Pautas de vida y servicio cristiano

Vale la pena mi esfuerzo en el servicio a mi Padre.

19 DE MARZO DE 2022 · 10:00

Foto de <a target="_blank" href="https://unsplash.com/@ralphkayden?utm_source=unsplash&utm_medium=referral&utm_content=creditCopyText">Ralph Ravi Kayden</a> en Unsplash CC.,
Foto de Ralph Ravi Kayden en Unsplash CC.

«Somos las Biblias que el mundo está leyendo; somos los credos que el mundo necesita; somos los sermones que el mundo está escuchando.

Billy Graham

 

“Un hijo de Dios debe ser una bienaventuranza visible de gozo y felicidad, y una doxología viviente de gratitud y adoración.“

Charles Spurgeon

 

«No he escrito mi propio epitafio, y no estoy seguro de que deba hacerlo. Sea lo que sea, espero que sea simple, y que señalará a las personas no a mí, sino a Aquel a quien serví.»

Billy Ghaham

Hace algún tiempo que descubrí, o más bien recordé, algo que me hizo pensar un buen rato, y son 7 estupendas pautas de conducta del gallo.

1- El gallo se levanta temprano e inmediatamente emprende su tarea (que Dios le ha confiado).

2- El gallo no se niega a cantar porque existan ruiseñores. Hace lo que puede, lo mejor que sabe.

3- El gallo sigue cantando aunque nadie lo anime ni se lo agradezca. En realidad, no espera que nadie lo haga.

4- El gallo despierta a los que duermen. Su tarea es impopular, pero necesaria.

5- El gallo proclama buenas noticias: Acaba de amanecer. Ante ti tienes por estrenar un nuevo día, lleno de magníficas oportunidades.

6- El gallo es fiel cumplidor de su tarea. Se puede contar con él. No falla nunca. Es un excelente centinela.

7- El gallo nunca se queja de tener que hacer siempre lo mismo, de que nadie le felicite o de que a nadie le importe.

Anónimo

Nunca me maravillaron excesivamente los gallos, es cierto que pueden resultar bonitos, con un porte elegante; aunque también con una pose un tanto presuntuosa… Tuve que leer, cada una de las características escritas anteriormente, para detenerme y darme cuenta de que una simple mirada, impresión, o juicio ajeno, me pueden llevar a una gran equivocación.

Leo y releo estas siete características y llego a algunas conclusiones…

El gallo realiza la tarea que Dios le encomendó cada día de su vida sin la menor queja, la realiza extraordinariamente bien, aunque no le guste demasiado y sea, en ocasiones, molesta e impopular. Al gallo le importa muy poco que haya ruiseñores con un canto maravilloso que atraen todas las miradas y todos los oídos, él va a lo suyo y no se amilana ante esto. Y sigue adelante por mucho que nadie se fije en su trabajo, nadie se lo agradezca… o incluso les resulte molesto a muchos. Realmente, hace lo que se le ha encomendado a pesar de todo, y nada lo echa hacia atrás, y lo hace cada día de su vida, resultando bueno, fiel, confiable, obediente... sin importarle todos y cada uno de los inconvenientes.

Creo que si tuviera que buscar un texto bíblico que resumiera todo esto sería:

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”. (Colosenses 3:23)

Del mismo modo que me encontré 7 razones del gallo, encuentro otras 7 razones para servir fielmente a mi Señor; aunque podría encontrar mil más:

1.- Glorificar al Señor mi Dios en cada cosa que hago, por muy insignificante que le parezca a algunos.

2.- Mi Señor me ha concedido dones espirituales con el fin de que le sirva, exalte su Nombre para su gloria, y pueda llegar a ser de bendición para otros.

3.- Sirviendo estaré demostrando la profunda realidad de mi fe.

4.- No hay demasiados que estén dispuestos a servir con fidelidad y dispuestos igualmente a pagar cualquier precio por ello.

5.- A través del servicio a mi Dios y Señor, estaré dando buen testimonio. y podré ser una “carta viva”.

6.- Cuando sirvo, me doy cuenta que es el resultado de mucho estudio, mucha rodilla doblada, al mismo tiempo que estoy poniendo en funcionamiento mi comprensión profunda de la Palabra.

7.- El servicio a mi Señor va a costarme precios difíciles en ocasiones, pero también traerá regalos preciosos, como el forjar amistades inolvidables, duraderas y valiosas.

Me ha encantado meditar en algo aparentemente tan insignificante como las 7 pautas de conducta de un gallo; pero la más preciosa conclusión que encuentro de todo esto es que vale la pena mi esfuerzo en el servicio a mi Padre, y poder escuchar decirme cuando llegue a su presencia:

 “……… ¡Hiciste bien, sierva buena y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!”. (Mateo 25:21)

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