Las enigmáticas parábolas de Jesús, de Ruben Zimmermann

Las parábolas de Jesús son enigmáticas. La falta de comprensión no es nada inusual cuando uno se encuentra con estas “historias cortas”.

06 DE MAYO DE 2022 · 12:02

Detalle de la portada del libro.,
Detalle de la portada del libro.

“Las enigmáticas parábolas de Jesús. Métodos e interpretación”, de Ruben Zimmermann (Clie, 2022). Puede saber más sobre el libro aquí.

 

INTRODUCCIÓN

Y les dijo: —¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?

(Marcos 4:13)

 

Las parábolas de Jesús son enigmáticas. La falta de comprensión no es nada inusual cuando uno se encuentra con estas “historias cortas”. Incluso los textos cristianos más antiguos comparten esta misma evaluación como se encuentra en relatos de los evangelios que nos relatan que aquellos que escuchaban las enseñanzas de Jesús no entendían las parábolas (Marcos 4:10,13; Juan 10:6). Los discípulos mismos tenían que pedir a Jesús, “¡Explícanos la parábola ...!” (Mat. 13:36, ver también Marcos 4:10), lo que quiere decir que aún no entendían las parábolas, o por lo menos no inmediatamente. El discurso parabólico es incomprensible y misterioso. Esto también se expresa por el termino παραβολή (parábolé), este término predominante con el que se identifica el género en el Nuevo Testamento, y su derivación tradicional-histórico […].

 

LAS PARÁBOLAS DE JESÚS: UN DESAFÍO HERMENÉUTICO

Comprender (2) las parábolas claramente sin complicaciones, o sin polémica, no es sencillo. (3) Este es el caso de las parábolas más largas y más complejas, así como de las narrativas más cortas que antes se llamaban “dichos metafóricos” o “símiles”. (4) El exegeta alemán Adolf Jülicher, uno de los eruditos de las parábolas más influyentes del siglo XX, fue de la opinión de que una interpretación de este último no era necesario porque el mensaje del texto de estas parábolas era inmediata y directamente aparente. (5) Después de un momento de consideración, sin embargo, no es absolutamente evidente, por ejemplo, por qué la levadura es mezclada con mucha harina, cómo un grano de mostaza puede convertirse en un árbol lo suficientemente grande como para albergar un nido de pájaros, o la forma en que la sal puede perder su sabor. Las parábolas no son simplemente claras e inequívocas. Ellas no siguen las leyes de la lógica filosófica o matemática, ni expresan tópicos simples. Tampoco es la diversidad de interpretación más reciente la que proporciona la confirmación de esta conclusión.

Las notables diferencias en la comprensión de estos textos dentro de las primeras décadas de su recepción, como puede ser vistas en las tradiciones paralelas de Mateo, Lucas, y el Evangelio de Tomás, ya documentan una notable variedad de interpretaciones. Los evangelios más antiguos reflejan la necesidad de una interpretación de estos textos (Marcos 4:34) y ofrecen interpretaciones explícitas para dos parábolas para servir como lecciones explicativas para los discípulos (sembrador, Marcos 4: 13-20; la cizaña del campo, Mateo 13: 36-43).

¿Cuál es el significado y la intención de esta misteriosa forma de comunicación? ¿Por qué Jesús emplea precisamente esta manera de hablar y la hace propia? Y ¿por qué fue tan exitosa en la formación de la tradición y la memoria primitiva cristiana? ¿Qué ha permitido que las parábolas, a pesar de su ambivalencia interpretativa, permanezcan atesoradas hasta este mismo día? ¿Es solo la estrecha relación que tienen con Jesús como el autor de estos textos, o llevan el mensaje del Nuevo Testamento en una forma concentrada la cual no puede ser sustituida por cualquier otra forma de hablar? ¿Es esta la forma literaria, en particular, por el cual la verdad religiosa toma su forma?

¿O por el contrario, es que acaso ni siquiera deberán de ser entendidas? ¿Qué buscan explícitamente al velar el mensaje de Jesús? Esta es la sugerencia en Marcos 4:11, que establece que solo a los discípulos se les confiará el secreto (τὸ μυστήριον) y no “a los de fuera” (τοῖς ἔξω). ¿Son acaso los dichos de Jesús un discurso misterioso y esotérico destinado únicamente a un círculo interno de los seguidores de Jesús? Y ¿son los de afuera, a los que las parábolas son dirigidas, los que deberían permanecer confundidos o incluso ser engañados? ¿Acaso Marcos quiere decir “que la falta de comprensión ya estaba allí en respuesta al mensaje de Jesús y por tanto Jesús utilizó parábolas para aumentar y castigar esa incomprensión”? (6) ¿O debe la llamada “teoría del endurecimiento” de las parábolas entenderse en un nivel pragmático narrativo como el intento de procesar teológicamente la ambivalencia interpretativa de las parábolas? (7) Además de los oídos para oír (Marcos 4: 9), ¿no es qué también necesitamos una explicación de por qué algunos de los oyentes de Jesús eran sordos al mensaje, y también al significado de la palabra parábolas?

Uno puede tener la tentación de relativizar, de quejarse, de racionalizar, o incluso de maldecir la naturaleza enigmática de las parábolas. Sin embargo, este es el rasgo en particular, que se da a las parábolas de Jesús su carácter absolutamente inconfundible y su impacto correspondiente. La falta de comprensión es un elemento constitutivo de la narrativa de las parábolas.

Sin embargo, la ambigüedad de las parábolas no es creada como parte de algún juego o con el fin de molestar o frustrar a los lectores. De hecho, las parábolas realmente se encuentran en contextos de comunicación donde se requiere claridad de sentido y sencillez, ya que están destinadas a cumplir una determinada función comunicativa. Tienen el propósito de, por ejemplo, ayudar a resolver los argumentos acerca de la Torá, para exponer los problemas de los roles familiares, o para denunciar las injusticias sociales. Deben hacer que uno se detenga por un momento, deben dar lugar a puntos de vistas, o incluso deben llevar a la gente a la movilización. Las parábolas en realidad deben de ser comprendidas y adquirir importancia en situaciones y circunstancias concretas. Deben de ser significativas para la vida personal. (8)

Pero ¿cómo se puede reconciliar la expectativa a la comprensión de las parábolas con su incomprensibilidad y su carácter misterioso?

La lógica interna, aparentemente paradójica, de esta supuesta contradicción es que las parábolas tienen el propósito de crear un entendimiento a través de su misterio. La falta de comprensión inicial da como resultados un proceso de cuestionamiento, asombro, y una búsqueda que en última instancia pueden conducir a una comprensión más profunda. Las parábolas son incomprensibles con el fin de conducir a la comprensión. Es decir, existe un potencial calculado para malos entendidos, para crear una comprensión más profunda. (9)

Es precisamente esta estrategia hermenéutica que es seguida por las parábolas y sus narradores. (10) Al mismo tiempo, el proceso de comprensión no puede limitarse a un solo sentido. A pesar de que la comprensión y el entendimiento es el objetivo final del proceso hermenéutico, este objetivo no se puede equiparar con la búsqueda de la solución a un problema matemático. Las parábolas no son ecuaciones. Puede haber diferentes significados, y pueden inclusive contradecirse entre sí. El significado de una parábola será diferente según el tiempo y contexto, una realidad que se ha demostrado inequívocamente en la historia de la interpretación de las parábolas.

Diferentes lecturas de la misma parábola también pueden ocurrir en diferentes puntos de la vida de un individuo. (11) Sin embargo, esto no significa que alguna de ellas sea incorrecta. Por otra parte, el significado no debe limitarse a un mero proceso individual de descubrimiento. Las parábolas no cuestionan solo a un lector u oyente. El intento de comprender una parábola anima a una búsqueda comunal por el significado. Es precisamente las muchas interpretaciones divergentes, las controversias resultantes, y los debates (12) que ellos crean y que son un aliciente para la comunicación y estimulan una búsqueda colectiva por el significado.

Lo cual es cierto para la primera comunidad de oyentes o una comunidad de lectores posteriores, es igualmente cierto para el discurso académico respecto a la interpretación de las parábolas. Tolbert se encontró con un interesante rompecabezas en la investigación de parábola: no solo hay una variedad de interpretaciones. Incluso “los estudiosos que comparten las mismas suposiciones con respecto a cómo se deben de oír las parábolas a menudo presentan interpretaciones radicalmente diferentes de las mismas parábolas”. (13) La ambivalencia de las parábolas de Jesús plantea, en particular, un reto hermenéutico y por lo tanto provoca una reflexión hermenéutica. El hecho de que la comprensión de las parábolas sea tan controversial da como resultado preguntas básicas no solo en relación con los prerrequisitos y las diversas posibilidades de comprensión, sino también con su justificación y establecimiento. En otras palabras, el ser confrontado con la falta de comprensión demanda una discusión de la “hermenéutica de las parábolas de Jesús”. De esta manera, las parábolas se convierten en una plataforma para descubrir y crear perspectivas en la interpretación bíblica en términos más generales.

 

Notas

(2). La siguiente es una traducción y revisión de Zimmermann, “Im Spielraum des Verstehens: Chancen einer integrativen Gleichnishermeneutik”. 3-13.

(3). En el mismo sentir, Wenham, The Parables of Jesus: Pictures of Revolution (London: Hodder & Stoughton, 1989), 244: "Pero las parábolas no son tan simples e inequívocas que no se pueda confundir su significado". También Thomas Söding, “Gottes Geheimnis sichtbar machen: Jesu Gleichnisse in Wort und Tat,” Bibel und Kirche 63 (2008): 60: “Al mismo tiempo, es ingenuo asumir que las parábolas de Jesús son tan claras como el día y tan fáciles como un pastel”.

(4). Estos términos conforman las clasificaciones presentadas en los estudios de lengua alemana: Bildwort (Bultmann) y Gleichnis im engeren Sinn (Jülicher).

(5). Vea Jülicher, Die Gleichnisreden Jesu, I, 114: “No necesitan ninguna interpretación; son tan claras y transparentes como es posible; llaman para una aplicación práctica. Si uno... sostiene un espejo delante de alguien para que vea su fealdad o las manchas que arruinan su aspecto, uno no necesita palabras para explicarlo. El espejo simplemente presenta la realidad mejor de lo que uno podría explicar –incluso con la más larga de las descripciones”.

(6). Crossan, The Power of Parable, 21. Según Crossan Marcos interpreta las parábolas de Jesús como “parábolas enigmáticas y punitivas por sus oponentes” (ibid.), Pero al hacerlo, que “no era apropiada o adecuada a la intención de Jesús... porque se contradice con el propio contexto de Marcos 4, con el que, por ejemplo, la parábola de la lámpara. Las parábolas no son para ser incomprendidas más que una lámpara es destinada a no dar luz” (ibid., 26-27).

(7). Vea la reflexión sobre este tema en Popkes, “Das Mysterion der Botschaft Jesu;” Del mismo modo Wenham, Parables, 244: “Por tanto, el ministerio de las parábolas de Jesús viene como un regalo de Dios para algunos y como su juicio a otros”.

(8). No estoy de acuerdo en este punto con Hedrick, Many Things, 103: “Ellas plantean preguntas y problemas, pero no proporcionan las respuestas”.

(9). La función pragmática de los malentendidos en Juan se puede describir de manera muy similar (véase Rahner, “Mißverstehen”). Esta estrategia puede verse con mayor claridad en las “historias de milagros,” que presentan un desafío hermenéutico en el que se presentan intencionadamente el “absurdo,” tratando de irritar y provocar la incomprensión mientras presionan más allá del final de la “realidad” con el fin de lograr una nueva forma de entendimiento. Sobre este tema, véase mi artículo reciente Zimmermann, “Wut des Wunderverstehens”.

(10). Vea también Lohmeyer, “Vom Sinn der Gleichnisse”, 156-57: “El discurso parabólico es intencionalmente discurso oscuro ... Cada parábola es capaz puede y tiene que ser interpretada; las parábolas individuales pueden ser más fáciles o más difíciles de entender –incluso el conocido dicho: “No lo que entra por la boca contamina al hombre; pero lo que sale de la boca, esto contamina al hombre”. (Mateo 15:11) es una parábola y necesita una interpretación. La interpretación no siempre necesita ser declarada explícitamente si se garantiza su comprensión (ver Mateo 13:51), pero sin la interpretación de cada parábola, es básicamente abstrusa y oscura”.

(11). Crossan se refiere al proceso de “auto educación”. “Las parábolas eran la manera explicativa especial de Jesús del reino de Dios”. Crossan, “The Parables of Jesus”, 253.

(12). Ibídem

(13). Tolbert, Perspectives, 15.

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