“Francisco parecía estar muy cerca, pero en realidad estaba muy lejos del evangelio”

El teólogo y pastor Leonardo De Chirico, especialista mundial en catolicismo, nos da su opinión sobre el Papa, su doctrina, su trayectoria, y el futuro de la Iglesia Católica Romana.

Daniel Hofkamp

ESPAÑA · 21 DE ABRIL DE 2025 · 20:05

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Foto de Coronel Gonorrea en Unsplash

El fallecimiento del Papa Francisco está generando una cascada de reacciones y opiniones alrededor del mundo, al tratarse de una figura de impacto mundial.

El mundo evangélico tampoco es ajeno a ello. Tal vez este sea el papa que más cercanía ha mostrado a los evangélicos, y por eso resulta relevante considerar cuidadosamente su legado.

A ello nos ayuda Leonardo de Chirico, pastor y teólogo italiano, que lleva tres décadas estudiando el catolicismo romano contemporáneo. De Chirico ha escrito y dictado conferencias a nivel internacional sobre las relaciones con el catolicismo y su teología. Sus reflexiones son traducidas a varios idiomas y publicadas en diversos medios de comunicación alrededor del mundo. En Protestante Digital, sus artículos se publican en el magacín dominical “Desde Roma”.

Este lunes, Protestante Digital ha contactado con Leonardo de Chirico para tener una primera reacción suya ante el fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio.

 

“Francisco amplió la catolicidad y minimizó la romanidad de la ICAR”

Pregunta. ¿Cuál consideras que es el principal legado doctrinal del Papa Francisco para la Iglesia Católica Romana?

Respuesta. No fue un Papa doctrinal, no le gustaban los teólogos profesionales. Pensaba que la doctrina es un instrumento maligno y una pérdida de tiempo si se convierte en un obstáculo para admitir a unos y rechazar a otros. Su propia teología puede resumirse en el lema: “todos, todos, todos”: católicos de toda índole, no católicos, judíos, musulmanes, personas sin fe, todos somos hermanos y hermanas. “Todos hermanos” (Fratelli tutti) es la encíclica que quizá marcará a la Iglesia Católica Romana durante algún tiempo. Francisco amplió la catolicidad (inclusión) y minimizó la romanidad (perspectiva tradicional) del catolicismo romano.

Dicho esto, tuvo su propia agenda doctrinal que era doble: primero, dar la impresión de no cambiar la enseñanza tradicional de la Iglesia Católica (por ejemplo, sobre las mujeres sacerdotes); segundo, introducir todo tipo de ambigüedades que oscurecieran las enseñanzas y prácticas católicas. ¿Todas las religiones conducen a Dios? ¿Se puede ser católico a la manera de uno (divorciado, teniendo relaciones sexuales fuera del matrimonio, no practicante, sin preocuparse demasiado)? ¿Siguen siendo importantes las fronteras magisteriales y canónicas? ¿Es necesaria la confesión sacramental o es un bien de consumo para los católicos? A estas preguntas las respuestas de Francisco fueron deliberadamente torpes. Su deseo era afirmar a todos, queriendo que su Iglesia fuera el “hospital de campaña” donde “todos somos hermanos”.

 

P. ¿Cómo ha transformado el énfasis en la fraternidad y el diálogo interreligioso la identidad católica durante su pontificado?

R. Cuando el Papa hablaba de “unidad”, no pensaba en la unidad entre cristianos según los criterios del evangelio. Pensaba en la unidad de la humanidad como un “poliedro”. Para él, el ecumenismo y el diálogo interreligioso eran dos formas de decir lo mismo: “ya estamos unidos; recemos y caminemos juntos”, por ejemplo, con no católicos, judíos y musulmanes. Su pontificado comenzó con la exhortación “La alegría del Evangelio” llamando a su iglesia a la misión, pero para él la misión era salir y afirmar a todos allí donde estuvieran. Este abrazo global era para él el evangelio.

 

P. ¿Qué impacto ha tenido el “desplazamiento hacia el Sur Global” en la política y el futuro de la Iglesia Católica?

R. Francisco fue elegido para ayudar a Roma a crecer en el Sur Global mientras Occidente atraviesa una relación tensa con la Iglesia Romana. Su atención pastoral y sus viajes internacionales se concentraron allí. Las estadísticas indican que, mientras el declive es la realidad en Occidente, Roma está creciendo en el Sur Global. Sin embargo, el Sur Global (especialmente África) es bastante conservador en su teología moral y reaccionó negativamente contra algunas “aperturas” hechas por Francisco, como la bendición de parejas del mismo sexo y la admisión a la Eucaristía de parejas divorciadas. Si se observa el número y la procedencia de los cardenales creados durante su pontificado, no cabe duda de que Francisco ha hecho su Iglesia más “global” y menos “occidental”. Veremos qué sucede en el próximo cónclave.

 

P. ¿Crees que el proceso sinodal iniciado por Francisco cambiará realmente la estructura de poder de la Iglesia, o es más simbólico que efectivo?

R. Como jesuita, a Francisco le gustaba iniciar “procesos” sin saber realmente cuáles serían los resultados. Tras alentar el camino sinodal alemán, se asustó de los resultados previsibles (por ejemplo, ordenación de mujeres sacerdotes, matrimonios entre personas del mismo sexo) y lo detuvo. Al mismo tiempo, inició un proceso sinodal para toda la Iglesia usando grandes palabras (por ejemplo, “una estructura de autoridad invertida”) muy vagas. Hasta ahora, parece más un enredo burocrático que otra cosa.

 

“Francisco mostró amabilidad hacia los evangélicos, como hacia liberales, ortodoxos orientales y otros grupos”

P. Respecto a las relaciones con los evangélicos, ¿cómo evalúas los gestos de acercamiento de Francisco? ¿Han producido cambios reales o han sido principalmente gestos diplomáticos?

R. Francisco mostró amabilidad hacia los evangélicos. La misma actitud la expresó hacia liberales, ortodoxos orientales y otros grupos religiosos. Parecía acercarse a todos y daba la impresión a cada uno de que estaba cerca de ellos. Conocía el lenguaje y las prácticas “evangélicas” (por ejemplo, “conversión”, oración espontánea). Algunos evangélicos quedaron impresionados por esta actitud y la confundieron con un “ethos evangélico”. De hecho, hizo lo mismo con todos los demás, repitiendo siempre el mismo mensaje: “ya somos hermanos y hermanas, caminemos juntos y oremos juntos; la unidad formal y perfecta llegará”. Parecía estar muy cerca, pero estaba muy lejos del evangelio.

 

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