¡No Señor Jesús, no vengas pronto!

La segunda venida del Señor Jesús al mundo, donde todo ojo le verá, parece hoy para muchos en una cuestión muy lejana y de muy poco interés.

04 DE MAYO DE 2024 · 22:00

Imagen de <a target="_blank" href="https://unsplash.com/es/@kstonematheson?utm_content=creditCopyText&utm_medium=referral&utm_source=unsplash">Kate Stone Matheson</a> en Unsplash.,
Imagen de Kate Stone Matheson en Unsplash.

Sin duda este titular refleja una ironía intencionada como contrapunto del ferviente anhelo de los creyentes del principio sobre la segunda y definitiva venida del Señor Jesucristo en gloria.

No hay un libro más polémico y peor interpretado en muchos casos que el libro de Apocalipsis, los liberales escépticos, que no son pocos, no creen en la autoría del apóstol Juan, tampoco creen que este libro sea producto de una revelación divina de acontecimientos futuros. Otras escuelas sobre la apocalíptica bíblica y la extra bíblica, tienen interpretaciones de todos los colores. Pero la idea predominante que subyace especialmente en la mayoría de las extrabíblicas es un escepticismo solapado cuando no declarado hacia la canonicidad del libro de Apocalipsis.

También es cierto que el mensaje Maranata, que era el mensaje prevalente en toda la iglesia neotestamentaria de la época por toda Eurasia, promovido principalmente por el apóstol Pablo, era un mensaje de avivamiento y de gran emoción ante el anhelado retorno del Señor Jesús a por los suyos en su generación. Para una explicación más amplia al respecto, leer mi artículo en mi blog de Protestante Digital, del 13 de Enero 2024. ¿Estaban equivocados los cristianos de la Iglesia primitiva acerca de la segunda venida de Cristo en su misma generación?

Por cierto en los anales patrísticos no existe ninguna alusión ni interpretación parecida a una venida secreta o invisible de Jesús hasta finales del siglo XVIII, teología promovida por el jesuita Manuel Lacunza, abrazada y adaptada más tarde por John N. Darby en el siglo XIX y poco después promovida ampliamente por Cyrus I. Scofield con su famosa Biblia de anotaciones escatológicas, que años más tarde fue retirada del mercado editorial por sus abultados errores teológicos.

Independientemente de las diversas interpretaciones sobre el pretribulacionismo o el postribulacionismo o cuestiones como el amilenialismo, postmilenialismo o premilenialismo son discutidas en diversos foros teológicos, pero finalmente concluiremos, que aunque no exentas de cierta importancia cada una de estas posiciones, ninguna de ellas excluye el gran momentum respecto de la venida del Señor Jesús para establecer su Reino eterno en ese nuevo mundo preconizado por el apóstol Pedro en su segunda carta, con la Jerusalén celestial incluida (Apocalipsis 21. Aunque acerca de este último punto también existen interpretaciones diversas).

Pero mi sensación personal acerca de la segunda venida del Señor Jesús al mundo, donde todo ojo le verá, se convierte para muchos hoy en una cuestión muy lejana y de muy poco interés para la iglesia actual que por cierto se ha vuelto muy antropocéntrica, porque a decir de algunos, “cuando el Señor tenga que venir ya vendrá, pero seamos realistas con el hoy, aquí y ahora”.

Esta es una manera bastante despreciativa además de ignorante acerca de la importancia de vivir pendientes del regreso de nuestro Amado Jesús, que por cierto a todos los efectos hoy está más cerca que nunca antes por el cumplimiento profético que ya estamos viendo y viviendo con suma claridad entre el siglo pasado y este siglo XXI que están acelerando los acontecimientos mucho más rápido que en los casi dos mil años anteriores desde el nacimiento del cristianismo.

Amigos sin duda alguna ya estamos asistiendo al preámbulo del fin de los tiempos, o sea al principio de dolores. A no mucho tardar veremos una incontrolable desestabilización mundial donde emergerá un misterioso personaje que solucionará momentáneamente la amenazante crisis mundial que pondrá en grave peligro la supervivencia del mundo entero, adquiriendo este siniestro personaje unos poderes mundiales inéditos.  

Aquí no se trata de escapismos, ni de huir de nada ni de nadie, ni tampoco de un alarmismo escatológico gratuito. Se trata de preparar a la Iglesia para las dinámicas que se van a ir incrementando tal y como ya estamos viendo. Recordemos las palabras del apóstol Juan sobre la segunda venida de Jesús, diciéndonos “que esta esperanza en Él nos purifica” nos santifica, y activa nuestros espíritus para guardarnos de las contaminaciones del mundo y cumplir el propósito redentor de Dios sin quejas ni vacilaciones continuas. (1ªJuan 3:2-3)

Dios está levantando una nueva generación de precursores que están entendiendo las señales de los tiempos y están preparando el camino del Señor cual Juan Bautista para estos próximos años, donde muy probablemente nuestros hijos o nuestros nietos serán testigos de la venida en gloria de nuestro bendito Señor Jesucristo. No sabemos ni el día ni la hora exacta, pero si sabemos la temporada (Lucas 21:28-31).

Por cierto también se nos recuerda reiteradamente que a todos los que amamos su venida apasionadamente nos está reservada una gloriosa corona de justicia (2ª Timoteo 4:8). Finalmente quisiera contrarrestar la pasividad y el escepticismo generalizado acerca de la pronta venida del Señor Jesús para clausurar la historia y dar comienzo a una nueva historia de amor eterno para entrar precisamente en los propósitos eternos de Dios en esa nueva humanidad donde definitivamente ya estaremos para siempre con el Señor…

Todavía somos muchos los que declaramos con toda certeza y con gran entusiasmo, las palabras de la profecía apocalíptica: “El Espíritu y la Esposa (la Iglesia expectante) dicen: ¡Ven! Y el que oye, diga: ¡Ven”... ¡Sí, ven Señor Jesús, ven pronto, somos millones los que te estamos esperando apasionadamente!

 

 

 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El Tren de la Vida - ¡No Señor Jesús, no vengas pronto!