Teología de la creación del universo, por Francisco González de Posada

El problema del Universo ha transitado de la filosofía a la teología para situarse finalmente –al menos hasta el presente– en el territorio de la física.

17 DE SEPTIEMBRE DE 2020 · 18:45

Detalle de la portada del libro.,
Detalle de la portada del libro.

Un fragmento de “Teología de la creación del universo y de la relación de Dios con su obra cósmica”, de Francisco González de Posada (Clie, 2018). Puede saber más sobre el libro aquí.

 

OBJETO DE LA TESIS. POSTULADOS (DE FE) QUE SE ASUMEN

1. Objeto de la tesis

El objeto de la tesis, en síntesis inicial muy apretada, consiste en la elaboración de una Teología de la Creación del Universo y de la relación de Dios con su obra cósmica. En este capítulo introductorio se pretende abrir de manera lógica el amplio panorama de dicho objeto.

Una primera afirmación categórica, con expresa reivindicación, debe hacerse: es teología, no filosofía, no ciencia. Teología es estudio, es reflexión, es racionalidad, es ‘razonar acerca de Dios’ (porque no me gusta la expresión ‘ciencia de Dios’(1)). En torno al tema objeto de estudio se ha pretendido a lo largo de la historia encontrar ‘pruebas’ de la existencia de Dios e indicar ‘vías’ para la demostración de dicha existencia, siempre partiendo bien de concepciones filosóficas o bien de hechos científicos, como tendremos oportunidad de constatar –Tomás de Aquino, Kant, Zubiri–. Obviamente ninguna logra su pretensión por la sencilla razón de que la existencia de Dios ni es demostrable ni es indemostrable desde cualquiera de esos puntos de partida, filosofía o ciencia.

En consonancia con la naturaleza de teología, la Teología de la Creación del Universo y de la relación de Dios con su obra cósmica se funda en la FE, se construye –debe construirse– desde la fe, a la luz de las creencias, que –primeramente– son personales. [En otro campo, la ciencia es bastante objetiva y, en consecuencia, generalizable y está de ordinario casi generalizada y asumida como tal].

En la racionalidad teológica, se acompaña la fe –debe acompañarse– de ideas filosóficas y de conocimientos científicos (considerados hechos, pero en medida no despreciable basados en ideas). No es baladí recordar aquí el texto de Ortega y Gasset, Ideas y creencias (2), para diferenciar desde estos inicios ambos ámbitos, elevándolos, por nuestra parte, del nivel personal al general. Las ideas son pensamientos que ‘ocurren’, que se tienen; por el contrario, las creencias no se tienen, no se accede a ellas por actos pensantes, sino que de ordinario constituyen el entramado básico de nuestras vidas; con la usual radicalidad orteguiana puede decirse: «Las ideas se tienen, en las creencias se está».

En la Teología, en las creencias, en las que “se está”, se pueden “tener ideas”, es conveniente que se tengan ideas, sobre todo si cambian las ideas contextuales en las que “se estaba y se está estando”(3) así como en las que “se estará” en el futuro inmediato. Conviene también,como nota previa sintética, delimitar ‘perfectamente’ el tema objeto de reflexión que indica el título completo: Teología de la creación del Universo y de la relación de Dios con su obra cósmica. Se trata, pues, del ‘primer problema’ de la Teología (en consonancia, por otra parte, con la ‘primera cuestión’ que plantea la Escritura –el Génesis– si se considerara ‘resuelto’, en primer lugar, el ‘problema de Dios’). Al hablar de creación se utiliza el término en su acepción tradicional religiosa: “en tanto que ‘ex novo’, de la Nada”. Y por tratarse expresa y concretamente de creación del Universo no se trata en absoluto del problema de la ‘creación (sea por evolución o también ‘ex novo’) del Hombre’.

El estudio se hace teniendo en cuenta las diferentes visiones cosmológicas generadas a lo largo de la historia, tanto las filosóficas y las religiosas como, sobre todo, las prioritariamente científicas, destacando los papeles representados, entre otros muchos, por Aristóteles, Ptolomeo, Tomás de Aquino, Copérnico, Bruno, Brahe, Galileo, Kepler, Newton, Kant, Juan, Mutis, Lagrange, Laplace, Einstein, Planck, Minkowski, Friedmann, Hubble, Lemaître, Gamow, etc., hasta las actuales de Hawking y Penrose integradoras, aunque discordantes de la asumida por el modelo científico vigente, del último gran descubrimiento ‘revolucionario’ –y fundamental– acerca de la “expansión acelerada del Universo”.

La pretensión –el objeto de la tesis– es ofrecer unas respuestas – término cuyo significado aquí expondremos más adelante en este mismo capítulo– a los problemas fundamentales que constituyen, por una parte, el Universo, y, por otra, Dios. Es decir, el problema de Dios y el problema del Universo, así como el problema de la relación de Dios con el Universo, con referencia especial al problema del origen del Universo en el que se encuentran –¿de pronto? – el concebido y concebible como Ser Supremo –Dios Creador– y su incipiente creación: el Universo. Las respuestas se construyen desde tres perspectivas independizables, aunque no sean propia y totalmente independientes: la ciencia física (completada con la química y la biología), la filosofía y la religión, respuestas que se ofrecerán a la luz de las fuentes de las creencias y de las ideas que se consideran en la tesis: Física, Filosofía y Religión.

Estas tres fuentes, y frentes, no son absolutamente independientes, no son perfectamente separables ni siquiera en sí pero mucho menos tras las respectivas dinámicas históricas con los cambios de residencia de algunos problemas –mejor, subproblemas– en los diferentes ámbitos disciplinares. Así, por ejemplo, el problema del Universo ha transitado de la filosofía a la teología para situarse finalmente –al menos hasta el presente– en el territorio de la física. Tampoco, seguramente, serán de aceptación general estas ideas en momentos como los actuales, de esplendor de la física y de crisis de la filosofía y de la teología, al menos vistas desde fuera. Diríamos, con rigor, que cada una de las partes es solo prioritariamente física, prioritariamente filosófica y prioritariamente teológica.

 

Notas

(1). ‘Ciencia’, para un científico profesional –catedrático de Física–, es algo diferente,

por objeto, metodología y utilidad.

(2). Ortega y Gasset, J. (1979), Ideas y creencias (se presenta en [2005]), en Obras completas, vol. V.

(3). Esa expresión es del autor de la tesis.

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