La “teología del pueblo”: base del pensamiento de Jorge Bergoglio

Scannone, jesuita también, fue su profesor en el Colegio Máximo de San Miguel y una persona cercana que contribuyó a la formación de un perfil de vida y acción muy próximos a esa teología.

09 DE MAYO DE 2025 · 11:05

Juan Carlos Scannone.,
Juan Carlos Scannone.

Este Pueblo de Dios se encarna en los pueblos de la tierra, cada uno de los cuales tiene su cultura propia. La noción de cultura es una valiosa herramienta para entender las diversas expresiones de la vida cristiana que se dan en el Pueblo de Dios. Se trata del estilo de vida que tiene una sociedad determinada, del modo propio que tienen sus miembros de relacionarse entre sí, con las demás criaturas y con Dios. Así entendida, la cultura abarca la totalidad de la vida de un pueblo. Cada pueblo, en su devenir histórico, desarrolla su propia cultura con legítima autonomía. […] El ser humano está siempre culturalmente situado: “Naturaleza y cultura se hallan unidas estrechísimamente”. La gracia supone la cultura, y el don de Dios se encarna en la cultura de quien lo recibe.[1]

J.B.

Ahora que ha concluido el cónclave para la elección del nuevo obispo de Roma, bien vale la pena ensayar una mirada discordante, en varios sentidos, acerca de la labor eclesial, social y política de Jorge Mario Bergoglio. A las diversas evaluaciones que van desde el elogio desmedido hasta la descalificación total hay que sumar otras que pongan en la mesa los aciertos y los errores, entiéndase como sean estos criterios. Dos de ellos, hasta cierto punto contradictorios, los gestos simbólicos y el contenido de los documentos (cartas y exhortaciones apostólicas) y las cuatro encíclicas (Lumen fidei, 29 de junio de 2013; Laudato si’, 24 de mayo de 2015; Fratelli tutti, 3 de octubre de 2020; y Dilexit nos, 24 de octubre de 2024[2]), mantienen ocupados a los analistas y observadores, incluso a los de ocasión.

Quizá lo que merece más atención sea el trasfondo teológico de su pensamiento y acción, esto es, la llamada “teología del pueblo”, proyecto eclesial que surgió desde los años 60 en su país y que hunde sus raíces en buena parte del debate ideológico derivado del peronismo, aunque no necesariamente se identificó con él. Iniciada por el párroco Lucio Gera (1924-2012) y desarrollada después por otros pensadores como Rafael Tello (1917-2002) y Juan Carlos Scannone (1931-2019) es completamente reconocible en los proyectos y documentos de Bergoglio.[3] Scannone, jesuita también, fue su profesor en el Colegio Máximo de San Miguel y una persona cercana que contribuyó a la formación de un perfil de vida y acción muy próximos a esa teología. Esto se pudo apreciar desde que el futuro obispo de Roma fue arzobispo de Buenos Aires, pues los planteamientos que aprendió en sus años iniciales lo marcaron para siempre.

Así lo describió Scannone (discípulo directo de Karl Rahner e iniciador de la filosofía de la liberación junto a Enrique Dussel y otros autores) en una amplia variedad de ensayos, artículos y libros que pergeñó para explicar de manera pormenorizada las características de la teología en cuestión. Paul Gilbert sintetiza de este modo el perfil de Scannone:

Scannone es más filósofo que teólogo, o más bien, es filósofo para mejorar su teología. En primer lugar, ésta no puede contentarse con representaciones racionalizadoras de los misterios de la fe: debe seguir el movimiento de la revelación divina y entrar así en la historia como lugar y tiempo de la revelación de Dios. La esencia misma de la revelación divina es la encarnación. La piedad popular es, desde este punto de vista, aquello a partir de lo cual es posible una teología cristiana. Requiere, por tanto, una atenta observación de su realidad, que está en la historia. Y ésta no es un ente formal. La encarnación es concreta: tiene lugar primero en la historia del pueblo elegido, y luego en la historia del pueblo de Dios, que, por ser misionero, es en sí mismo ilimitado. La experiencia latinoamericana es importante aquí: es la de un pueblo que conoce el sufrimiento y la injusticia, pero que precisamente por eso se estructura en la solidaridad.[4]

 

Señaladamente, el volumen La teología del pueblo. Raíces teológicas del papa Francisco, aparecido primero en francés (2017) y de manera casi inmediata en castellano (2018), resume detalladamente los orígenes, el desarrollo y el impacto de este pensamiento en Bergoglio, ya con su pontificado en marcha:

Cuando fue elegido un papa venido ‘del fin del mundo’, este impactó desde el primer momento al pueblo fiel de Dios […]

…en un segundo momento muchos comenzaron a preguntarse sobre el trasfondo no solo teologal, sino también teológico … El Colegio Máximo de San José, en San Miguel (ciudad suburbana de Buenos Aires), donde yo vivo y vivió Bergoglio durante 17 años como estudiante, provincial, rector y párroco, comenzó a ser visitado por numerosos periodistas, biógrafos, ensayistas y pensadores de distintos países […] Y muchos de ellos escucharon entonces por primera vez hablar de la teología argentina del pueblo y de su relación con las por ellos más conocidas teología latinoamericana de la liberación y opción preferencial por los pobres.[5]

 

En 2014, el autor fue llamado a Roma para colaborar en la revista jesuita La Civiltà Cattolica en la que dio a conocer varios ensayos sobre el tema.[6]

Al momento del fallecimiento de Bergoglio, el periodista argentino Carlos Pagni resumió en líneas gruesas pero certeras el perfil de su pensamiento teológico trazando conexiones firmes con su ambiente originario: “Bergoglio era alguien politizado. Pero la organización a la que prestaba atención, cuya expansión soñaba, era la Iglesia. Su doctrina era el credo del cristianismo. Cualquier relación con las fuerzas profanas, empezando por el peronismo de su país, era instrumental. Aun cuando su proximidad con esa fuerza era evidente, como demuestra su apuesta hacia uno de sus dirigentes, el combativo Juan Grabois”.[7] Este personaje, miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, fue algo así como la voz de Bergoglio en Argentina, adonde nunca volvió.

Y añade: “Recorrió un camino que no fue demasiado popular. No era el de la ortodoxia de corte espiritualista. Tampoco el de la teología de la liberación, que quiso leer la doctrina de la Iglesia en clave marxista. Con Bergoglio llegó al timón del catolicismo la teología del pueblo, nacida en Argentina tras el Concilio Vaticano II y que tuvo siempre un sentido pastoral, no político”.

Justamente eso es lo que expone Scannone al delinear con claridad los horizontes de esa teología desde su metodología y práctica hasta sus implicaciones profundas. Para él, el concepto mismo de pueblo no se puede entender sin verlo como productor de cultura relacionada con la religiosidad y la cultura populares, tan mal vistas en muchos espacios eclesiales y fuera de ellos. La superación de la visión tillichiana de la religión permitió a los exponentes de esta teología revalorar hondamente las aportaciones de los sectores empobrecidos a la praxis cristiana, con todo y que no se trataba de un esfuerzo meramente académico.

 

Notas

[1] Exhortación Evangelii gaudium, parágrafo 115.

[2] Véase “Francisco.

[3] J.C. Scannone, La teología del pueblo. Raíces teológicas del papa Francisco. Maliaño, Sal Terrae, 2018 (Presencia teológica, 251), pp. 15-40.

[4] P. Gilbert, “Juan Carlos Scannone y la teología del pueblo”, en La Civiltà Cattolica, 14 de abril de 2023, Cf. “Fallece con 88 años, el padre Juan Carlos Scannone, profesor del Papa”, en Vatican News.

[5] J.C. Scannone, op. cit., p. 7.

[6] Cf. Paul Gilbert, op. cit.

[7] C. Pagni, “La ‘teología del pueblo’ del papa Francisco”, en El País, 22 de abril de 2025.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ginebra viva - La “teología del pueblo”: base del pensamiento de Jorge Bergoglio