Valverde de Campos honra la memoria de Julián Hernández
Se inaugura un pabellón que lleva el nombre de “Julianillo”, nacido en esta localidad, que murió quemado por la Inquisición en 1560 acusado de introducir libros prohibidos en España.
VALLADOLID · 19 DE JULIO DE 2021 · 13:43
No hay todavía muchos espacios en España que recuperen la memoria de los reformados del siglo XVI, que fueron severamente perseguidos por la Inquisición. Es por ello que destacan gestos como el que han tenido en Valverde de Campos, donde un Pabellón Multiusos ha sido rebautizado con el nombre de Julián Hernández “Julianillo”, que murió en 1560 quemado por la Inquisición en Sevilla, acusado de introducir libros prohibidos de forma clandestina.
La semana pasada se realizó el acto de inauguración, en el que el director del Centro de Investigación y Memoria del Protestantismo Español, Emilio Monjo Bellido y el abogado Javier García Aguilera, miembro de la Iglesia Camino de Vida (Valladolid), expusieron sobre la importancia y relevancia de este personaje histórico, tanto a nivel cultural, como histórico y espiritual.
El presidente de la Diputación Provincial, Conrado Óscar Ordóñez, cortó la cinta que daba oficialmente por inaugurado el Pabellón. Recibió un ejemplar de Recuerdos de Antaño, novela histórica de Emilio Martínez en la que el valverdino es uno de los protagonistas.
El Pabellón, que ha pasado por una reforma interior y exterior, lleva ahora el nombre de uno de los célebres nacidos en Valverde de Campos, localidad vallisoletana de unos 100 habitantes.
El Alcalde, José Ignacio del Campo, destacó que esta reforma permitirá una gran cantidad de utilidades para los vecinos, “mejorando su calidad de vida”. Además destacó la importancia de recuperar la memoria de Julián Hernández “como personaje importante de nuestra historia”.
Junto a la puerta de entrada, se ha colocado un texto breve que explica la historia de Julián Hernández, redactado por el historiador Emilio Monjo Bellido. “Murió quemado por la inquisicón en Sevilla en auto de fe del 22 de diciembre de 1560, tras varios años de cárcel, por su labor de introducir clandestinamente en España esos libro que fueron prohibidos por le papado, incluida la traducción del Nuevo Testamento de Juan Pérez de Pineda”.
Tal como explicó Emilio Monjo en un artículo en Protestante Digital, “las mordazas que los inquisidores colocaban en la boca de nuestras hermanas y hermanos, como hicieron con Julián el día de su ejecución, están siendo quitadas. Y su voz resuena, y su ejemplo: y en esa voz y ejemplo aparece la obra de la gracia de su Señor, cuya gloria hoy tenemos en comunión con todos ellos”.
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