Fuentes que dieron origen al Apocalipsis de San Juan, de Raúl Zaldívar
El autor destaca la importancia de conocer las fuentes del Apocalipsis, para entenderlo correctamente y evitar interpretaciones fantasiosas.
17 DE JULIO DE 2025 · 21:35

Un fragmento de “Fuentes que dieron origen al Apocalipsis de San Juan", de Raúl Zaldívar (Clie, 2024). Puede saber más sobre el libro aquí.
El Apocalipsis es uno de los libros más consultados y leídos en tiempos de crisis social y política.
Muchos creyentes lo consideran un texto codificado sobre los últimos días de la humanidad. Sin embargo, a pesar de su popularidad, es también uno de los libros menos comprendidos y más malinterpretados.
El texto del vidente de Patmos tiene una larga historia de incomprensión debido a la dificultad de su contenido. Martín Lutero pensó inicialmente que las visiones de Juan no eran «ni apostólicas ni proféticas», aunque con el tiempo cambió de opinión.
Juan Calvino predicó y escribió sobre casi todos los libros de la Biblia, excepto el Apocalipsis, lo que dio pie a pensar que no era capaz de captar su mensaje.
Sin embargo, la verdadera razón parece ser teológica. Según Thomas H. L. Parker, Calvino no escribió sobre el Apocalipsis porque consideraba que la apocalíptica era ajena al Nuevo Testamento, ya que volvía a “poner un velo” al evangelio claro y sin ambigüedades.
Muchas dificultades surgen de interpretar literalmente el Apocalipsis, ya que durante mucho tiempo se estudió desconectado de sus fuentes y del género apocalíptico al que pertenece.
Fue recién a comienzos del siglo XX cuando los exégetas comenzaron a analizarlo como parte de la literatura apocalíptica judía. Robert Henry Charles encontró en esta categoría un conjunto de escritos escatológicos con los que contrastar la obra de Juan.
Esto explicaría que el autor de Patmos, aunque inspirado por su fe y objeto de revelación divina, adaptara su lenguaje a las imágenes y concepciones de su entorno inmediato. Charles también descubrió el carácter poético del Apocalipsis:
“Aunque nuestro autor tiene como tema los inevitables conflictos y antagonismos del bien y el mal, de Dios y los poderes de las tinieblas, su libro es enfáticamente un Libro de Cantares [...] Una fe inconmensurable, un optimismo inexpugnable, un gozo inextinguible presionan para ser expresados [...] hasta que finalmente ve el mal total y finalmente destruido; la justicia establecida para siempre, y todos los fieles disfrutando de la bienaventuranza eterna en la Ciudad eterna de Dios, llevando su nombre en la frente y creciendo cada vez más a su semejanza.”
A estos elementos se suman los estudios modernos, que desde la década de 1970 comenzaron a dar más atención a las fuentes del Antiguo Testamento en relación con el Apocalipsis.
Hoy se tiende a aplicar sus visiones a una escatología realizada, englobando su mensaje en una perspectiva cronológica más amplia y menos centrada en el futuro.
A todo esto contribuye la presente obra del Dr. Zaldívar, pionera en el ámbito evangélico. El autor destaca la importancia de conocer las fuentes del Apocalipsis para entenderlo correctamente y evitar interpretaciones fantasiosas.
No es a la prensa ni a los noticieros a quienes hay que acudir para entender la revelación, sino al contexto bíblico, la literatura y la historia de su época. Zaldívar ha visitado personalmente las ciudades mencionadas en el libro y ha investigado cuidadosamente las fuentes, destacando especialmente las pseudoepígrafas:
“Habrá que penetrar en las profundidades de la literatura apocalíptica del período intertestamentario para descubrir su relación con el Apocalipsis de san Juan.”
El autor ya había abordado estas cuestiones en su obra anterior sobre el apocalipticismo, donde advertía sobre el uso y abuso de los temas apocalípticos, a los que denominaba “negocio escatológico”.
Frente a ello, proponía una doble preparación: espiritual e intelectual. “La buena fe no exculpa la ignorancia ni el error”, afirma.
Con más de una década de estudio acumulado, Zaldívar considera que ha llegado el momento de ofrecer una visión más madura:
“Llegó el momento de dejar de hablar de interpretación amilenialista o premilenialista… Basta ya de tanta mentira, fanatismo y miedos infundados [...] la apocalíptica se escribe en un lenguaje codificado y tal es así que al momento de escribir el Apocalipsis, el tiempo se medía de otra forma.”
Es necesario avanzar hacia una interpretación sin tintes denominacionales. De todas las fuentes analizadas, el autor destaca como más importante el libro de Daniel, considerado el prototipo de la literatura apocalíptica.
Estamos ante una obra pertinente, documentada y bien argumentada, que ayudará a los estudiantes del Apocalipsis a interpretar este libro conforme al espíritu del autor original.
Termino con una inspiradora cita de Charles:
“El Apocalipsis es un libro para el día de hoy. [...] Juan el vidente insiste no solo en que el seguidor individual de Cristo debe modelar sus principios y conducta según las enseñanzas de Cristo, sino que todos los gobiernos deben modelar sus políticas según la misma norma cristiana [...] la guerra contra el pecado y la oscuridad debe continuar, y esto de manera inexorable, hasta que el reino de este mundo se haya convertido en el reino de Dios y de su Cristo.”
Alfonso Ropero. Editor adjunto de CLIE
Referencias
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Parker, T. H. L. (1993). Calvin’s New Testament Commentaries, p. 119. Westminster John Knox Press.
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Charles, R. H. (1920). A Critical and Exegetical Commentary on the Revelation of St. John, 2 vols. T. & T. Clark.
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Ibid., Vol. I, p. xiv.
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Álvarez Valdés, A. (2005). “El libro del Apocalipsis. Historia de su interpretación”, en Estudios Bíblicos, 63/2-3, pp. 283–311.
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Zaldívar, R. (año no especificado). Apocalipticismo y escatología. Editorial CLIE.
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Ibid.
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Zaldívar, R. (2020). Las fuentes que dieron origen al Nuevo Testamento. Editorial CLIE.
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Charles, R. H. (1920). A Critical and Exegetical Commentary on the Revelation of St. John, 2 vols. T. & T. Clark.
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