365 días con Jonathan Edwards

Cuando el pueblo de Dios está expuesto a aflicciones puede encontrar reposo en Cristo.

16 DE DICIEMBRE DE 2021 · 21:00

Detalle de la portada.,
Detalle de la portada.

Un fragmento de 365 días con Jonathan Edwards. Meditaciones devocionales seleccionadas de sus sermones y editadas por Dustin W. Benge (Editorial Peregrino, 2021). Puede saber más sobre el libro escribiendo a [email protected] o llamando a: 926349634/658887547 (España).

 

 

17 JULIO

Reposo de las aflicciones

«Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios» (Hebreos 4:9).

Cuando el pueblo de Dios está expuesto a aflicciones puede encontrar reposo en Cristo. Si una persona sufre alguna gran debilidad física, o está sometida a una enfermedad que le produce fuertes y continuos dolores, tales cosas agotarán a una criatura débil como es el ser humano. En el caso de esas personas, puede servirles de consuelo y de apoyo eficaz pensar que tienen un Mediador que sabe por experiencia lo que es el dolor; quien, por medio de su dolor, les ha comprado una calma y una tranquilidad eternas; y que hará que sus breves sufrimientos redunden en un deleite supremo, que se les entregará cuando reposen de sus labores y sus dolores. Aunque alguien se vea sometido a grandes estrecheces en lo que concierne a su subsistencia, y la pobreza lo someta a grandes dificultades y penurias, puede que sea un pensamiento consolador y reconfortante saber que tiene un Salvador compasivo que, cuando estuvo aquí en la tierra, fue tan pobre que no tenía dónde apoyar la cabeza, y que se hizo pobre para enriquecerlo a él, y le compró riquezas duraderas, y que convertirá su pobreza en un excelente y eterno peso de gloria. Si Dios, en su providencia, llama a su pueblo a llorar la pérdida de parientes, y lo golpea una y otra vez para que pierda cada uno de sus seres queridos, será reconfortante y de consuelo pensar que Cristo declaró que ocuparía el lugar de todos los parientes de quienes confían en él.

(De «Safety, Fullness, and Sweet Refreshment, to Be Found in Christ», p. 935).

 

18 JULIO

Dios, el verdadero revelador

«Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano» (Hechos 26:28).

Los seres humanos, por simples principios naturales, son capaces de sentirse afectados por cosas relacionadas de forma particular con la religión aparte de las demás. Por ejemplo, por simple naturaleza, una persona es susceptible de emocionarse con la historia de Jesucristo y los sufrimientos que soportó al igual que con cualquier otra historia trágica. Puede que le conmueva más aún por el interés humano que percibe en ella. Ciertamente, puede sentirse conmovido sin creer en ella, tal como una persona puede conmoverse al leer una novela o ver una representación teatral. Puede que le conmueva una descripción viva y elocuente de los numerosos placeres que acompañan al estado de bienaventuranza en el Cielo tal como una descripción romántica de un bonito país de un cuento de hadas o algo similar también puede entretener su imaginación. Una creencia común en la veracidad de esas cosas, ya sea por educación u otros cauces, puede alentar esos sentimientos en él. En la Escritura leemos de muchos que se sintieron grandemente conmovidos por cuestiones de naturaleza religiosa y que, sin embargo, se nos describen como carentes de gracia por entero, y muchos de ellos abiertamente malignos. Una persona, pues, puede conmoverse ante las cosas religiosas y a la vez carecer por completo de luz espiritual. La carne y la sangre pueden ser responsables de que alguien proporcione a otra persona una idea conmovedora de las cosas divinas tan solo por medio de una asistencia común, pero solo Dios puede proporcionar un descubrimiento espiritual de ellas.

(De «A Divine and Supernatural Light», p. 13).

 

 

19 JULIO

Dios será exaltado

«Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra» (Salmo 46:10).

Dios será soberano y obrará como tal. Se sienta en el trono de su soberanía y su reino gobierna sobre todos. Será exaltado en su poder soberano y su dominio, tal como él mismo declara en el Salmo 46:10: «Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra». Dará a conocer a todos los humanos que él está por encima de toda la tierra. Él hace según su voluntad en el ejército de los cielos, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano. No existe tal cosa como frustrar, perturbar o socavar sus designios, puesto que él es maravilloso en su consejo y grande en su sabiduría. Su consejo permanecerá y hará todo lo que quiera. No hay sabiduría, ni inteligencia, ni consejo, contra Jehová; todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá. Él obrará, ¿y quién podrá impedirlo? Él puede romper en pedazos al enemigo. Si los hombres se alían contra él para obstaculizar sus designios, él quiebra el arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego. Él hace morir y él hace vivir; él humilla y él enaltece como quiere: «Para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo, que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto» (Is 45:6-7).

(De «The Sole Consideration, That God Is God, Sufficient to Still All Objections to His Sovereignty», p. 109).

 

 

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