En Cataluña, el Consell Evangèlic aparta a un agente de prisiones tras un caso de mala praxis
Por otro lado, desde la entidad lamentan que los medios generalistas hayan informado de lo ocurrido de forma ambigua e imprecisa, y reivindican el trabajo que realizan en los centros desde hace 30 años.
BARCELONA · 29 DE AGOSTO DE 2022 · 14:30
El Consell Evangèlic de Catalunya (CEC, por sus siglas en catalán) ha apartado a uno de sus agentes pastorales de prisiones después de un caso de mala praxis ocurrido el pasado 13 de agosto de agosto en las instalaciones del Centro Penitenciario Brians 1, en la localidad barcelonesa de Sant Esteve de Sesrovires.
Según recoge el informe redactado por la propia entidad, los hechos tuvieron lugar en el transcurso de la visita de un equipo de tres voluntarios (dos hombres y una mujer) al módulo de mujeres del centro para realizar las labores de asistencia espiritual y compartir un tiempo de culto, como es habitual en la asistencia que se realiza en los centros penitenciarios. Sin embargo, al finalizar la reunión, cuando fueron al punto de control para entregar la llave de la sala en la que habían estado, encontraron a una de las mujeres que estaba hablando con una funcionaria acerca del hecho de que la podrían trasladar al régimen especial y de sus intenciones de autolesionarse, y otra compañera les pidió que oraran por ella. Después de haber solicitado permiso para hacerlo a la funcionaria, comenzaron a orar por la interna en cuestión, momento en el que ésta cayó al suelo, aparentemente mareada. Fue entonces cuando uno de los agentes pastorales comenzó orar “de forma muy exagerada”, según han señalado desde el Consell, utilizando expresiones como “diablo, sal fuera”. Lo cual alertó al personal de la prisión presente y una auxiliar de enfermería informó de lo ocurrido.
Desde el Consell explican que el voluntario en cuestión, que ha sido apartado del servicio, era una de las últimas incorporaciones (hacía un año) al equipo de agentes pastorales, y que había realizado los cursos de formación necesarios y formaba parte del grupo de otra prisión, Quatre Camins, pero que tenía un permiso provisional para acceder a Brians 1 durante todo el mes de agosto a causa de la ausencia de otros agentes pastorales que se encontraban de vacaciones.
“Esto ha sido un error. Nadie podía preverlo. Nosotros no estamos de acuerdo con lo que ha pasado, no corresponde a la ética pastoral que nosotros enseñamos para atender en una prisión”, aseguran desde el Consell Evangèlic a Protestante Digital.
Repercusión mediática
El Consell lamenta la repercusión que varios medios generalistas se han hecho de lo ocurrido, que consideran imprecisa y ambigua, ya que hablan de exorcismo, posesión demoníaca y de un “culto” o una “denominación” evangélica para referirse a la propia entidad. También cuestionan el hecho de que nadie les haya contactado para aclarar lo ocurrido.
“Nosotros formamos incluso a los agentes pastorales para prevenir un posible suicidio”, remarcan en referencia al caso de la mujer de Brians 1. El proceso que siguen los agentes pastorales cuando detectan un posible riesgo de suicidio implica una primera comunicación con el coordinador del Ministerio Evangélico de Prisiones en el centro en cuestión, el cual da el aviso a los responsables de la cárcel para que estén alerta. Al mismo tiempo, dicen, se realiza un seguimiento de los internos, “dándoles palabras de aliento y leyéndoles la Biblia”. “Con este trabajo hemos salvado muchas vidas que no salen en los periódicos”, aseguran.
Buena relación con la prisión
En cuanto a la relación con el centro penitenciario de Brians 1, desde el Consell aseguran que continúa igual de bien que hasta ahora y que ya se han reunido para esclarecer lo ocurrido. Además, desde la entidad han escrito una carta al director de la prisión “lamentando enormemente los hechos” y matizando que “no es la manera de actuar del Consell”. “Esperamos que entienda que estos hechos han sido un acto totalmente aislado y ajeno a nuestra forma de actuar”, dicen.
Aparte del agente pastoral apartado por la propia entidad después de lo ocurrido, la dirección del centro ha impedido el acceso, de forma cautelar hasta el mes de septiembre, a uno de los agentes pastorales que formaba parte del equipo de asistencia aquel día. El motivo, al parecer, es que éste sí que tiene permiso para servir en este centro, y que de hecho lleva haciéndolo durante años, pero que antes de que tuviese lugar el incidente había ido a visitar otro módulo de la prisión, dejando solo al agente pastoral invitado (y ahora apartado) junto a otra mujer también parte del equipo.
A pesar de ello, según indican desde el Ministerio Evangélico de Prisiones, el resto de miembros que componen el equipo que asiste a Brians 1 (unos 15, entre puntuales y fijos), han podido continuar accediendo a las instalaciones con completa normalidad. Y también esperan que la situación se normalice para el agente pastoral que por ahora tiene el acceso limitado, a esperas de que el centro dé una respuesta en septiembre. “Entendemos que se le restaurará el pase”, señalan.
Un servicio de gran impacto en las prisiones de Cataluña
El ministerio está liderado por un coordinador general, Juan Martínez, que también es presidente del Consell. Después hay un “equipo motor” formado por cuatro personas y un grupo de coordinadores locales, uno por cada centro penitenciario.
Un centenar de personas sirven actualmente como agentes pastorales en las nueves prisiones de Cataluña, según el Consell. Para acceder al voluntariado deben realizar unos cursos de formación previa obligatorios.
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