La Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (Ferede) ha emitido un comunicado en el que lamenta la “participación activa, pública y devota del Jefe de Estado, Felipe VI, en un acto religioso católico”.

El comunicado hace referencia a la asistencia del Rey Felipe VI a la Basílica del Jesús de Medinaceli, en Madrid, el pasado 1 de marzo, donde el Jefe del Estado participó de un acto de devoción hacia la imagen.

Vulneración del carácter aconfesional del Estado

Partiendo del “respeto a las creencias personales que pueda profesar”, Ferede considera que la participación en este acto vulnera la neutralidad religiosa de un cargo público. “A nuestro juicio se requiere la salvaguarda de la integridad jurídica y ética de nuestras instituciones y su neutralidad religiosa”, expresa el comunicado.

Ferede insiste en el perjuicio que se produce “cada vez que un cargo público, de cualquier ámbito o nivel en la Administración, olvida que España según nuestra Constución es un Estado aconfesional y que, por extensión, su cargo debe expresar en todo momento ese carácter aconfesional, evitando tener un papel protagónico en actos litúrgicos u ofrecer un trato preferente o exclusivo hacia una determinada confesión, por respeto al conjunto de los ciudadanos que profesan y profesamos creencias religiosas diferentes, a los que su cargo representa y se debe, sin favorismos ni discriminaciones”.

Ferede: Los reyes “nunca han asistido a un acto de las iglesias evangélicas de España”

La Ferede recuerda que ni Felipe VI ni su padre Juan Carlos I “han asisdo nunca a un acto de las iglesias evangélicas de España pese a las reiteradas invitaciones que les hemos cursado”.

La federación añade que “la sociedad española es cada vez más diversa en materia religiosa, y el Estado español es aconfesional y, por definición, aconfesionales son también sus instuciones. Eso incluye a la Corona y en parcular al Rey, en cuya persona recae por mandato constucional la Jefatura del Estado”.

Así, considera la participación activa del Jefe de Estado inclinándose “a besar los pies de una figura religiosa en un templo dedicado al culto, en el que además suena el Himno de España” envía un mensaje “al conjunto de los ciudadanos que nos retrotrae a tiempos de nuestra historia pasada, de intolerancia e integrismo religioso, cuyo recuerdo aún causa dolor a las minorías que los padecimos”.

Una actuación “anacrónica” y “alejada de la España moderna, plural y democrática de la que hoy los españoles de cualquier creencia podemos sentirnos parte con orgullo”, añade Ferede.

Un “protocolo claro”

Desde la federación piden, como ya han hecho en otras ocasiones, que se elabore “un protocolo claro y adecuado que regule la participación de los cargos públicos en actos religiosos, así como la participación de figuras y personalidades religiosas en actos de Estado”, para que esta participación refleje “el carácter aconfesional de las instituciones”.

Ferede expresa su disposición para la elaboración de este protocolo, lo que considera un paso necesario para reforar “nuestra joven democracia” donde la transición religiosa “es un proceso inacabado”, en una España donde todavía “nos queda mucho por hacer”.