Matanza de evangélicos negros en Charleston, ‘crimen de odio’
Entre las 9 víctimas está el reverendo Clementa Pinckney (41 años), pastor de la iglesia y senador demócrata La policía define el ataque como un "crimen de odio".
El Mundo, Agencias, El País · EE.UU. · 18 DE JUNIO DE 2015 · 15:00
La policía de Charleston, donde el miércoles por la noche un hombre blanco mató a tiros a nueve feligreses en una iglesia protestante símbolo de la comunidad afroamericana, ha calificado este jueves la matanza de "crimen de odio".
Las imágenes hechas públicas por la policía muestran a un joven, de unos 21 años con el pelo corto, de constitución delgada, entrando en la iglesia metodista vestido con una sudadera gris y un pantalón largo oscuro.
El FBI y la policía local identificaron al sospechoso como Dylann Roof, de 21 años, de la zona de Columbia, a las afueras de Charleston. Un tío de Roof lo identificó en las fotos de la policía como su sobrino, y ya ha sido detenido tras una auténtica "caza al hombre".
MASACRE EN UN ESTUDIO BÍBLICO
Ocho de las víctimas murieron en el interior de la iglesia y una novena falleció mientras era trasladada.
En la ficha distribuida en los medios de comunicación y las redes sociales, la policía ha explicado que el joven abrió fuego en el interior del templo y luego se dio a la fuga en un turismo de color negro. Los hechos se produjeron a las nueve de la noche locales del miércoles (tres de la madrugada en España y ocho de la tarde en México).
En rueda de prensa, el jefe de la policía local, Greg Mullen, ha explicado que las víctimas eran tres hombres y seis mujeres. Durante su comparecencia, el jefe de la policía ha dicho que el agresor estuvo sentado entre los feligreses, durante una sesión de estudio de la Biblia, una hora antes de comenzar a disparar.
Entre las víctimas está el reverendo Clementa Pinckney, de 41 años, pastor de la iglesia y senador demócrata en el Legislativo de Carolina del Sur. Pinckney era un reconocido líder de la comunidad negra en el estado y dirigía una de las iglesias negras más antiguas de EE UU, que data de los tiempos de la esclavitud.
La prima del pastor Clementa Pickney, Silvia Johnson, ha explicado a la NBC que una de las mujeres supervivientes le contó cómo habían sucedido los hechos. Despúes de abrir fuego y mientras intentaban convencerle para que parara, el joven aseguró:"Tengo que hacerlo. Violáis a nuestras mujeres y os estáis haciendo con nuestro país. Os tenéis que matchar".
INDIGNACIÓN, DOLOR Y PETICIÓN DE JUSTICIA
Tras el suceso, grupos de personas negras se agruparon en los alrededores de la iglesia en círculos, orando con las manos cogidas, algunos llorando. “Creíamos que los asuntos raciales estaban superados”, dijo uno de ellos a un periodista del diario The Post and Courier.
La exprimera dama Hillary Clinton, que estuvo en Charleston durante la jornada del miércoles como parte de su campaña a la Presidencia, ha expresado sus condolencias por el suceso, mientras que el candidato republicano Jeb Bush ha cancelado un acto de campaña previsto para este jueves en Carolina del Sur.
Charleston no escapa de las tensiones raciales que sacuden otras partes de Estados Unidos. La tensión se evidenció a principios de abril tras la muerte de Walter Scott, un hombre negro de 50 años que iba desarmado, por el impacto de ocho disparos de un policía blanco. El suceso tuvo lugar en plena luz del día en una zona ajardinada en la parte norte de Charleston. Se conoció tras la difusión de un vídeo de un transeúnte, derivó en la imputación del agente y en protestas callejeras de la comunidad negra, que denunció un patrón discriminación racial de la policía.
Las quejas en North Charleston fueron parecidas a las escuchadas en el último año en EE UU. Fue el último estallido de indignación tras los casos de muertes de negros desarmados a manos de la policía, como los registrados anteriormente en Ferguson (Misuri) y Staten Island (Nueva York).
Charleston es una ciudad de 127.000 habitantes. El 67% de la población del condado es blanca y el 29% es negra, según datos del Censo federal. Como buena parte del sur de Estados Unidos, Carolina del Sur tiene una reprobable historia de discriminación racial. El Estado mantuvo la esclavitud de los negros hasta bien entrado el siglo XIX. Y la población negra sufrió algún tipo de marginalización hasta el fin oficial de la segregación racial hace medio siglo.
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