Inauguran la «Década de Lutero» con los 475 años de su traducción de la Biblia al alemán

Uno de los pilares de la Reforma impulsada por Martín Lutero fue poner al alcance del pueblo llano la Biblia en su idioma. «Este libro en toda lengua, mano y corazón» era el deseo de Lutero, que tardó solo diez semanas en dar forma a la traducción al alemán del Nuevo Testamento, un trabajo que realizó en el castillo de Wartburg. En ese mismo escenario, hoy convertido en museo, se celebra el 475 aniversario de esta obra, con una exposición que presenta los primeros manuscritos elaborados por el r

WARTBURG · 02 DE AGOSTO DE 2009 · 22:00

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Además de la ciudad de Wittenberg, en Sajonia-Anhalt, el lugar más significativo en cuanto a la obra de Lutero es Wartburg, un castillo cercano a la ciudad de Eisenach, en el este de Alemania, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999. Allí, Martín Lutero tradujo el Nuevo Testamento al idioma alemán en el tiempo récord de diez semanas. Con una serie de exposiciones, el Museo de Wartburg inicia la conmemoración de los 500 años de la Reforma de Martín Lutero. En la primera de ellas, se festejan los 475 años de la traducción de Lutero del Nuevo Testamento. Otro momento clave se producirá en el año 2017, en el que la iglesia protestante alemana celebrará los 500 años de la Reforma de Martín Lutero. Hasta entonces, el tiempo que resta desde el momento presente y hasta llegue ese año se declaró como la «Década de Lutero». Una década en la que intentará llegar el espíritu de la Reforma al público alemán, de norte a sur, con una serie de eventos. LA REFORMA DE LA «GRACIA DIVINA» Lutero quiso corregir el rumbo de una Iglesia que, según él, debía orientarse exclusivamente por la figura del Jesús de la Biblia. Martín Lutero, nacido el 10 de noviembre de 1483 en Eisleben y fallecido en la misma ciudad en febrero de 1546, fue el teólogo de la Reforma. Introdujo el concepto de la «gracia divina» (Gnade, en alemán). Obtuvo su inspiración mientras estudiaba en su celda, en una torre del Monasterio Agustino de Wittenberg. Allí fue donde, meditando sobre un versículo bíblico («El hombre es justificado por la fe sin las obras de la ley», Romanos, 3.28) interpretó que la gracia divina es un regalo de Dios al hombre y el único medio de salvación, independientemente de los actos de este último. Con ello, conmovió las bases teológicas de la iglesia católica, que imponía a los creyentes obras concretas y ejercicios de fe como la veneración de reliquias y la compra de indulgencias. Además de su Reforma, que pasó a convertirse en nada menos que el nacimiento de una nueva Iglesia, la protestante (de protestatio, dar testimonio) o evangélica (por su vuelta al Evangelio por encima de la Santa Tradición y el Magistrio y dogmas eclesiales). Precisamente por su importancia en conocer la Biblia como referencia básica de la fe cristiana, Martín Lutero la tradujo al alemán para hacerla comprensible a todos. Su labor de traducción comenzó en el castillo de Wartburg, en la ciudad germanooriental de Eisenach, en el estado de Turingia, en 1521. ESCENARIOS HISTÓRICOS Muchos son los lugares en los que se refleja el paso de Lutero, y Deutsche Welle ha seguido sus huellas: «Hemos llegado a la capilla que fue construida en 1320. Desde los años 50 del S. XX la utilizamos para celebrar cultos de ambas confesiones, la católica y la protestante. Las reuniones evangélicas comenzaron a celebrarse el 4 de mayo de 1521 porque ese 4 de mayo Martín Lutero arribó a Wartburg», relata Hendrikje Döbert, la guía turística del castillo. Ese es el motivo por el cual llegan 500.000 visitantes por año, para ver con sus propios ojos el lugar donde el reformador, bajo el pseudónimo de Junker Jörg, llevó a cabo su gran obra. En sólo diez semanas tradujo el Nuevo Testamento del griego al alemán. Y la exposición se llama en alemán «Dies Buch in aller Zuge, Hand und Herzen» («Este libro en toda lengua, mano y corazón», título basado en una frase de Lutero). El espectador interesado podrá apreciar allí todo lo que hay que saber sobre la Biblia de Lutero. Desde las lujosas Biblias de los príncipes hasta los manuscritos originales de Lutero. Y, por supuesto, un ejemplar de la Biblia de Martín Lutero, que se imprimió en Wittenberg y tiene anotaciones manuscritas del reformador, así como de sus compañeros Melanchton y Bugenhagen. LA BIBLIA EN LA LENGUA DEL PUEBLO La de Lutero, al contrario de lo que se cree, no fue en sentido estricto la primera traducción de la Biblia al alemán, explica la directora del departamento científico de la Fundación Wartburg, Jutta Kraus. Ya existían 18 traducciones fragmentarias de la Biblia al alemán mucho antes de que Martín Lutero comenzara a traducirla. Sin embargo, la del reformador fue la más lograda ya que Lutero se esforzó porque además de completa fuera directa y de fácil comprensión para todos. Otro aspecto relevante de la exposición en el Wartburg es el tema de las dificultades lingüísticas con las que se enfrentó Lutero. El idioma alemán aún no estaba establecido como tal, y había diferentes formas de escribir y pronunciar las palabras. «¡Ah, si cada ciudad tuviera su propio traductor y este libro llegara a todas las lenguas, manos, ojos, oídos y corazones!». Este era el deseo de un Lutero que, derribando barreras y a pesar de los malentendidos tradujo el libro sagrado a un alemán que se podría considerar virtual, si se quiere, ya que en aquel momento era una lengua que aún no se había formado del todo. Pero ante todo, con expresiones que el hombre común podía entender. Así contribuyó también al posterior desarrollo del idioma germánico. Junto a la Biblia que perteneció a Lutero también se expone un ejemplar de la Biblia del pintor austríaco Hundertwasser. Y al final del viaje, los visitantes, llegados de todos los continentes, siguen buscando en el austero cuarto del castillo de Wartburg el espíritu de Martín Lutero.

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