España, 40 años después de la muerte de Franco
El legado de Franco sigue creando polémica. “Nuestros padres y abuelos resistieron con indudable valentía el acoso y la persecución política ”, recuerdan los evangélicos.
Evangelical Focus · ESPAÑA · 05 DE DICIEMBRE DE 2015 · 16:00

El pasado 20 de noviembre, se cumplieron 40 años de la muerte de Franco. En este tiempo, España se ha convertido en una nación moderna y dinámica, pero la figura del dictador sigue siendo polémica, y su legado aún divide a los españoles.
Los cristianos evangélicos españoles que vivieron el régimen, aún recuerdan los duros momentos vividos bajo el entonces denominado “nacional catolicismo”.
El biógrafo británico, y experto en el franquismo, Paul Preston, estima que el dictador fue el responsable de las muertes de más de 150,000 personas, que fueron después enterradas en fosas comunes, tanto durante la guerra, como en años posteriores.
EL LEGADO FRANQUISTA
En el año 2007, el gobierno socialista introdujo la primera ley de memoria histórica en España. Dicha ley pretendía acabar con todos los monumentos y símbolos franquistas presentes en las calles españolas, así como facilitar la búsqueda y posterior exhumación de las alrededor de 114.000 personas que desaparecieron durante la guerra.
Sin embargo, todavía hoy hay calles y sitios públicos por toda España, que llevan el nombre de aquellos que colaboraron con Franco, o de sus batallas. La tumba del dictador en el Valle de los Caídos, sigue generando controversia.
De hecho, el pasado septiembre, un juzgado local, admitió a trámite por primera vez, una demanda contra el Valle de los Caídos, presentada por familiares de las víctimas, que piden que los cuerpos de sus seres queridos salgan del mausoleo madrileño.
Por otra parte, a principios de este mes de diciembre, la Fundación Francisco Franco, ha organizado una cena, para recordar y celebrar los logros de Franco a lo largo de su vida. A finales de noviembre, se celebraron al menos 16 misas en honor del dictador.
Además, este año la Real Academia de la Historia, ha definido a Franco como dictador de manera oficial.
EVANGÉLICOS Y FRANCO
Durante la dictadura, el Nacional catolicismo era la única religión autorizada, y confesar otra religión era peligroso, porque podías acabar en la cárcel, incluso ejecutado.
Monroy recuerda que en 1965, por fin se autorizaron las reuniones protestantes privadas para orar, cantar y leer la Biblia, pero solo eran legales si había menos de 20 personas. En lugares públicos, solo se permitían actos católicos.
DISCRIMINACIÓN Y ASLAMIENTO SOCIAL
Pero la discriminación no era solo política, sino “también el aislamiento social, la discriminación en el trabajo o la escuela, el cierre de locales”. Incluso después de la muerte de Franco, en los primeros años de la transición, no era fácil ser evangélico.
Pedro Tarquis, director de Protestante Digital, era un recién convertido en 1978, cuando se dio cuenta de “la falta de libertad religiosa, de sentirme `normal como médico, pero "raro" y sospechoso de "sectario" si decía que era evangélico o protestante”.
“NO APROVECHAMOS LA OPORTUNIDAD”
Suárez lamenta que, cuando llegó la democracia y abrió la puerta “fuimos incapaces de comprender que teníamos un mensaje pertinente para la sociedad, inconscientes de que la democracia occidental se construyó desde el pensamiento protestante.”.
“Había que llevar nuestra voz a la arena política para aportar principios a la democracia naciente, pero nos entró el complejo de minoría, nos quedamos en el umbral y nos conformamos con ser tolerados”, añade.
Además “no estábamos bien vistos en las iglesias aquellos que participábamos en iniciativas políticas”, comenta el vicepresidente.
España está experimentando grandes cambios, por eso, Suárez cree que los evangélicos españoles deben “dar el paso; recuperar la unidad de acción y entrar por esa puerta con decisión. Tenemos un mensaje de trascendencia política que ningún otro colectivo está capacitado para presentar”.
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