¿Vasos de barro?

“Who We Are Instead“ (¿Quiénes somos en realidad?). Es el título de un disco que he estado escuchando últimamente del grupo “Jars of Clay” (Vasijas de Barro).

29 DE AGOSTO DE 2008 · 22:00

,
Ante una pregunta tan trascendental como: ¿Quién soy? La psiquiatría delira y la filosofía divaga; por tanto, la corriente de nuestro tiempo invita solo a preguntarse: ¿Qué es lo que quiero? ¿Es tiempo de creernos aquella cándida alegoría bíblica que dice que somos vasijas de barro…? ¿Sabes? A mí me decepciona un poco pensar que soy como una vasija de barro. El objeto en sí se me antoja un artilugio anticuado, y el material frágil y tosco. Me podría imaginar hasta mil ejemplos mejores con los que me quisiera ilustrar. En cierta manera me he rebelado con esta idea: Así que he tratado de ser un objeto mejor, tapando las asperezas con decoro, supliendo las taras con adornos …y antes de lo que he querido darme cuenta me he ido pareciendo más a otro de tantos floreros industriales mustios… Y ¿por qué barro? Hubiera preferido ser de vidrio, pero a decir verdad, mi naturaleza no tenía la cualidad de la transparencia… Sin duda, cuando lo pienso, el barro, ese material que se me antoja indigno, es lo que mejor me define. Y llego a descubrir algo que me asombra:¿Por qué Alguien estaría interesado en trabajarlo? ¿Por qué no hizo una macroproducción de ese material desechable tan de moda llamado plástico? ¿Por qué tanto esfuerzo en pulirlo…? Pero todavía es más desconcertante que en ese objeto que Él iba moldeando quisiera poner algo verdaderamente de valor: EL EVANGELIO. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros (2Cor 4:7) Supongo que todos corremos el riesgo de haber querido ser lo que no hemos sido. Y cuando vas madurando, te piensas que poco se puede cambiar, de hecho, todos sabemos que el barro seco no es moldeable. ¿Cuándo fue el momento que dejé de ser moldeado? ¿Cuándo empecé a secarme? ¿Cuándo pasé de vasija a florero? Palabra del Señor que vino a Jeremías, diciendo: «Levántate y desciende a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras». Descendí a casa del alfarero, y hallé que él estaba trabajando en el torno. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en sus manos, pero él volvió a hacer otra vasija, según le pareció mejor hacerla. (Jer 18:1-4) Solamente pretendo que nos cuestionemos “quienes somos” (o mejor, que se lo cuestionemos a Él) y que no nos conformemos simplemente en determinar lo que queremos o lo que no queremos. Si eres una vasija, como yo creo que eres, sólo lo primero tendrá algo de sentido.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ex-tendido - ¿Vasos de barro?