La sinfonía del Creador
Dios está escribiendo una sinfonía donde incluso nuestras faltas, llegarán a ser acordes redimidos.
27 DE ABRIL DE 2025 · 17:10

Hay una música que nunca se detiene, aún cuando todo parece caos, cuando los instrumentos desafinan y la partitura parece perderse entre nuestras manos temblorosas, hay una batuta invisible que no ha dejado de moverse. El universo entero es una sinfonía y Dios es su director.
Desde los átomos que danzan en silencio hasta los soles que estallan en el firmamento, todo responde a un diseño que escapa a nuestro entendimiento: “El Señor ha establecido su trono en los cielos, y su reino domina sobre todos” (Salmo 103:19).
Aún cuando nosotros no entendemos la melodía, él la compuso desde antes del tiempo.
El compás de lo eterno
Hace unos años, en medio de la devastación que dejó el terremoto de Haití en 2010, una periodista preguntó a una anciana haitiana como podía seguir creyendo en Dios a pesar de haberlo perdido todo.
Ella contestó con lágrimas en sus ojos y manos alzadas al cielo: “Él es todo lo que me queda… y todo lo que necesito.”
Aquella respuesta sencilla fue más poderosa que mil sermones. Porque incluso entre los escombros, el alma puede oír la melodía sagrada: “Aunque la higuera no florezca… con todo, yo me alegraré en Jehová” (Habacuc 3:17-18).
Ecos de la eternidad en voces humanas
Incluso mentes seculares han percibido esta armonía deliciosa. Albert Einstein, dijo una vez: “Dios no juega a los dados con el universo.”
Él intuía que el aparente caos, es en realidad, un orden demasiado inmenso para ser comprendido. Cada estrella que gira, cada lágrima que cae, cada alma que nace o parte… está dentro del gran movimiento sinfónico del Creador.
Cuando el Creador dirige la disonancia
Hay momentos en que la vida parece desafinada: pérdidas, fracasos, enfermedades… ¿cómo pueden ser parte de una sinfonía?; pero incluso las notas disonantes en una obra musical tienen su propósito: crean tensión, despiertan emociones, y al final, hacen que el retorno a la armonía sea aún más glorioso.
Esto fue muy bien entendido por el apóstol Pablo cuando escribió:
“Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…” (Romanos 8:28).
No dice “algunas cosas”, ni siquiera “las cosas buenas”, sino todas. Hasta los silencios, hasta los dolores, todo está orquestado.
Rendirse a la batuta divina
Quizá no siempre entendamos la partitura, a veces querríamos tener en nuestras manos la batuta, o escribir una nota distinta; pero descansamos sabiendo bien que no necesitamos entenderlo todo. Sólo necesitamos confiar.
Dios está escribiendo una sinfonía donde incluso nuestras faltas, llegarán a ser acordes redimidos.
Y entonces, cuando estemos ante el trono, veremos que la melodía de nuestras vidas, llena de luces, sombras, crescendos y silencios, todo ha sido parte de una obra mucho más grande. Sera entonces cuando entenderemos que siempre estuvo en manos del Maestro.
¿No te gustaría poder experimentar esta tremenda realidad igual qué yo?
Te dejo con una preciosa canción que toca las fibras más íntimas de mi alma porque es la realidad más hermosa de mi vida, descanso en la sinfonía perfecta de mi Señor...
¡Él tiene el perfecto y maravilloso control de todo lo que ocurre en mi vida!
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Follas novas - La sinfonía del Creador