La necedad del ateismo (III)

Flew explica que se convirtió a la fe cristiana después de realizar unas investigaciones científicas que demuestran la existencia de un Dios creador.

02 DE MARZO DE 2016 · 10:59

Dominó (pixabay),
Dominó (pixabay)

El filósofo inglés Anthony Flew estuvo considerado como el más famoso ateo de nuestros tiempos. Debatía con filósofos cristianos y pronunciaba conferencias multitudinarias sobre ateísmo.

Un día sorprendió al mundo del ateísmo y a sus seguidores con un libro titulado HAY UN DIOS, publicado en Nueva York por la Editorial Harper.

Flew explica que se convirtió a la fe cristiana después de realizar unas investigaciones científicas que demuestran la existencia de un Dios creador.

 

LAS CONTRADICCIONES DEL ATEISMO

El ateísmo es un mal conductor del género humano porque está lleno de contradicciones.

Rubén Darío, poeta nicaragüense fallecido en 1916, escribió en una ocasión estas cuatro líneas:

Soy un sabio, soy ateo,
no creo en Diablo ni en Dios,
pero si me estoy muriendo,
que traigan al confesor.

Las contradicciones del ateísmo apuntadas por Víctor Hugo son muchas. Tantas que darían para un libro de muchas páginas.

Voy a detenerme en el examen de algunas de ellas.

 

Ateo gracias a Dios.

Uno de los directores de cine más famoso que ha tenido España fue el aragonés Luís Buñuel, amigo de Dalí y de García Lorca. A él se le atribuye esta frase: “Gracias a Dios, todavía soy ateo”.

Se supone que el ateo no cree en Dios.

¿A quién da gracias Buñuel?

Para el ateo, la palabra Dios es un sonido desprovisto de significado. Sin embargo no puede prescindir de nombrarlo.

Esto ocurre porque para muchos ateos Dios es la leal oposición, la oposición a sus ideas.

 

Sin Dios no hay ateos.

Esto es así porque el ateo anda tras las huellas de Dios.

El escritor y poeta inglés Gilbert Chesterton dijo en uno de sus artículos de prensa: “Si no existiera Dios, no habría ateos”.

Correcto. Si no existiera Dios ese millón trescientos mil ateos que hay en el mundo tampoco existirían.

 

El ateísmo es la negación de Dios.

Sin un Dios a quien negar ¿qué harían los ateos? ¿A quién negarían?

¿A la religión? Tampoco valdría.

Las religiones existen porque existe Dios. Dios es un ser eminentemente religioso.

Dios no es ateo porque no puede negarse a Sí mismo.

 

Ateísmo y anticatolicismo.

Una de las grandes contradicciones del ateo es confundir anticlericalismo con ateísmo.

La Iglesia católica ha hecho más ateos que el diablo.

Una de las mujeres más activistas a favor de los derechos de la mujer en Estados Unidos fue Elizabeth Stanton, fallecida el año 1902. En una concentración de mujeres en Texas, dijo: “La Iglesia católica ha mantenido a las mujeres en la superstición.

Su naturaleza religiosa ha sido deformada por curas y obispos”.

Un famoso novelista francés que murió el mismo año que la activista norteamericana, Emilio Zola,  escribió: “La civilización no alcanzará su perfección hasta que la última piedra de la última Iglesia caiga sobre el último sacerdote”.

Tanto la defensora de los derechos de la mujer como el novelista francés eran anticatólicos, pero no ateos.

Un famoso ateo norteamericano de origen inglés, Thomas Paine, dijo en conferencia de prensa: “Todos los grandes ateos de Estados Unidos, de Europa y de América Latina hemos salido de la Iglesia católica o de las iglesias protestantes. Fuimos excomulgados por ser simplemente anticlericales. Esto nos empujó al ateísmo”.

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