1a Tesalonicenses a Filemón, de Eduardo Bracier

La confianza de Pablo se muestra de cuatro formas distintas, cualidades de líder que nos conviene imitar si quisiéramos tener una influencia positiva en la vida de los que están cerca de nosotros.

01 DE JUNIO DE 2023 · 16:50

Detalle de la portada del libro.,
Detalle de la portada del libro.

Un fragmento de “1a Tesalonicenses a Filemón”, de Eduardo Bracier (Serie la “Biblia y su mensaje”, Unión Bíblica 2016). Puede saber más sobre el libro aquí.  

 

Introducción a las cartas a la iglesia en Tesalónica

El apóstol Pablo, después de tener que huir de Tesalónica y de Berea debido a la persecución, llega a Atenas y pide que Silas y Timoteo se reúnan con él en Atenas (3:1-2). Luego Pablo envía a Timoteo de regreso a Tesalónica mientras él se traslada a Corinto. Cuando Timoteo regresa al lado de Pablo, (3:6) éste escribe la carta que tenemos en nuestras manos: 1 Tesalonicenses. Aproximadamente seis meses más tarde les envía “2Tesalonicenses” al recibir más información del desarrollo de la iglesia en aquella ciudad. Por lo tanto, se trata de una carta escrita en medio de mucho desplazamiento geográfico debido a una persecución feroz instigada por parte de los judíos en las ciudades por donde había predicado el equipo apostólico.

Parece que la primera carta de Pablo que se ha conservado hasta nuestros días es la que escribió a un grupo de iglesias en la zona de Galacia (c. 48-49). Por lo tanto las cartas a la joven iglesia en Tesalónica (con fecha 51 d. C.), son las segundas del apóstol.

Tesalónica, con cerca de 200.000 habitantes, era la ciudad más grande de Macedonia y capital de su provincia. Puerto de mar con una gran actividad económica. El trasfondo de la iglesia plantada en Tesalónica lo encontramos en Hechos 17:1-9, donde descubrimos que Pablo empezó su ministerio en la sinagoga hebrea. Aunque algunos de los miembros de la nueva iglesia habrían sido judíos, 1 Ts. 1:9-10 y Hch. 17:4 nos dan la idea de que la membresía se componía, mayormente, de gentiles.

Puesto que Pablo tuvo que salir repentinamente de la ciudad (Hch. 17:5-10) después de una estancia muy breve, los recién convertidos del paganismo (1:9) se encontraban con poco apoyo externo en medio de sus tribulaciones. Por lo tanto, Pablo les escribe para a) animarles 3:3-5); b) darles instrucción en cuanto a la necesidad de vivir santamente (4:1-8); c) alentar a algunos a no ser negligentes en cuanto a su trabajo diario (4:11-12); d) y para darles confianza en cuanto al futuro de los creyentes que mueran antes de la segunda venida de Cristo (4:13-15).

 

1 Tesalonicenses

1 Tesalonicenses 1:1-3 - La confianza de Pablo

La confianza de Pablo se muestra de cuatro formas distintas, las cuales resaltan las cualidades de líder que nos conviene imitar si quisiéramos tener una influencia positiva en la vida de los que están cerca de nosotros.

El compañerismo de Pablo se ve en cómo él habla de sus compañeros (v. 1). Encontramos tres siervos ejemplares (v. 1). Pablo, evidentemente el autor, Silvano (Silas) el fiel acompañante y posiblemente secretario de Pablo, y Timoteo el joven cartero que fue enviado por Pablo para llevar esta carta y para recibir noticias de la joven iglesia de Tesalónica. Cada uno tuvo dones y características diferentes y, por lo tanto, complementarias. Supieron trabajar juntos en armonía bajo el liderazgo de Pablo. Seguramente una de las claves de este tipo de “equipo” fue la manera en que Pablo trataba a sus compañeros. El aviso de que “la falta de amabilidad descalifica al siervo” (citado de José M. Martínez) no tenía cabida en este equipo de pedagogos o tutores, puesto que por su ejemplo enseñaban a todos.

La confianza de Pablo se ve en cómo él habla sobre la iglesia (v. 1).

Pablo explica que no está solo al escribir esta carta (estaba acompañado), y los tesalonicenses tampoco están solos al recibirla: están en Dios y en el Señor Jesucristo (v. 1). Esta referencia a la unión vital y a la relación viviente que los creyentes tenemos con el Padre y con el Hijo se desarrolla a lo largo de esta carta. La conexión entre el Padre y el Hijo en este versículo empieza a señalar una relación trinitaria en la enseñanza apostólica (3:11; 2 Ts. 1:2, 8, 12, 2:16, 3:5).

La cordialidad de Pablo se ve en cómo él ora por la iglesia (v. 2). Cada vez que oraba por ellos lo hacía con acción de gracias, y esto no solamente por la iglesia en general sino por cada uno en particular: por todos vosotros. No hubo nadie en aquella joven iglesia que no le provocara algún motivo de agradecimiento al Señor. ¡Toda una lección para nosotros en relación con nuestra iglesia local!

La amistad de Pablo se ve en cómo él elogia a la iglesia (v. 3). Reconoce que su fe produce obras, acción y servicio de distintas clases. (Ro. 1:5, 16:26). Es especialmente llamativa, en el contexto de la feroz persecución su constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. Su firme confianza en la persona central en la predicación del equipo apostólico y en su pronto regreso es otro tema que se ve desarrollado en esta carta. Pablo no rehúsa elogiar a los creyentes por su progreso en el camino de la fe, y bien hacemos en imitarle, puesto que “elogiar” significa “hablar bien de alguien/algo”. Esto nos hace mucha falta en nuestros círculos e iglesias. Vemos, desde el principio de esta carta, cuatro características de Pablo en su relación con los demás: compañerismo, confianza, cordialidad y amistad. No debe sorprendernos la libertad que tuvo el apóstol al exhortarles con palabras muy claras (como veremos). Había ganado el derecho…

 

1 Tesalonicenses 1:4-6 - Los motivos de confianza de Pablo (I)

Hemos visto que Pablo expresó su confianza en otros y a continuación nos explica los motivos de esta confianza. Y menciona tres razones principales:

El primer motivo es que son:(a) amados y escogidos de Dios (v. 4).

Veintiocho veces en estas dos cartas Pablo utiliza el término “hermanos”. Unidos los unos a los otros por medio de su unión con Cristo. Dios, en su gracia, puso su amor sobre ellos sin merecerlo (Col. 3:12; Ef. 1:4; 2 Ts. 2:13) y los ha unido en una familia donde ya no existen las barreras sociales y religiosas de antaño (Gá. 3:28). Puesto que son el foco del amor de Dios, hacen bien en ir demostrando este amor hacia los demás en trabajos de amor (v. 2), como un rebosar del amor que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado (Ro. 5:5). Pablo, consciente de esta demostración de la fidelidad del amor que hay entre ellos, expresa este motivo de su confianza como cosa compartida con los demás miembros del equipo apostólico al utilizar la forma plural del verbo: “conocemos”. Amor de esta calidad solo podría provenir de la elección de Dios. Juan expuso la misma realidad al decir: Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. (1 Jn. 3:14).

El segundo motivo de su confianza al ver: (b) el poder transformador de la predicación del evangelio (vv. 5-6 y 9b-10).

Pablo, como predicador, había presenciado el tremendo cambio que el evangelio había realizado en ellos. Habla de nuestro evangelio en el sentido que es lo que el equipo apostólico predica, y lo que ellos mismos habían recibido por la fe. No obstante, él mismo aclara que este evangelio es de Dios (2:2, 2:8, 2:9; 1 Ti. 1:11), puesto que el evangelio tiene su origen en él y que es, a la vez, de Cristo (3:2) puesto que encuentra su fuente en su muerte redentora. También es “nuestro” hoy en día al vivirlo y al comunicarlo a otros. Y esto es exactamente lo que ocurrió con los tesalonicenses, que es la consecuencia lógica del poder transformador del evangelio, puesto que vinisteis a ser imitadores de nosotros (v. 6) como todos hemos de ser imitadores de Dios (Ef. 5:1). Pero para llegar a esto necesitamos “modelos”. Aunque Cristo sea el modelo perfecto para todos, los creyentes debemos imitar a nuestros líderes (2 Ts. 3:7, 9; 1 Ti. 4:12; Tit. 2:7; 1 P. 5:3) ¡Qué responsabilidad recae sobre ti y sobre mí! Modelos perfectos, no; pero íntegros, sinceros, sí.

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