Luz en medio de la oscuridad

El gran poder de Dios siempre se manifiesta en medio de la más grande aflicción y dolor.

28 DE NOVIEMBRE DE 2020 · 12:00

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Foto de Ingmar en Unsplash CC.

Había una vez... una pequeña aldea perdida en las montañas en la que vivía solo un hombre que no podía ver, era ciego; sin embargo, llevaba una lámpara encendida con él cada vez que salía de noche. En una de esas noches cuando volvía a su casa después de un paseo, se encontró con un grupo de jóvenes viajeros; vieron que estaba ciego, pero que llevaba una lámpara encendida. Entonces comenzaron a hacer todo tipo comentarios y a burlarse de él. Uno de ellos le preguntó: ¡oye, viejo! ¡Estás ciego y no puedes ver nada! ¿Por qué llevas esa lámpara? El ciego respondió: "sí, desafortunadamente soy ciego, pero si llevo una lámpara encendida es para la gente como tú que sí puede ver. Así puedes verme llegar y no perderte en la oscuridad.

“La noche es más oscura justo antes del amanecer, ¡os lo prometo! No tardará en amanecer.” Aaron Eckhart 

“La fe es el pájaro que siente la luz cuando el amanecer todavía está oscuro”. Rabindranath Tagore

“La esperanza es poder ver que hay luz a pesar de toda la oscuridad”. Desmond Tutu

 

Creo que cualquier pérdida física en nuestras vidas tiene que ser muy dura y difícil; pero siempre pienso que el hecho de perder la vista tiene que ser una de las mayores pérdidas… o tal vez, no haberla tenido nunca…

No poder ver el rostro de los demás, en especial de los que amamos, no poder leer de un modo normal… tiene que ser muy duro; aunque también sé que cuando ocurre algo así, se desarrollan muchos otros sentidos, esos como el tacto…. el tocar un rostro y poderlo imaginar sólo con acariciarlo, el que el oído se afine sin pretenderlo… el doblar la prudencia y la sabiduría, simplemente por supervivencia... 

Me parece de lo más tierna la historia que os dejé al principio; realmente no sabemos si aquel anciano era ciego desde siempre o perdió la visión a causa de sus años; ¡sí es tierna, pero a la vez muy triste!

La Biblia nos muestra una historia que nos habla de una ciego, un ciego de nacimiento, está recogida en el Evangelio según San Juan capítulo 9, permitid que entresaque algunos párrafos: 

“A su paso, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron:

—Rabí, para que este hombre haya nacido ciego, ¿quién pecó, él o sus padres?

—Ni él pecó, ni sus padres —respondió Jesús— sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida. Mientras sea de día, tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió. Viene la noche cuando nadie puede trabajar. Mientras esté yo en el mundo, luz soy del mundo.

Dicho esto, escupió en el suelo, hizo barro con la saliva y se lo untó en los ojos al ciego, diciéndole:

—Ve y lávate en el estanque de Siloé ...

El ciego fue y se lavó, y al volver ya veía……………………..

—¿Crees en el Hijo del hombre?

—¿Quién es, Señor? Dímelo, para que crea en él.

 —Pues ya lo has visto —le contestó Jesús—; es el que está hablando contigo.

—Creo, Señor —declaró el hombre.

Y, postrándose, lo adoró”.

Este episodio real que recoge la Escritura es realmente precioso, ¡es la historia de un milagro!

Cuando me acerco a ella descubro unas cuantas cosas…

– Podemos y debemos aplicar este pasaje a la vida espiritual, el hombre o la mujer que vive sin Dios, está ciego; pero al conocer al que es la “Luz del mundo” desaparece esa ceguera y los ojos se abren a toda “Verdad”.

– Hay algo que me parece esencial y precioso, el gran poder de Dios siempre se manifiesta en medio de la más grande aflicción y dolor. Para nosotros será conocerle más y en mayor profundidad, para los que observan desde afuera… ¡ver el poder y la gloria de Dios!

– Podemos entresacar a través de la reflexión de este pasaje bíblico algo que Jesús dice y que debe ser siempre algo muy presente en nuestro servicio al Maestro… no buscar nuestra propia honra y gloria…. hay demasiado de esto, lo digo con tristeza; sino buscar siempre la gloria y honra de nuestro Dios.

– Jesús nos enseña aquí algo que viene muy bien en estos momentos, cuando sabemos que no tarda en volver…  trabajar en tanto que haya tiempo, sabemos que es corto, ¡no lo dejemos para más tarde!

– Y en último lugar hay algo que podemos aprender del propio ciego que recibió el milagro, primero testifica, aun sin saber demasiado, y en cuanto conoce a Jesús, simplemente… ¡adora!

Termino dejando para que lo podáis disfrutar, un clásico en unas voces excelentes…. SOSSEGAI, por el QUARTETO GILEADE

Todavía al día de hoy, nuestro Dios de los cielos puede obrar milagros… calmar las más profundas tormentas de la vida y del alma…. tornar la más profunda oscuridad en brillantes tinieblas…. ¡Compruébalo!

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