Trifena y trifosa

Trifena y Trifosa, están en las páginas de la Biblia para enseñar a las cristianas solteras el gran bien que pueden hacer dedicando su vida al Señor.

23 DE DICIEMBRE DE 2020 · 09:30

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Foto de David Marcu en Unsplash CC.

La ciencia de la documentación plantea tres preguntas principales:

¿Qué es la documentación?

¿Para qué es la documentación?

¿Por qué es necesaria la documentación?

A esta última pregunta se responde que la documentación previa es imprescindible a la hora de escribir un libro o un artículo. Es frecuente ver en libros de ensayos páginas de bibliografía documentando las obras consultadas en la elaboración del libro.

En mis últimos artículos sobre mujeres en la Biblia lo estoy teniendo difícil por la escasa documentación disponible. En los casos de Febe, Evodia y Síntique sólo pude disponer de dos versículos para presentar a Febe y otros dos para Evodia y Síntique.

Ahora, con Trifena y Trifosa la documentación es más restringida: Sólo un versículo en el capítulo 16 de la epístola a los Romanos, en una larga lista de saludos que Pablo dirige a cooperadores suyos y a miembros de la comunidad en Roma. Los primeros versículos contienen una recomendación de Febe. Cuando llega al versículo 12, escribe: “Saludad a Trifena y Trifosa, las cuales trabajan en el Señor”.

Teresa de Jesús Martínez, profesora en la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona, dice en el tomo sexto de la Enciclopedia de la Biblia que “como el nombre de ambas mujeres procede de la misma raíz griega, se ha creído que eran hermanas”. Así lo informa el Martirologio Romano, que las hace oriundas de Icono, importante ciudad del Asia Menor. Hoy se llama Konie y forma parte de Turquía. Pablo fundó allí la Iglesia en su primer viaje misionero y la visitó en sus dos viajes posteriores.

El teólogo escocés William Barclay, que ha escrito 16 volúmenes sobre los libros del Nuevo Testamento, afirma que Trifena y Trifosa, además de hermanas, eran mellizas. Y solteras ambas.

Trifena significa refinada, y Trifosa delicada. Añade Barclay: Es como si Pablo dijera: “Vosotras dos podéis llamaros refinada y delicada; pero desmentís vuestros nombres trabajando como troyanos por la causa de la Iglesia y de Cristo”.

En la mente de Pablo, la mujer soltera, como en la situación de Trifena y Trifosa, tiene más posibilidades de entregarse libremente al trabajo para el Señor en la Iglesia y fuera de ella. “La mujer casada está sujeta por la ley al marido” (Romanos 7:2). No así la soltera. “Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella (la soltera). La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de como agradar a su marido” (1ª Corintios 7:34).

Mujeres casadas que figuran tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento han dado ejemplo de entrega todas al Señor, trabajando para él, según la frase bíblica, “con fuerza y más allá de su fuerza”. Esto es indiscutible. Pero una dedicación total a Dios es más fácil para la soltera que para la casada, que no solamente ha de atender al marido, también, por regla general, ha de lidiar con hijos, suegra, cuñados y en ocasiones con otros miembros de la familia del esposo. La casada está más ligada a lo terreno, frecuentemente ocupada en los cuidados de los más cercanos, en tanto que las solteras se hallan libres de tales cargas y pueden dirigir inmediatamente sus atenciones al reino de Cristo.

Como he escrito en otras letras, la opinión general de quienes comentan la epístola a los Romanos es que Trifena y Trifosa eran jóvenes solteras. De ellas dice Pablo que “trabajan en el Señor”.

En el comentario bíblico del pastor John Macarthun el autor se fija en que Pablo describe el trabajo de Trifena y Trifosa en tiempo presente y el de Pérsida y otras mujeres en tiempo pasado. Esto demuestra dos cosas: Pablo, era un escritor riguroso, siempre atento a hechos que parecían insignificantes. Por otro lado, al emplear el presente cuando se refiere a las dos hermanas indica que estaban activas cuando el apóstol las menciona.

La escritora cristiana Claire-Lise de Benoit, en un comentario en francés a la epístola a los Romanos, sale en defensa de las mujeres cristianas solteras y les pide que aprendan de Trifena y Trifosa. Estas mujeres no están en la Biblia por casualidad, están entre las páginas inspiradas para decir a todas las solteras de las Iglesias que ellas tienen un ministerio único en este reino de Dios en la tierra. Ministerio que ningún hombre puede llevar a cabo y tampoco mujeres casadas.

En países como Estados Unidos y los que pertenecen a la otra América, la que habla el idioma de Cervantes, las cristianas solteras se mantienen activas en gran número, no todas. Convocan reuniones entre semana en las casas, explican la Biblia a las asistentes no convertidas, adoctrinan a las recién convertidas, se les dan orientación para atender la vida religiosa en la familia. Así, las cristianas solteras participan en variadas actividades según sus capacidades. La Iglesia es una gran familia en la que se agrupan niños, mayores, hombres y mujeres. En estos medios la mujer soltera tiene un campo amplio de trabajo.

No puedo ni quiero concluir este artículo sin llamar la atención a la discriminación que sufren y siguen sufriendo las mujeres solteras. En España y en naciones de la América hispana, cuando se menciona al solterón se hace con el pensamiento de un hombre abúlico, egoísta, que no se ha casado porque no ha querido. Cuando se trata de una mujer soltera se le aplica el calificativo de solterona, frustrada, poco agraciada, que no se ha casado porque no ha encontrado a un hombre que la haya querido.

Dos mujeres solteras, Trifena y Trifosa, están en las páginas de la Biblia para enseñar a las cristianas solteras el gran bien que pueden hacer dedicando su vida, o parte de ella, a tareas que ayuden a otros y glorifiquen al Señor, es decir, que le proporcionen gloria.

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