Vasti

23 siglos antes que Europa reconociera los derechos de la mujer, una mujer de la Biblia, de la que se escribe muy poco, dio una gran lección de dignidad e independencia femenina.

24 DE JUNIO DE 2020 · 16:30

La reina Vasti depuesta, un cuadro de Ernest Normand, de 1890. / Wikimedia Commons,
La reina Vasti depuesta, un cuadro de Ernest Normand, de 1890. / Wikimedia Commons

Con la declaración de los derechos de la mujer y ciudadana en 1791 nace el movimiento feminista. Se inicia la lucha por mejorar la situación política, social y jurídica de la mujer y su derecho al voto. En abril de 1986 muere en París la filósofa francesa Simone de Beauvoir, pareja sentimental del también filósofo Jean Paul Sartre, Premio Nobel de Literatura 1964.

Beauvoir, autora de un importante libro donde reivindicaba el movimiento feminista titulado El Segundo Sexo, estuvo reconocida en todo el mundo occidental como campeona en la lucha por los derechos de la mujer.

Pues bien: 23 siglos antes que Europa reconociera los derechos de la mujer, 25 siglos antes de que la filósofa francesa enarbolara la bandera del feminismo, una mujer de la Biblia, de la que se escribe muy poco, dio una gran lección de dignidad e independencia femenina.

Esta es la historia.

Cinco siglos antes de Cristo hubo un rey persa llamado Asuero, hijo de Darío y nieto de Ciro, ambos de destacada actuación en las páginas de la Biblia. Según el primer capítulo del libro de Ester, el poder de este rey se extendía desde la India hasta Etiopía. Reinó sobre 127 provincias. Era el clásico rey soberbio, orgulloso, machista. Por historiadores griegos sabemos que los reyes de Persia eran dados a celebrar banquetes suntuosos.

Dice la Biblia que en el tercer año de su reinado “hizo banquete a todos sus príncipes y cortesanos, teniendo delante de él a los más poderosos de Persia y Media, gobernadores y príncipes de provincias”.

Esta gran fiesta, llamada en hebreo misteh, era literalmente “una fiesta para beber”. Una fiesta que brindaba a los reyes la oportunidad para mostrar a amigos y enemigos su poder y su riqueza. Probablemente Asuero no reuniría a todos los dirigentes del imperio en una sola vez, pues Ester 1:4 afirma que la precedió una convocatoria de seis meses.

Siete días después de esta convocatoria Asuero ordenó “otro banquete por siete días en el patio del huerto del Palacio Real. La Biblia no explica el sentido de este banquete que duró una semana, pero el historiador griego el siglo V antes de Cristo, Herodoto, cree que durante el banquete Asuero consultó con sus consejeros y funcionarios acerca de una posible invasión de Grecia.

Sigue la Biblia: Los criados del rey “daban de beber en vasos de oro, y vasos diferentes unos de otros, y mucho vino”. Normalmente el rey hacía un brindis con sus invitados y luego podían beber tanto como desearan. Según Herodoto, ya citado en estas letras, “los persas disfrutaban mucho del vino y lo bebían en grandes cantidades. Era norma de ellos el deliberar sobre asuntos de peso estando borrachos”.

Cuando el banquete tenía lugar bajo la presidencia del rey, su esposa, la reina Vasti, “hizo banquete para las mujeres, en la casa real del rey Asuero”. El historiador Plutarco, autor de las Vidas Paralelas, resalta la belleza de las mujeres persas diciendo que eran “dolores de los ojos”. Los comentaristas del libro de Ester están de acuerdo al decir que la reina Vasti era una mujer de belleza extraordinaria.

El último día del banquete, estándo todos borrachos, incluido el rey, éste mandó a siete eunucos que llevaran a su presencia a la reina Vasti “para mostrar a los pueblos y a los príncipes su belleza; porque era hermosa”, dice Ester 1: 11.

La reina Vasti se jugó el matrimonio y el trono: “No quiso comparecer a la orden del rey enviada por medio de los eunucos”.

¡Mujer ejemplar!

¡Mujer valiente!

¡Bravo, Vasti!

El autor del libro no dice cuáles fueron los motivos que llevaron a Vasti a desobedecer al rey. Algunos comentaristas sugieren que la reina vio en la orden del rey un atentado a su dignidad y a su pudor. Y de hecho lo era. ¿Por qué había de exponerse ante aquella tropa borracha como una modelo de pasarela para que aplaudieran su cuerpo? Era como presentarse desnuda ante ellos. El rey no la mandó llamar para que los borrachos se inclinarán ante la reina de Persia, él sólo pretendía que los príncipes admiraran su belleza. ¿Acaso Vasti era un animal de feria? La mujer pudo haber sentido miedo a su dignidad ante el grupo de borrachos. También se ha sugerido que Vasti pudiera estar embarazada y no quisiera exhibirse en aquellas circunstancias; y aunque no estuviera embarazada, ¿era la reina un jarrón decorativo?

¡La que se armó en palacio!

La Biblia sólo dice “que el rey se enojó mucho, y se encendió en ira”. Los reyes son temibles cuando en su ira echan fuego.

Tenía el rey siete sabios como asesores. Les preguntó qué se debería hacer con Vasti. Asuero se sentía muy ofendido. La culpa era de él. Si no hubiera estado borracho no habría pedido la comparecencia de la esposa. Ahora tenía miedo que la actitud de Vasti le hiciera perder respeto y autoridad en el imperio. Los consejeros insinuaron que la desobediencia de Vasti podía ser imitada por otras esposas de Persia. Los siete sabios del reino fueron crueles y brutales contra la reina. Hicieron creer a Asuero que lo hecho por Vasti llegaría a amenazar la paz de cada hogar del imperio. Estos siete consejeros ¿eran casados? Si lo eran, ¿temían que sus esposas siguieran los pasos de Vasti? Además, eran consejeros en asuntos militares. ¿Estaban capacitados para ser imparciales en un tema matrimonial teniendo en cuenta que era el rey y ella sólo una mujer? Uno de los siete consejeros, llamado Memucán, aprovechó el incidente para convertir un asunto de matrimonio en una crisis pública y nacional. Dijo al rey: “Este hecho de la reina llegará a oídos de todas las mujeres, y ellas tendrán en poca estima a sus maridos, diciendo: El rey Asuero mandó traer delante de sí a la reina Vasti, y ella no vino y entonces dirán esto las señoras de Persia y Media qué oigan el hecho de la reina y habrá menosprecio y enojo”

¡Vil consejero el tal Memucán!

Aconsejó al rey que dictara un decreto diciendo “que Vasti no venga más delante del rey Asuero. Y el rey haga reina a otra que sea mejor que ella” (1: 19)

¡Chismoso. Rufián. Proxeneta!

La sentencia contra Vasti estaba echada desde el instante que se negó a comparecer ante el rey. Además, para el autor del libro la trama era necesaria a fin de dar entrada a Ester, y a su tío Mardoqueo.

Esto lo escribiré en el próximo artículo, que trata de Vasti la mala y de Ester la buena.

¡Asuero, machista!

¡Vasti, feminista!

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Enfoque - Vasti