La Alianza Evangélica Española ha publicado un documento analizando el proyecto de Plan de Regeneración Democrática que ha presentado el gobierno. Desde la entidad remarcan que lo hacen en respuesta al hecho de que “el propio ejecutivo ha anunciado que se abre el debate sobre este plan”, y con la voluntad de “realizar aportaciones como entidad evangélica o protestante”.

La propuesta del gobierno de PSOE y Sumar se enfoca, sobre todo, en tres ejes principales. Uno está relacionado con el poder ejecutivo y comprende medidas como una ley de Administración Abierta, por tal de ampliar y mejorar la calidad de la información institucional, o la aprobación de una Estrategia Nacional de Gobierno Abierto. 

Otro eje tiene que ver con el poder legislativo y comprende, entre otras cosas, aplicar sanciones a los diputados y senadores que no presenten una declaración de bienes, así como la obligatoriedad de participar en los debates electorales o reformar la Ley electoral para que las encuestas publicadas incorporen microdatos y la metodología de estimación de resultados.

El tercer y último eje es relativo a los medios de comunicación. En este ámbito, el gobierno propone medidas como limitar la financiación de las Administraciones a los medios, renovar los estándares de transparencia para que la ciudadanía pueda conocer las fuentes de financiación de los medios, así como sus accionariados y cifras de audiencia, o medidas para proteger la independencia editorial.

“Apoyamos las medidas prácticas de transparencia”

En este punto relativo a la mejora de la transparencia en los medios, desde la Alianza Evangélica Española manifiestas su apoyo a las medidas presentadas por el gobierno. “Apoyamos sin duda el objetivo de separar la verdad de la mentira en los medios de comunicación”, dicen. No obstante, no renuncian a considerar los detalles que no aparecen en el texto presentado por el ejecutivo.

“Se hace difícil esto en un entorno en el que cada vez se exalta más la subjetividad y se relativiza la distinción entre lo que está bien y lo que está mal. En este contexto, ¿cómo definimos los criterios de verdad?”, dicen. “Y precisamente el compromiso con la verdad es un terreno en el que las convicciones y creencias espirituales aportan un sustento ineludible”, añaden.

En este sentido, la Alianza tiende la mano al gobierno en la propuesta, apoyando el proceso, que consideran “una necesidad imperiosa”, y ofreciéndose para colaborar. No obstante, también afean la ausencia de la aportación del hecho religioso en el texto del ejecutivo. “Esa regeneración debe ir a las raíces del modelo de sociedad que queremos, y en ese modelo los valores compartidos más profundos tienen que estar presentes, y de nuevo ahí están los valores espirituales”, remarcan.

“No se pueden desconsiderar las creencias y sentimientos espirituales como poco relevantes”

Para la Alianza Evangélica el principal problema que plantea el Plan de Regeneración Democrática tiene que ver con la eliminación del delito contra el sentimiento religioso, incluido en la derogación de la llamada ‘Ley mordaza’, que también implica eliminar del Código Penal, por ejemplo, las injurias contra la corona. 

El enfoque del gobierno, interpretan desde la Alianza, “establece de forma discrecional, y sin justificación alguna, una distinción entre valores religiosos -o espirituales- y el resto de los valores profundos del individuo”. Algo que, insisten, “no es función del legislador”, ya que tiene que ver con “definir qué valores profundos son respetables y cuáles no”.

“El proyecto degrada el valor de las creencias espirituales y el necesario respeto a ellas, ignorando su aportación como motor de libertades en países de cultura protestante”, aseguran desde la Alianza Evangélica. “El proyecto recoge la amplia ignorancia de la sociedad española sobre la relevancia de los sentimientos religiosos –de los principios bíblicos– en la configuración del sistema democrático occidental”, agregan, y lamentan que “se pretenda arrinconar la fe a la privacidad, desvincularla de su legítima presencia y poder transformador de la cosmovisión política”. “Despenalizar los ataques humillantes contra la fe en la vida pública, es darle una patada a la historia de las libertades democráticas”, reiteran.

Por todo ello, la Alianza Evangélica concluye que “no se pueden desconsiderar las creencias y sentimientos espirituales como poco relevantes”, ya que es imposible, dicen, “construir democracia discriminando a los creyentes”. “Levantar la veda para las agresiones públicas a sus creencias
supone un poco meditado paso atrás en la regeneración democrática”, subrayan.