica que debíamos resolver; eran personas que necesitaban a Cristo”. Nadie estaba llegando al pensador, a la persona que hace preguntas. En aquel vuelo, Zacharias y Margie plantaron la semilla de una organización cuyo objetivo sería conectar con el pensador, formar a apologetas- evangelistas sensibles a la cultura para alcanzar a los creadores de opinión de la sociedad. Durante los primeros años, esa semilla fue regada y abonada por el empresario D. D. Davis, un hombre que se convirtió en una figura paterna para Zacharias. Al establecerse la organización, la familia Zacharias se mudó a Atlanta. A esas alturas, la familia había crecido con el nacimiento de una segunda hija, Naomi, y un hijo, Nathan. Atlanta se convertiría en el hogar de Zacharias durante los últimos 36 años de su vida.

Encontrarse cara a cara con el pensador fue una parte intrínseca del ministerio de Zacharias, con sesiones de preguntas y respuestas tras los eventos que a menudo duraban hasta altas horas de la noche. Fruto de su pasión por compartir el evangelio, en los años 80 Zacharias también se lanzó al mundo de la radio. Mucha gente, no solo en EE. UU. sino a lo largo y ancho del mundo, escuchó el mensaje de Cristo por primera vez a través del programa radiofónico de Zacharias Let My People Think (Pensemos). En espacios semanales de media hora, Zacharias exploraba cuestiones como la credibilidad del mensaje cristiano y la Biblia, la debilidad de los movimientos intelectuales modernos y la singularidad de Jesucristo. Hoy, Let My People Think se retransmite en más de 2.000 emisoras en 32 países y durante el último año el podcast ha tenido más de 15,6 millones de descargas.

A medida que el ministerio crecía, también lo hacían las demandas sobre Zacharias. En 1990 siguió los pasos de su padre y marchó a Inglaterra. Tomó un tiempo sabático y lo pasó en Ridley Hall, Cambridge. Rodeado de su familia, allí escribió el primero de sus 28 libros, A Shattered Visage: The Real Face of Atheism. Debido al ritmo de su ministerio itinerante, no es una coincidencia que los momentos más productivos para escribir fueran los momentos que pasaba con su familia y, en particular, con Margie. Ella inspiró cada uno de sus libros. Con su ojo certero y su mente despierta, Margie leyó el primer borrador de cada manuscrito, desde La lógica de Dios, que este año recibió el premio Libro Cristiano del Año en la categoría de Estudio Bíblico de la Evangelical Christian Publishers Association (ECPA), hasta su último libro Seeing Jesus from the East, escrito con su colega Abdu Murray. Otros títulos destacados incluyen ¿Puede el hombre vivir sin Dios?, que recibió el premio Medallón de Oro que otorga la ECPA, y bestsellers como Jesús entre otros dioses y El gran tejedor. Zacharias ha vendido cientos de miles de libros en todo el mundo y se le ha traducido a más de una docena de idiomas.

Las muchas invitaciones que recibió de universidades expusieron la intensa búsqueda de sentido e identidad de la gente joven.

El deseo de Zacharias de formar evangelistas especializados en apologética para conectar con los creadores de cultura se venía realizando durante años de manera informal, pero finalmente se formalizó en 2004. Fue un año memorable para Zacharias y su ministerio por los siguientes acontecimientos: la fundación de OCCA, The Oxford Centre for Christian Apologetics; el lanzamiento de Wellspring International; y la aparición de Zacharias en el Desayuno Internacional de Oración de las Naciones Unidas. OCCA se fundó con la ayuda del profesor Alister McGrath, el equipo de RZIM y el personal de Wycliffe Hall, una institución privada de la Universidad de Oxford, de la que Zacharias fue investigador sénior honorario entre 2007 y 2015. A lo largo de su vida Zacharias ha recibido 10 doctorados honoríficos en reconocimiento por su compromiso público con el pensamiento cristiano, incluyendo el otorgado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la universidad más antigua del continente americano.

A lo largo de los años, OCCA ha capacitado a más de 400 estudiantes de 50 países que se han dedicado a presentar el evangelio en muchos ámbitos distintos en todo el mundo. Algunos han respondido a un llamamiento explícito como evangelistas y apologetas, y muchos otros han asumido roles en cada uno de los ámbitos de influencia a los que Zacharias siempre ansió llegar: las artes, el mundo académico, el mundo empresarial, los medios de comunicación y la política. En 2017 se estableció otro centro de formación apologética, el Zacharias Institute, situado en la sede de la organización en Atlanta, para continuar la labor de equipar a todo el que quisiera compartir el evangelio de forma eficaz y responder a las objeciones más comunes a la fe cristiana con amabilidad y respeto. En 2014, esa misma motivación llevó a la creación de RZIM Academy, un programa de formación apologética online. Miles de personas de 140 países han seguido los cursos de RZIM Academy, disponibles en diferentes idiomas.

El mismo año en que se fundó OCCA, Zacharias lanzó Wellspring International, la sección humanitaria de la organización. Wellspring International fue creada en memoria del amor de su madre por los desposeídos y está dirigida por su hija Naomi.

Fundada sobre el principio de que el amor es la mejor apologética, existe para colaborar con socios locales que trabajan para cubrir necesidades básicas de mujeres vulnerables y niños en todo el mundo.

La aparición de Zacharias en la ONU en 2004 fue la segunda de cuatro ya en el siglo XXI, que reflejan el aumento de su impacto en el ámbito del liderazgo global. La primera oportunidad de ese tipo de apariciones se le presentó hacia el final de la Guerra Fría. Su perfil internacional y su facilidad para relacionarse, fuera con un líder militar soviético o con un estudiante precoz de la universidad más prestigiosa, abrió puertas que habían estado cerradas durante años. Uno de esos militares fue el General Yuri Kirshin, quien en 1992 allanó el camino para que Zacharias hablara en la Academia Militar Lenin de Moscú. Zacharias vio el coste del ateísmo impuesto en la Unión Soviética; el abandono de la religión había creado la ilusión del poder y la realidad de la autodestrucción.

Un año después Zacharias viajó a Colombia, donde habló ante miembros del poder judicial sobre la necesidad de un marco moral para poder entender la cosmovisión incoherente que se había apoderado de la nación sudamericana. Su fama a nivel global le llevó de continente en continente durante décadas. En enero de 2020 y como parte de su último viaje al extranjero, Manny Pacquiao, campeón del mundo de boxeo y senador en Filipinas, invitó a Zacharias a Manila para hablar en el Desayuno Nacional de Oración del Día de la Biblia. Poco antes de esa invitación, en noviembre de 2019, Zacharias habló en el Teatro Nacional de Abu Dabi como parte del Año de la Tolerancia de los Emiratos Árabes.

En 1992, el ministerio apologético de Zacharias pasó de la esfera política al ámbito académico con el lanzamiento del primer Veritas Forum, que tuvo lugar en el campus de la Universidad de Harvard. Zacharias fue el ponente principal en el acto de inauguración. Las conferencias que dio ese fin de semana serían la base de su bestseller ¿Puede el hombre vivir sin Dios? y le brindarían la oportunidad de hablar en campus universitarios de todo el mundo. Las muchas invitaciones que recibió expusieron a Zacharias a la intensa búsqueda de sentido e identidad de la gente joven. Veintidós años después del primer Veritas Forum, en lo que sería su última ponencia, Zacharias habló ante 7.000 personas en el Watsco Center de la Universidad de Miami sobre el tema “¿Dios existe?”.

Esa pregunta también se la hacen los presos de la Penitenciaría Estatal de Louisiana, conocida también como Angola, la cárcel de máxima seguridad más grande de los EE. UU. Zacharias había orado con prisioneros de guerra años atrás en Vietnam, pero caminar por el corredor de la muerte le causó mucha más impresión. Zacharias creía que el evangelio brillaba con gracia y poder, especialmente en los lugares más oscuros, y al orar con los condenados a muerte “era imposible dejar de llorar”. Fue su tercera visita a Angola y conectó tanto con la gente, que los reclusos le han hecho el ataúd en el que será enterrado. Como escribe en Seeing Jesus from the East: “Esos prisioneros saben que este mundo no es su hogar y que el ataúd no será su destino final. Eso es lo que Jesús nos aseguró”.

En noviembre del año pasado, unos meses después de su última visita a Angola, Zacharias dimitió como presidente de RZIM para atender las invitaciones como ponente alrededor del mundo y para escribir. Pasó el testigo a su hija Sarah Davis como CEO global y a su colega durante años Michael Ramsden como presidente. Davis era la directora ejecutiva global de la organización desde 2011, mientras que Ramsden estableció la sección europea en Oxford en 1997. Allí mismo en 2018, Zacharias contó la historia del día que visitó la tumba de Lázaro en Chipre junto a su sucesor. En la tumba solo se leía: “Lázaro, muerto durante cuatro días, amigo de Cristo”. Zacharias se volvió hacia Ramsden y le dijo que si era recordado “como amigo de Cristo, eso es todo lo que quería”.

 

Notas

Artículo preparado por Ravi Zacharias International Ministries, escrito por Matthew Fearon, gestor de contenidos de RZIM Reino Unido y antiguo periodista de The Sunday Times de Londres. Publicado en esta página con permiso de la Fundación RZ. 

Traducción: Dorcas González Bataller

 Ravi Zacharias: 1946-2020 
 Ravi Zacharias ha fallecido de cáncer este martes, 19 de mayo de 2020, a la edad de 74 años. Le sobreviven Margie, su esposa durante 48 años; sus tres hijos: —Sarah, CEO de RZIM; Naomi, directora de Wellspring International; y Nathan, director creativo de RZIM; y cinco nietos.

Margie y la familia Zacharias han pedido que en lugar de regalos de condolencias se efectúen donativos para la obra de RZIM. Lo más importante para Ravi era la gente. Su pasión y la obra de su vida se centraron en ayudar a la gente a entender la belleza del mensaje de salvación del evangelio. Oramos que, tras su fallecimiento, más personas lleguen a conocer la gracia salvadora que se encuentra en Jesús a través del legado de Ravi y el equipo internacional de RZIM.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Internacional - Pasión por la verdad, pasión por el evangelio