‘Imperfect’ presenta su postre de la mano del maestro pastelero Francisco Somoza
El plato es una combinación vistosa de ingredientes y sabores que evoca la fragilidad de lo humano, así como la fuerza de la resiliencia. La presentación ha tenido lugar en unas jornadas gastronómicas organizadas por el restaurante solidario ubicado en la Iglesia Evangélica de Castelldefels.
CASTELLDEFELS · 01 DE OCTUBRE DE 2024 · 13:03
Como la fragilidad de un huevo que se rompe y la imperfección de una cubierta que se descascarilla, aunque para dar paso a un sabroso manjar. El postre Imperfect es ya una realidad y evoca la esencia que define el conocido proyecto del restaurante solidario ubicado en el edificio de la Iglesia Evangélica de Castelldefels.
El plato se ha presentado en unas jornadas gastronómicas organizadas por el propio restaurante, y que han contado con la presencia del cerebro de esta dulce creación: el maestro pastelero Francisco Somoza, que entre otros reconocimientos cuenta con el premio al Mejor maestro artesano pastelero de España 2007, el Spanish Chocolate Master 2011 y que, además, fue Campeón Nacional de Repostería ACYRE en 1997.
Somoza ha presentado el postre en el marco de un maridaje de vinos y cavas que también ha contado con la representación institucional del concejal de Cooperación y Solidaridad del Ayuntamiento de Castelldefels, Ramón Amador. Y es que la labor de Imperfect y de la Asociación Con Pasión (la entidad legal que gestiona el proyecto de la iglesia) ha ido incrementando su influencia en el municipio con el paso de los años, de manera que cuenta también con el respaldo de instituciones tanto públicas como privadas. Además del programa de reinserción laboral de personas en situación de riesgo de exclusión social, solamente en 2023 el restaurante donó 9.336 menús para personas que sufren inseguridad alimentaria. El espacio también acoge las formaciones prácticas del módulo de formación profesional básica de la Escuela de Hostelería de Castelldefels.
¡Romped el huevo!
Ante la sorpresa de los comensales que observábamos, quietos, el postre Imperfect recién servido en nuestras mesas, un comentario ha hecho eco en la sala del restaurante: “romped el huevo”. Y varios se han atrevido. Con sus cucharas han golpeado la superficie de un huevo de chocolate blanco que, al contacto, se ha partido para dejar ver la fusión de una crema blanquecina y anaranjada. A continuación, el silencio del deleite.
Cuesta imaginar que de algo como el hecho de romperse pueda surgir la dulzura, que acostumbramos a asociar con lo bueno. Y es que todo el postre está lleno de un simbolismo, tal y como ha remarcado Somoza, que conecta con la esencia del proyecto de Imperfect: romperse es inevitable en esta vida, pero hay vida después de romperse. Una vida que puede ser deliciosa.
Un bonito legado con el que Somoza ha querido contribuir al restaurante solidario. “Antes, el maestro pastelero tenía miedo de perder la receta y, por eso, solamente le daba un ingrediente a cada uno de sus ayudantes. Ninguno sabía la combinación de todas las cosas, excepto el maestro”, ha explicado. “Pero, en realidad, la idea es ayudar a otros para que esos otros ayuden también a más personas el día de mañana. Yo he venido aquí con ese afán de servir”, ha remarcado el maestro pastelero, que también ha explicado que quería “buscar un postre que dejase la sensación de bosque” en el paladar.
El plato estará disponible en la carta del restaurante dentro de dos meses. Consiste en un cuadrado de panna cotta de coco y un huevo de chocolate relleno con una mousse de vainilla y mango, acompañados de una macedonia de piña y de gotitas de puré de mango.
Demostración
Antes del maridaje y la presentación del postre Imperfect, el restaurante solidario ha acogido una demostración de cocina de Somoza. El maestro pastelero ha elaborado un vasito de tarta de queso y otro postre llamado “asturiano”, que combina una compota de manzana con arroz con leche, y que es parte del pastel que presentó al concurso para elaborar la tarta de boda de los reyes de España. Concurso que ganó.
“Los pasteleros nos enrollamos demasiado”, ha dicho Somoza entre risas, mientras batía y removía ingredientes, al mismo tiempo que confesaba su pasión por los postres básicos de leche, como el flan, las natillas o el arroz con leche. “Lo bonito del oficio es el día a día”.
La noche de antes (el viernes 27 de septiembre), el mismo Somoza, que actualmente es responsable del Departamento de I+D en la empresa de pastelería Viena Capellanes y también miembro de una iglesia evangélica en Madrid, había elaborado una ‘experiencia dulce’ para un grupo de treinta empresarios, también en Imperfect.
Por un año más
Puedes encontrar más información en apoya.protestantedigital.com.
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