“Un matrimonio feliz, es una larga conversación que siempre parece demasiado corta.” André Maurois Verdugos del matrimonio (V)

Una mujer se quejaba: “Mi marido, antes de casarnos, se pasaba la noche sin dormir, pensando en algo que yo le había dicho; ahora se queda dormido antes de que acabe de decírselo”."/>

Falta de comunicación

“Un matrimonio feliz, es una larga conversación que siempre parece demasiado corta.” André Maurois
Verdugos del matrimonio (V)

Una mujer se quejaba: “Mi marido, antes de casarnos, se pasaba la noche sin dormir, pensando en algo que yo le había dicho; ahora se queda dormido antes de que acabe de decírselo”.

10 DE JUNIO DE 2006 · 22:00

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El apartado que nos disponemos a abordar es un tema del que tanto se ha hablado, que puede resultar un tópico. Me refiero a la comunicación en pareja. Pese a ello no puedo dejar de recalcar que una de las claves más efectivas para fortalecer un matrimonio es la comunicación en pareja, y la ausencia de ella es el medio más efectivo para destruirlo. Hablarse no es, necesariamente, comunicarse. Según el diccionario de la Real Academia Española, comunicar significa “Hacer a otro partícipe de lo que uno tiene”. El objetivo, pues, de la comunicación es que las diferentas personas implicadas en una conversación lleguen a participar de lo mismo y mientras que eso no ocurra no es correcto decir que hay comunicación. Hablarse no es necesariamente comunicarse. Pongamos el caso, bastante común en una familia promedio, en que uno de ellos transmite una información mientras que el otro lee el periódico. Ese es un ejemplo de “no comunicación” Podemos tener a toda la familia reunida mirando el televisor; unos y otros comentan sobre temas diversos, pero ninguno conecta con la esencia de lo que los demás intentan transmitir. Eso es hablar, pero en manera alguna es comunicar. La comunicación efectiva incluye muchos más elementos que la mera transmisión verbal, es decir, no consiste sólo en que alguien hable. Un servidor considera importante el contacto visual a la hora de comunicar. Prefiero hablar mirando a los ojos de mi interlocutor y me gusta que él me mire mientras me habla. Los énfasis y matices que aportan las miradas, enriquecen definitivamente la conversación. Otro factor poderoso en la comunicación es el gestual y afectivo. Posar mi mano en la de mi esposa mientras la transmito una información; acariciar su rostro mientras la digo: “No te preocupes, todo saldrá bien” Presionar su hombro ó atraerla hacia mí, mientras la pregunto “¿Qué tal te fue durante el día?” Eso garantiza que ella recibirá lo que intento transmitirla, y de ese modo habremos construido comunicación, porque, recordemos que comunicar es “hacer a otro partícipe de lo que uno tiene” Dos opciones de comunicación:
  • Comunicación Tipo Radio: En la radio sólo habla el locutor; el resto no tiene más alternativa que escuchar. Pongo en práctica este tipo de comunicación cuando mi único interés es que mi pareja me escuche. Únicamente yo transmito, pero no escucho, porque lo único que me interesa es descargarme, vaciar mi corazón y volcar mi carga.
  • Comunicación Tipo Teléfono: En el teléfono hay opción de transmitir y recibir. Ahora la comunicación es recíproca. Hablo, pero además escucho, porque mi interés es que mi pareja también descargue su corazón. Por supuesto que esta es la opción adecuada. Comunicar es también saber escuchar. En más ocasiones de las que nos podamos imaginar la crisis relacional comenzó con una ausencia de interés por lo que mi pareja tenía que decirme. No dudes en volcar tu corazón en tu cónyuge, pero permite que tu cónyuge vuelque también su carga sobre ti.




Artículos anteriores de esta serie:
 1Verdugos del matrimonio 
 2In/comprensión 
 3Comparaciones 
 4Des-agradecidos 

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