Consejos para hablar bien en público, de Rigoberto Gálvez
La comunicación de Jesús fue extraordinariamente efectiva. La hermosura, sencillez y profundidad de su mensaje llegó a los corazones de todas las personas que lo escucharon.
08 DE JUNIO DE 2023 · 16:51
![Detalle de la portada del libro.,](https://media.protestantedigital.com/imagenes/6481ec0f1ddec_800x420Cropped.jpg)
Un fragmento de “Consejos para hablar bien en público. El arte de aprender a comunicarse”, de Rigoberto Gálvez. Puede saber más sobre el libro aquí.
La comunicación de Jesús y el uso de las imágenes concretas
No importa cuán complejo sea el tema, es posible explicarlo con ejemplos concretos de la vida diaria. Un maestro de Galilea llamado Jesús de Nazaret lo realizó de manera espléndida hace dos mil años. Para disertar sobre el enojo, la humildad, la fe, el amor, la hipocresía, la venganza, la diligencia, la perseverancia, la esperanza, la confianza, el perdón, la prudencia, la gratitud, la vida después de la muerte, sobre la inmortalidad del alma, no lo hizo al estilo de los filósofos griegos con un lenguaje abstracto, lo hizo de una manera concreta con el lenguaje del pueblo.
Jesús de Nazaret se comunicaba perfectamente tanto con eruditos, sabios y profesionales como con amas de casa, pastores de ovejas, artesanos, tejedores, comerciantes y pescadores. El lenguaje que Jesús utilizó era el que la gente común entendía. Jesús les habló como alguien que dialoga amigablemente. Sus parábolas, historias y ejemplos inquietan aún al hombre moderno. Invitan a ser leídas por los niños, los jóvenes, los adultos y los ancianos. Estas suenan como noticias del día que se escuchan en los medios modernos de comunicación (Jaramillo, 1998).
Su comunicación fue extraordinariamente efectiva. La hermosura, sencillez y profundidad de su mensaje llegó a los corazones de todas las personas que lo escucharon. Muchos dijeron frases como estas: “Nadie ha hablado como este”, “Jesús enseña con autoridad y no como los escribas”.
Jesús utilizó los mejores recursos didácticos y las mejores técnicas de comunicación para ser efectivo en su mensaje. Usó parábolas tan bellas como la del sembrador, la del hijo pródigo, la oveja perdida (1).
Usó el símil (2), tal como lo muestra el pasaje en que Jesús se lamenta sobre Jerusalén: “¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!” (Martínez, 1997). Jesús también utilizó la metáfora (3) para describir características esenciales de su persona: “Yo soy la luz del mundo”, “Yo soy la puerta”, “Yo soy el Buen Pastor”. La hipérbole (4) fue una de las figuras del lenguaje preferidas por Jesús. Unas de las más conocidas son las siguientes: Y ¿por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?” (Mt. 7:3) ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y tragáis el camello! (Mt. 23:24)”. Además, Jesús hizo uso de la alegoría (5). Ejemplos: la alegoría del buen “pastor” en Juan (10:7-18) se observa que las palabras claves son otras metáforas: “oveja”, “rebaño”, “ladrones”, “bandidos” y “asalariado”. Cada una de estas expresa figuradamente una realidad de diferente tipo. Aun cuando Jesús usaba figuras del lenguaje, buscaba las más sencillas. Basta leer la manera en que hablaba con los pescadores acerca de cosas tan comunes para ellos. “Remiendos nuevos en vestidos viejos”, “lámparas que no se encienden para luego colocarlas debajo de la mesa o cajón”, “sal de la tierra y luz del mundo”. Otro de los recursos que usó Jesús frecuentemente fue el diálogo, uno de los más conocidos es el que realizó con la mujer samaritana. Es impecable. Otro método que utilizó fue el proverbio. Por ejemplo, el referido a la enfermedad del cuerpo en aquellos que se dedican a curar las enfermedades: “Médico cúrate a ti mismo”.
Jesús también es un maestro del contraste. “Los religiosos imponen pesadas cargas a los demás, pero ellos no quieren tocarlas ni siquiera con un dedo”. Estos mismos son los que “cuelan el mosquito y se tragan el camello”. Por eso vienen a ser como sepulcros blanqueados: “Limpios por fuera y sucios por dentro”.
Jesús es un comunicador especialista en el uso de comparaciones e imágenes tomadas de la vida real. Él habla de los cuervos que ni siembran ni siegan, ni recogen en graneros, pero que Dios los alimenta. Igualmente menciona a los lirios blancos del campo, que ni hilan ni tejen, pero que se visten aún con más gloria que Salomón. Echa mano de las imágenes del rayo que resplandece de un extremo a otro, los zorros del campo con sus cuevas y de los pájaros con sus nidos.
Jesús saca de la vida humana una cantera de imágenes como instrumento de su comunicación. En sus relatos aparecen los siervos fieles e infieles, los mayordomos, los pastores, las viudas, los trabajadores, los labradores, los muchachos, los padres y los hijos. Jesús no solamente ha sido el mejor comunicador que ha existido por sus técnicas y recursos empleados, sino porque su comunicación lleva una implicación “vivencial”.
Es una comunicación existencial
Esta corre pareja con la vida y la actividad de los oyentes. Invita a vivir el mensaje. Es parte misma del que comunica y del que está dispuesto a recibirlo. Expresiones como estas: “Ve tú y has lo mismo”, “Vengan a ver con sus propios ojos”, cuando se referían a la forma y el lugar donde vivía Jesús; “Vayan y cuéntenle a Juan lo que están viendo y oyendo”.
La comunicación vivencial de Jesús se manifestó vívidamente cuando tuvo un encuentro con la samaritana en el pozo de Jacob; con Zaqueo, el recaudador de impuestos arrepentido de su mala actuación, con la mujer adúltera, con Bartimeo el ciego.
Notas
1. Son ejemplos terrenales de la vida diaria para enseñarnos verdades espirituales.
2. Consiste en una comparación formal entre dos objetos.
3. Es una comparación implícita que no se extiende formalmente como el símil, no aparece la palabra “como”, pero si es más breve y en consecuencia más aguda.
4. La hipérbole es una exageración evidente que tiene por objeto aumentar el efecto de lo que se dice.
5. Esta es una sucesión de metáforas, generalmente combinadas en una forma de narración, de cuyo significado literal se prescinde.
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