Guerra en Ucrania: cuando la política socava lo religioso

Las diferentes religiones piden con mayor frecuencia la paz, pero en términos a menudo diferentes, y que revelan fuertes tensiones entre ellos.

18 DE MARZO DE 2022 · 15:00

Kiril I, patriarca ortodoxo de Moscú.,
Kiril I, patriarca ortodoxo de Moscú.

El portal de noticias Regards Protestants, que da a conocer noticias ligadas a las iglesias protestantes en francés, incluyó este artículo del sitio defap.fr acerca de los aspectos religiosos de la guerra en Ucrania, los cuales no siempre destacan en los medios internacionales. Se presenta aquí la traducción con algunas referencias agregadas para la mejor comprensión del tema.

Desde el comienzo de la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso, muchas voces religiosas se han alzado para pedir el fin de la guerra. Pero si las religiones pueden ayudar al diálogo y al acercamiento entre los pueblos, también pueden ser explotadas por el poder político. Y se encuentran divididas.

Si la expresión “guerra religiosa” es a menudo un pretexto para mantener la desconfianza frente a la religión en su conjunto, creemos, por el contrario, en Défap [servicio misionero de las tres uniones de iglesias protestantes francesas: IPUF, UEPAL y UNEPREF], en la importancia de las religiones para mantener el diálogo entre los pueblos y las culturas. Pero está claro que las religiones (o al menos las instituciones que las representan) también pueden ser explotadas por las tensiones políticas. Éste es el caso hoy con la guerra en Ucrania. Desde la invasión del territorio ucraniano por las tropas rusas, y con las crecientes revelaciones de ataques rusos contra objetivos civiles, las diferentes religiones piden con mayor frecuencia la paz, pero en términos a menudo diferentes, y que revelan fuertes tensiones entre ellos.

Estas tensiones se notan por primera vez en Ucrania. Dos tercios de los ucranianos se llaman a sí mismos ortodoxos y poco menos del 9% son católicos. Las otras corrientes del cristianismo son muy minoritarias: 1.9% para los protestantes de todas las denominaciones. En cuanto a las demás religiones, están muy poco representadas: 1.1% de musulmanes, minoría presente desde el siglo XIV, 0.2% de judíos.

Guerra en Ucrania: cuando la política socava lo religioso

Mapa de Ucrania / © Sven Teschke, Wikimedia Commons.

Entre los ortodoxos ucranianos se pide la ruptura con el patriarcado de Moscú

Los ortodoxos de Ucrania se dividen entre la Iglesia dependiente del Patriarcado de Moscú, la del Patriarcado de Kiev, creada en 1992 y disidente del Patriarcado de Moscú, y una pequeña Iglesia autocéfala, término utilizado para calificar entre las “Iglesias ortodoxas hermanas” jerárquicamente independientes, pero unidas por la misma fe. En este conjunto, es el Patriarcado de Moscú el que cuenta con el clero más numeroso y el mayor número de parroquias; representa casi 18% de los ucranianos. Pero desde finales de 2018 también ha habido oficialmente una Iglesia Ortodoxa de Ucrania, que se supone que reunirá a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana autocéfala y al Patriarcado de Kiev. Un grupo que tiene la ambición de reunir a todos los ortodoxos de Ucrania bajo la jurisdicción de una Iglesia nacional autocéfala, pero que todavía tiene que demostrar su legitimidad, ya que el Patriarcado de Kiev ha impugnado esta fusión por razones personales. Si esta Iglesia autocéfala de Ucrania acaba imponiéndose, reunirá al 25% de los ucranianos. Incapaces de esperar obtener el reconocimiento de esta Iglesia nacional del Patriarcado de Moscú, notoriamente cercano al poder ruso, los ortodoxos ucranianos apelaron al Patriarca de Constantinopla. Lo que el patriarca Bartolomé aceptó al otorgar el tomos (decreto) de autocefalia a la Iglesia Ortodoxa de Ucrania... resultando en una severa crisis entre Moscú y Constantinopla. A partir de entonces, las diversas Iglesias autocéfalas fueron convocadas a tomar partido por uno de los dos grandes patriarcados reconociendo o no a la Iglesia ucraniana [Andrés Mourenzamaría y R. Sahuquillo, “La iglesia ortodoxa de Ucrania se independiza oficialmente de Rusia”, en El País, Madrid, 5 de enero de 2019. Cf. Jean Meyer, La gran controversia. Las iglesias católica y ortodoxa de los orígenes a nuestros días. México, Tusquets, 2014].

Detrás de la cuestión de Ucrania, se cierne, por lo tanto, el problema de la autoridad sobre todo el mundo ortodoxo, y aún más urgente desde la invasión rusa. Ya en 2014, año de la anexión de Crimea a Rusia, la rama leal al Patriarcado de Moscú perdió algunos de sus seguidores. Y desde el comienzo de la invasión rusa, varios de sus sacerdotes han publicado un mensaje en video exigiendo romper todos los lazos con la Iglesia rusa. Sobre todo, porque el 6 de marzo, lejos de condenar la invasión, el patriarca Kirill (Cirilo), jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, justificó la guerra en Ucrania en un feroz sermón contra Occidente pronunciado durante la Divina Liturgia en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú.

“¿Dónde están tus Bonhoeffers, dónde están tus Barths?”

Los católicos ucranianos también están atravesados por tensiones. La Iglesia católica griega ucraniana representa 8% de la población, pero también hay miembros de la Iglesia católica rutena [bizantina]. Sobre todo, los católicos tienen el sentimiento de sufrir por el diálogo ecuménico mantenido con el mundo ortodoxo por Benedicto XVI y por el Papa Francisco, mientras que antes de ellos, Juan Pablo II había defendido abiertamente a los católicos orientales en Europa. Una posición que corre el riesgo de ser difícil de mantener para el Vaticano, mientras que, desde el comienzo de la invasión rusa en Ucrania, los silencios del Papa Francisco sobre Rusia se han hecho notar cada vez más. Si pidió el fin de la “guerra”, deplorando un “país mártir”, pero en ningún momento condenó formalmente el ataque ruso. Su denuncia más clara se produjo recién el pasado domingo, cuando fustigó el “inaceptable ataque armado” que se está produciendo en Ucrania.

Si bien no existen divisiones históricas comparables a las experimentadas por los ortodoxos o los católicos entre los protestantes evangélicos rusos y ucranianos, estos últimos enfatizan que, si bien han escuchado muchas oraciones por la paz de sus colegas rusos, no hubo condena de la invasión. “¿Dónde están tus Bonhoeffers, dónde están tus Barths?”, pregunta Valerii Antoniuk, quien encabeza la Unión de Iglesias Cristianas Evangélicas-Bautistas de Ucrania. “Muchos creyentes en Rusia están orando por la “situación” en Ucrania. La situación se llama guerra”, denuncia por su parte en Facebook el pastor de la Iglesia Palabra de Vida en Boyarka, no lejos de Kiev.

Sin embargo, en Rusia también se alzan voces entre los evangélicos, una minoría, desafiando las amenazas de represalias de las autoridades rusas. “Ha llegado el momento en que cada uno de nosotros debe llamar a las cosas por su verdadero nombre, mientras todavía tenemos la oportunidad de escapar del castigo de arriba y evitar el colapso de nuestro país”, señala una carta abierta firmada por un grupo de pastores rusos. y otros líderes protestantes. “¡Hacemos un llamado a las autoridades de nuestro país para que pongan fin a este derramamiento de sangre sin sentido!”

Guerra en Ucrania: cuando la política socava lo religioso

Rev. Dr. Ioan Sauca, secretario general en funciones del CMI. / Ivars Kupcis.

La respuesta del patriarca Kirill de Moscú al CMI

Al final, estas tensiones dentro de las religiones van mucho más allá del marco de las relaciones entre Rusia y Ucrania. Hasta el punto de amenazar las relaciones ecuménicas a nivel internacional. El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) envió una carta al patriarca Kirill de Moscú, miembro de la comunidad de iglesias, pidiéndole que intervenga ante el Kremlin para intentar detener la guerra iniciada contra Ucrania. Nuevamente, la respuesta a la carta del CMI fue clara: el líder religioso de la Iglesia Ortodoxa Rusa pidió al CMI que “siga siendo una plataforma para el diálogo imparcial, libre de prejuicios políticos y enfoques unilaterales”. Acusó a los países occidentales de haber “intentado convertir en enemigos a pueblos hermanos, rusos y ucranianos”, y dijo que estaba “firmemente convencido de que los iniciadores [de la guerra] no son los pueblos de Rusia y Ucrania, que surgieron de las mismas fuentes bautismales de Kiev, están unidos por una fe común, santos y oraciones comunes, y comparten un destino histórico común”, pero que “los orígenes del enfrentamiento deben buscarse en las relaciones entre Occidente y Rusia”.

En Francia, la Federación Protestante Francesa (FPF) y la Iglesia católica han tomado la iniciativa de un diálogo con los representantes de la ortodoxia rusa. El pastor François Clavairoly, presidente de la FPF y monseñor Éric de Moulins-Beaufort, presidente de la Conferencia de Obispos de Francia, se reunirían el jueves 10 de marzo en la Catedral de la Santísima Trinidad, sede episcopal de la diócesis de Chersonese y centro del Exarcado de Europa Occidental del Patriarcado de Moscú, con el Padre Maxim Politov, párroco de la Catedral. “Esta iniciativa, indicó la FPF en un comunicado de prensa, quiere contribuir al diálogo, pero también y sobre todo al cuestionamiento del Patriarca de Moscú y de todas las Rusias sobre la importancia del sentido de su responsabilidad en este conflicto”.

Versión: Leopoldo Cervantes-Ortiz

 

Otros enlaces importantes:

- Bernardo Barranco, “La religión, la otra guerra en Ucrania”, en La Jornada, 2 de marzo de 2022.

- Conversatorio “¿Qué significa Ucrania para Rusia?”, impartido por el doctor Jean Meyer, Senado de la República, 9 de marzo de 2022.

- Programa televisivo Sacro y profano: “La otra guerra en Ucrania, la guerra religiosa”, 9 de marzo de 2022, con la participación del Dr. Jean Meyer.

- Iván Gutiérrez, “Cómo los líderes evangélicos ucranianos están sirviendo en medio de la guerra”, en Biteproject, 11 de marzo de 2022.

- Consejo Mundial de Iglesias, “Las iglesias responden a las crecientes necesidades humanitarias en Ucrania y los países fronterizos”, 15 de marzo de 2022.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ginebra viva - Guerra en Ucrania: cuando la política socava lo religioso