El último film de Lutero le presenta como un hombre `liberado por la Palabra de Dios´

En una reciente entrevista en eMision.net, el periodista, teólogo y crítico de arte José de Segovia ha analizado la nueva película sobre Martín Lutero que se estrena en España el próximo 16 de diciembre. “No fue un gran hombre, sino alguien que se encontró con un gran Dios”, dice como conclusión de la entrevista.

Madrid · 12 DE DICIEMBRE DE 2005 · 23:00

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La película, afirma, se corresponde con bastante exactitud con la historicidad de la vida de Lutero, su búsqueda de la verdad en la Biblia y su desencanto tras la visita a Roma en la que vivió como respuesta a sus dudas una superstición y corrupción contrarias a la Palabra de Dios, con el aval del conocimiento y en ocasiones participación de la jerarquía del Vaticano. Sin embargo, dice De Segovia en la entrevista ( 2MB), “Lutero no fue un rebelde, sino un reformador”. Sus tesis, al ser difundidas, le supusieron por una parte una gran influencia, pero también un gran rechazo desde la jerarquía eclesiástica, que puso en peligro su vida. En cuanto a la película ”acierta al poner la gracia de Dios como el centro del cambio la vida de Lutero” dice José de Segovia. Se consigue transmitir en el film que “es un hombre movido por la gracia”, que le llevó a luchar por una transformación de la Iglesia que finalmente creó un movimiento de reforma que acabó en cisma; y de forma paralela con un movimiento político que sirvió para los príncipes alemanas rompieran con Roma, pero que nada tenía que ver en su trasfondo con la reforma espiritual. “Lutero no entra en el juego político, sino que tiene una clara inquietud y un mensaje netamente espiritual”, dice De Segovia, “aunque una consecuencia de las dimensiones políticas que acompañaron la Reforma protestante fue la libertad e conciencia, que llevó a los principios sobre los que se sustentan las democracias actuales. De hecho los países que quedan bajo el yugo de Roma fueron mucho tiempo claramente antidemocráticos”. Además del mensaje de la gracia de Dios, la película transmite otro aspecto esencial y es “el papel liberador de la Palabra de Dios. Esto, dice el teólogo, es especialmente importante hoy en día, ya que de nuevo se tiende a ver la Biblia como algo retrógrado, fundamentalista, limitador. Lutero –“y se refleja bien en la película”- vive y enseña que “la Biblia emancipa la conciencia y libera al hombre, mientras que la esclavitud es el desconocimiento o la negación de este poder liberador de la Palabra de Dios”. Recordó De Segovia que Lutero sigue aún excomulgado por la Iglesia católica, en gran parte por la influencia contraria Ratzinger (el actual Papa) sobre su predecesor Juan Pablo II. En este mismo sentido, los acuerdos firmados hace pocos años entre la Iglesia católica y la luterana fueron muy polémicos entre los propios luteranos. “La impresión general es que se vuelve a los principios de Trento” en estos documentos, en los que aunque aparentemente se produce un acercamiento en el fondo los puntos básicos “carecen de las definiciones esenciales”. Para finalizar su análisis de la película y de la persona de Lutero, entiende De Segovia que el mensaje de esta cinta sigue siendo plenamente válido en cuanto a que la paz interior no depende de nuestros méritos, algo que “el hombre actual sigue intentando -incluso en nuestro tiempo marcado por el egoísmo- a través de la conciencia humanitaria y los esfuerzos de las ONGs que son una especie de `santidad laica”. Por otro lado, es evidente defendiendo su autonomía el ser humano actual no ha logrado la emancipación y la grandeza moral, por lo que la verdad objetiva de la Palabra de Dios sigue teniendo su validez como liberación para el hombre. Recomienda sin ninguna duda De Segovia la película, concluyendo que “es especialmente emocionante por como logra evidenciar la fragilidad y humanidad de Lutero, hasta el punto de que muestra acertadamente que no fue Lutero un gran hombre, sino que se encontró con un gran Dios”.

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