Lo que debemos saber sobre la mutilación genital femenina (MGF)
Esta práctica está reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos, pero cada diez segundos se practica en algún lugar del mundo.
02 DE FEBRERO DE 2025 · 11:50
El día 6 de febrero se celebra el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina
La mutilación genital femenina (MGF), también conocida como ablación, es la extirpación parcial o total intencionada de los genitales externos femeninos u otras lesiones de los órganos genitales femeninos por razones no médicas.
Lo más trágico es que esta práctica es habitual entre las niñas de corta edad y las menores de hasta 15 años, y a menudo se lleva a cabo en condiciones primitivas e insalubres.
La MGF no tiene absolutamente ningún beneficio médico, pero sí muchas consecuencias negativas para una niña sometida a ella, muchas de las cuales le marcarán de por vida.
Esta práctica está reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de niñas y mujeres, pero cada diez segundos se practica la ablación a un bebé, una niña o una mujer en algún lugar del mundo.
Dónde y por qué se practica
La MGF se practica en todos los continentes excepto en la Antártida y no es exclusiva de un solo lugar o religión.
Sin embargo, es más común en 30 países de Oriente Próximo y en toda África central, concretamente en Yibuti, Egipto, Guinea y Mali, donde el 90% o más de las mujeres de entre 15 y 49 años han sido sometidas a esta práctica. Se calcula que unos tres millones de niñas al año corren este riesgo.
La MGF sigue siendo una práctica habitual, incluso ahora, debido a la desigualdad de género. En la mayoría de los casos, las niñas son obligadas o convencidas a someterse a la "ablación" debido a la presión social y a las profundas creencias culturales de que el valor de una niña para su familia y su comunidad viene determinado por su idoneidad para el matrimonio, y que la MGF la hace más atractiva como posible esposa.
No hay ninguna escritura o enseñanza religiosa que aconseje la MGF, pero muchos líderes comunitarios y religiosos la practican para preparar el matrimonio anticipado de una niña; de hecho, la MGF y el matrimonio infantil suelen estar relacionados.
Como la MGF suele causar dolor a la mujer durante las relaciones sexuales, se cree que reduce el riesgo de que sea infiel. Puede llevarse a cabo para preservar la virginidad de la niña, para aumentar sus posibilidades de matrimonio, para aumentar el placer sexual masculino, por aceptación social o por ideas erróneas sobre higiene.
Cómo se realiza y consecuencias para las niñas y mujeres
Dependiendo de las prácticas culturales de la comunidad, la MGF suele ser realizada por comadronas tradicionales con navajas, cuchillos, tijeras o cristales rotos, en una casa o incluso al aire libre. En lugar de anestesia, las niñas suelen ser sujetadas o atadas con cuerdas mientras se realiza la práctica.
Sin embargo, cada vez más niñas son sometidas a la MGF por profesionales de la salud, una práctica que ha sido condenada por Naciones Unidas y por profesionales médicos por legitimar una violación de los derechos humanos y de la ética médica.
Los riesgos a corto plazo de la MGF incluyen hemorragias, infecciones o la muerte. Las consecuencias a largo plazo son demasiadas para enumerarlas, pero entre ellas hay complicaciones urinarias, infertilidad, cicatrices permanentes, complicaciones en el parto, necesidad de cirugía posterior, así como traumas psicológicos, ansiedad y depresión, especialmente cuando las niñas han sido inmovilizadas físicamente contra su voluntad durante el acto.
El trabajo de World Vision para erradicar la MGF
World Vision informa y capacita a niñas, padres y líderes comunitarios para detener la MGF y adoptar ceremonias alternativas en las comunidades donde trabajamos. Y funciona. La buena noticia es que hay pruebas fehacientes de que la MGF puede eliminarse en una sola generación.
Para ello, adoptamos un enfoque múltiple, que incluye formación y talleres para los jóvenes y los padres, abuelos y otras personas que cuidan de ellos, el establecimiento de clubes juveniles, parlamentos juveniles y grupos de defensa para proporcionar apoyo y redes de protección para las niñas, y la asociación con líderes religiosos que son muy influyentes en sus comunidades para ayudar a cambiar las normas sociales.
Además, apoyamos a las niñas para que vayan a la escuela y permanezcan en ella. Una niña que recibe educación formal tiene más probabilidades que una mujer sin educación de conocer y defender sus derechos, casarse más tarde, utilizar métodos anticonceptivos, tener menos hijos y disfrutar de mejor salud, prosperidad y seguridad.
Es una pieza crucial del rompecabezas que ayuda a acabar con la desigualdad que conduce a la MGF y a tantas otras injusticias para las niñas, y las capacita para crear la vida con la que sueñan.
Descubre más sobre nuestro trabajo contra la MGF aquí.
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