Nínive, Jerusalén, Samaria, España...

Oramos a Dios para que en su misericordia se produzca cuanto antes el efecto Nínive entre nosotros y seamos testigos de una poderosa visitación divina.

16 DE OCTUBRE DE 2022 · 13:00

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Imagen de Alex Woods en Unsplash.

Cuando Dios envió al indolente Jonás a Nínive, para pregonar públicamente su pecado y el juicio divino decretado, se produjo una contradictoria y enloquecida reacción del profeta huyendo de la encomienda de Dios y en dirección totalmente contraria. Sin embargo, sorprendentemente observamos que Dios no quiso prescindir de él a pesar de su manifiesta desobediencia inicial, dándole una segunda oportunidad.

Esta asombrosa historia nos revela que Dios lo tiene todo preparado, a pesar de las posibles eventualidades, incluso hasta el último detalle. El Señor dispuso una tormenta, un cetáceo, una calabacera, un gusano y hasta un sofocante calor que produjo una insolación que abatía al mismo Jonás; mientras que este insensato profeta seguía porfiando con Dios mismo

No obstante, lo más impresionante de toda esta historia es la inmediata y sorpresiva respuesta de los ciudadanos de Nínive y sus gobernantes a la escueta y juiciosa predicación de Jonás. Esta Biblia miniaturizada en los cuarenta y ocho versos de este brevísimo libro nos muestra no solo la extraordinaria soberanía de Dios, sino también su exquisita misericordia hacia todas sus criaturas.

Antecedentes de la visitación de Dios sobre ciudades como fue la cruel Nínive, también sobre la religiosa Jerusalén con el poderoso derramamiento del Espíritu Santo, y como último ejemplo sobre Samaria la proscrita, recibiendo un inesperado avivamiento evangelistico que conmociono a toda una ciudad, por medio de una mujer pecadora (por supuesto arrepentida de su pasado).Una vez más observamos las grandes paradojas del obrar de Dios en la historia.

Cada vez estoy más seguro que lo que sucederá en nuestro país será algo similar al efecto Nínive. Las gentes de España siguen muy ensimismadas en sus historias personales, cautivadas por una especie de hipnotismo colectivo y, por lo que parece, siguen estando muy lejos y ajenos a los planes de Dios.

Lo sucedido en Nínive fue un acto de la pura gracia de Dios, de pronto sus habitantes respondieron al llamado divino de arrepentimiento, lo que causó una consternación general y una clara conciencia de su maldad (entiéndase de su pecado). Esto es lo que debe producirse en la conciencia social y personal de las gentes de nuestras ciudades. Sin convicción de pecado, no hay un verdadero arrepentimiento y sin un genuino arrepentimiento, no hay conversión posible. Solo el arrepentimiento detiene el justo juicio de Dios hacia nosotros, por causa de nuestros muchos pecados.

Esta reacción no la puede provocar ninguna campaña evangelística ni ninguna estrategia humana, solo el Espíritu Santo puede convencer a la gente de su pecado personal y redargüirles en su conciencia. Este es el verdadero milagro que provocará la salvación de miles de nuestros conciudadanos. Por lo tanto, oramos a Dios para que en su misericordia se produzca cuanto antes el efecto Nínive entre nosotros y seamos testigos de una poderosa visitación divina, equivalente a un genuino avivamiento y a un verdadero despertar a la gracia de Dios; como dice el antiguo himno evangélico, que por fin veamos a España caminando hacia la Luz.

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